Doble cortejo

894 102 23
                                    

Advertencia: El siguiente capítulo contiene algunas escenas sexuales. Sé que les gusta y no pienso hacerlas demorar más, así que disfruten el capítulo (๑・ิﻌ・ิ๑)

Cuando abrió sus ojos...

...Quiso cerrarlos nuevamente...

-...Ah...Hola dormilón...—Saludó el moreno con una enorme y linda sonrisa ladina.

El nórdico dio un respingo en su lugar y se irguió por completo. Se miró y luego todo a su alrededor.

-...En...¿En dónde estoy? —Preguntó confundido. Trataba de recordar lo que lo había llevado hasta ahí.

-...Estamos en mi templo, cariño...—Ronroneó y subió a gatas en la cama con sábanas de piel en la que se encontraba el albino.

Las mejillas de Ryo se sonrojaron y su corazón comenzó a latir con fuerza, a medida que el moreno se acercaba a él. El largo y sedoso cabello rojizo del griego caía a sus costados, mientras que los ojos dorados lo devoraban en vida.

Y se sentía bien.

Un agradable cosquilleo se instaló en su vientre. Tragó saliva con dificultad y jadeó sorprendido cuando los labios del moreno fueron a parar a su cuello.

-...Ao...Aomine-San...

-...Dime Daiki...—Gruñó y dejó un suave mordisco en la zona.

-...E-Espera...—Lo detuvo, empujándolo por los hombros, suavemente. El griego frunció el ceño—...¿Porqué cambiaste...?

-...¿Cambiar? No sé a que te refieres, cariño...—Sonrió ladino y relamió sus labios, pícaramente.

-...Hablo enserio...—Frunció el ceño—...Tu pelo...Tus ojos...—Acarició una de mas mejillas morena de quien le miraba con confusión—...Cambiaste...

Lentamente, el cabello rojizo se tornó azul y corto, mientras que sus ojos volvían a ser de ese azul eléctrico tan conocido para el nórdico. Ryo Sonrió.

-...Volví a hacerlo ¿Verdad? —Suspiró y negó varias veces.

-...¿Perdón? —El albino ladeó el rostro.

-...Lo siento...Si hice algo que no querías, lo siento...—Se dejó caer sobre el menor—...No puedo controlarlo.

-...No entiendo...—Ryo acarició las hebras azules del griego.

-...Ahhhhhh...—Suspiró—...Te lo voy a decir...Pero no le digas a nadie más, ni a tus hermanos ¿Ok?

-...De acuerdo...—Asintió el nórdico—...No le diré a nadie.

Aomine levantó el rostro y le miró fijamente. Ryo enarcó una ceja. El moreno parecía pensarlo bastante.

-...Soy el producto de dos Dioses...—Dijo seriamente. Ryo se mostró más confundido—...Mis padres son dos Dioses...—Rodó los ojos.

-...¿Es enserio? —Ryo se mostró sorprendido. Aomine asintió—...Entonces...Tú...

-...Soy dos Dioses en uno...—Sonrió ladino, mientras por sus ojos pasaba un brillo dorado. Ryo dió un respingo—...Mi padre es Dionisio. Y sí, fuí uno de los muchos hijos que engendró el bastardo...—Gruñó—...Mi madre es Tueris...—Sonrió con tristeza—...Heredé ambos poderes al nacer...—Dijo con desinterés, jugando con los albinos cabellos del nórdico menor.

-...Dos Dioses en uno...—Susurró, mirando el techo—...Pensé que no iba a conocer a otro...

-...¿Otro...? —Aomine le miró confundido. El nórdico rió un poco—...¿A qué te refieres, Sakurai?

Kamigami No BasketDonde viven las historias. Descúbrelo ahora