-Oye Sebas, te trajeron una carta de Estonia-dijo Alexander entrando al cuarto de su primo mayor.
-Ah, debe ser de mi madre, ¿Puedes leerla?-pidio secandose el cabello, Alexander asintio y abrio la carta, su rostro palidecio con cada palabra que leia.
"Querido principe, es una pena que se le deba decir esta noticia por medio de una carta pero es de urgencia que venga al reino rapidamente, lo necesitamos ahora que su madre y hermana mayor han muerto por unos soldados de un pais enemigo, ahora usted es el unico que queda para tomar el mando del pais, lo esperaremos para su coronación"
Alexander aunque le doliera termino la carta, apreto los dientes tratando de no llorar.
-¿Volveras Sebastian?-pregunto Alexander guardando la carta en uno de los cajones, no recibio respuesta por parte de el castaño-¿Sebas?
-Madre... Evangelina...-susurro sintiendo sus mejillas humedas. Sus manos se fueron a sus ojos tratando dd para las lagrimas que salian.
Alexander lo abrazo fuertemente tratando de consolarlo, aunque tambien el este roto ya que ambos son familia, trataria de ser fuerte por su primo.
Heine se quedo en shock al escuchar que su pequeño no tan pequeño ya tenia una pareja.
-...Ya veo-acomodandose los lentes que se le habia descolocado por la sorpresa, hablo-Espero que sean felices.
-Muchas gracias-hablo el conde haciendo una reverencia.
-No hagas mucho eso, sabes de tu estado...-susurro Eins al peliblanco cuando se levanto.
-¿Estado?-repitio Heine parpadeando confundido.
-...El esta en espera de un niño mio-dijo Eins algo nervioso ante la mirada tan intensa de su madre. Se sobresalto cuando vio que Heine se desmayaba de la impresión.
-¡Mamá!-gritaron ambos niños auxiliandola.
-Sere abuelo...-susurro Heine aun desmayado.
-¡Eins no deberias decirle algo asi y menos en su estado!-riño Shira molesta viendo a su hermano mayor.
-¿Estado?-pregunto temiendo lo peor.
-Madre esta embarazado de padre-dijo Daniel levantando a Heine que ya se estaba recuperando.
-¿Q-Que...?-susurro sorprendido, se calmo rapidamente cargando a su madre y entrando al carruaje-Vamos, suban.
Los principes que estaban cerca del lugar vieron comosu hermano mayor secuestraba a su profesor.
-¡Tras el!-grito Leonhard subiendose a un caballo, sus hermanos entraron rapidamente en el carruaje que conectaba al caballo-¡Arre Patricia!
El cabello no se movio.
-¿Rodolfo?
El caballo seguia sin moverse.
-¿Julia?
El caballo empezo a hacerse manicura por el aburrimiento.
-¡Panfilo!-grito Licht.
El caballo se puso en dos patas y empezo a andar.
-Que nombre mas ridiculo...-susurro Leonhard, el caballo solamente le gruño.
