La Norna de Thor

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Yukio le miraba con asombro, no creyendo lo dicho por el rubio.

-...Y eso es lo que pasó...—Murmuró con las mejillas rojas—...Perdón si hice algo malo, Kasamatsucchi.

El nórdico se sonrojó, mas carraspeó para que no fuese notado.

-...Entonces, esas doncellas son tus Musas...—Murmuró, viendo hacia el lugar en donde las nueve chicas estaban—...¿Son como las nornas o algo así?

-...¿Nornas? —Kise parpadeó, confundido. El pelinegro asintió—...¿Qué son Nornas?

Kasamatsu le miró incrédulo.

-...¿No sabes quienes son las Nornas? —Kise negó varias veces. Suspiró—...Las Nornas son hermosas doncellas que se encargan de crear el destino de cada ser. Viven en las raíces del enorme fresno, Ygdrasil, en el Valhala.

-...Espera...—Lo detuvo—...¿Crean el destino de cada ser? —Yukio asintió.

-...Se dice, que cuando una nueva criatura es creada, las Nornas tejen un hilo de suave seda que inicia con su vida...—Trató de explicarse—...Que aquel hilo puede hacerse fuerte como roca o frágil como el cristal, y que solo es bañado en oro para aquellos que harán cosas grandes en el futuro distante. En su mayoría, héroes.

-...Ustedes si que creen en cosas extrañas...—Rió el rubio y se levantó, limpiando su túnica—...Al menos, ellas son buenas, no como mis Musas...—Suspiró.

-...Las Nornas también pueden ser crueles...—Murmuró, acariciando su martillo—...Más importante ahora, es descubrir una manera de deshacernos de esas doncellas...—Puso una mano en su mentón, pensando.

Ryota le miró con sorpresa y se sonrojò.

¿Estaba pensando en ambos?

-...Kasamatsucchi...—Suspiró, enamorado.

-...Bien, se supone que ellas te sirven. Deberías poder ordenarles que se marchen y te dejen en paz...—Le dijo, cruzando sus brazos.

-...Las Musas no me sirven, simplemente se encargan de expandir mi reinado sobre la humanidad...—Explicó—...Pero, sé de alguien que puede ser de ayuda. Creo...—Murmuró esto último.

-...Bueno...—Sonrió—...Vamos con esa persona...—Lo ayudó a ponerse en pie—...¿Hacia donde, Kise?

-...Emmmm...—Miró a todos los templos contigüos—...Oh, aquel...—Señaló el que brillaba más.

-...Allá será~ —El pelinegro sonrió ladino y tomó su martillo, girándolo levemente, para seguidamente salir volando.

Kise miró aquello sorprendido y silbó, llamando a Seiya, quien lo recogió y fué tras el nórdico.

⏳⏳⏳⏳⏳⏳⏳⏳⏳⏳

Midorima veía todo con seriedad. Los espejos que ayudaban en sus visiones, estaban en lo correcto. Su báculo, había comenzado a moverse, iniciando la cuenta regresiva de varios Dioses.

Entre ellos, su pareja.

Suspiró pesadamente y giró su cuerpo, dispuesto a volver al interior de su templo, sin embargo...

-...¡E-Espera! —Jadeó, cayendo frente a las escaleras—...Debo practicar mi aterrizaje...—Murmuró.

Tomó la mano que el peli-verde le ofreció, poniéndose en pie, para luego sacudirse el cabello y el polvo del traje nórdico.

-...No esperaba esto ¿A qué has venido, Nanodayo~? —Preguntó, mientras el pelinegro veía con curiosidad su báculo de oro—...Kazunari...¿Verdad?

Kamigami No BasketDonde viven las historias. Descúbrelo ahora