The royal tutor (Viktor x Heine)

Empieza la guerra.

Heine habia despertado ya y estaba alfrente de la residencia de su hijo.

-Sin duda es enorme...-fue lo que penso Heine al ver la enorme casona alfrente suyo, lo hacia ver mas pequeño de lo que ya era.

-Entren-dijo Eins parandose alfrente de la enorme puerta, los demas hicieron lo mismo y al entrar vieron a vari@s sirvient@s en fila dandole la bienvenida a su amo, en reverencia.

-Bienvenido a casa, Eins-sama.

-Esto es increible...-pensaron los mellizos entrando al lugar, sintieron que unas mucamas los arrastraban a otro lugar.

-Permitame-dijo una mucama quitandole el enorme saco a Heine para mas comodidad.

-G-Gracias...-volteo a todos lados buscando a los menores, miro a Eins-¿A donde se los llevaron?

-Ahora vienen, no te preocupes-dijo Eins entrando a un enorme y eleganta comedor, en la mesa habia varios tipos de platillos de postres-Ernst.

-Si, Eins-sama, con permiso-salio del lugar.

-¿Porqué me trajistes?-tomando asiento con ayuda de una mucama, miro a su prinogenito con seriedad, esperando una respuesta por parte de el.

-Solamente queria hablar contigo, hace años que no nos vemos-hablo Eins sentandose alfrente del mayor-Ademas, me entere de que unos niños en camino.

-¿Como fue que...? Fue tu padre ¿Verdad?.

-...

En el despacho del rey Viktor.

-¡aachu!

-Majestad, deberia cuidar mas su salud...-vio al rey limpiarse la nariz con un pañuelo y la ventisca que entraba al despacho moviendo los rubios cabellos del rey mostrando una imagen digna de un cuadro, se sonrojo levemente ante esa vista-... y cerrar las ventanas de noche...

-Si, lo hare.

El platinado sonrio levemente dejando el cafe que habia traido para su majestad al igual que una carta, se paro a su costado por si necesitaba algo, escucho unos piidos de aves, volteo hacia la ventana viendo un hermoso petirrojo, redondo y la mayor parte de su cuerpo en rojo, seguramente macho, movia sus alas adelante y atras alzandose en vuelo despues de eso.

-Parece que se acerca el invierno...-comento el platinado en un suspiro.

-Eso parece Felix, eso parece-dijo parandose, poniendose al costado de su mano derecha, fijo su vista atravez de la ventana a la puerta done veia a su madre y a su pequeña hija subir al carruaje e irse a la residencia de su hijo-al menos ellos estaran a salvo.

-No creo que hagan una guerra...-comento apretando los labios Felix viendo a su rey-Es un ejercito muy pequeño y la misma reina lo sabe...

-Nunca hay que subestimar al enemigo-comento volviendo a sentarse en su escritorio y abriendo una carta que habia recibido hace unos minutos-Si pudieron matar a la reina y a su hija, ellos teniendo mas armamento militar que Graszreich, facilmente pueden vencerme-dijo abriendo la carta, que decia- "Hazle caso al chico y cierra las ventanas"-extrañado se volteo a ver al platinado-Oye mira, otro que me dice lo mis...-sus ojos se abrieron sorprendidos al ver al chico al frente suyo, de espaldas, Felix volteo sonriete, con una linea de sangre que caia en su barbilla y le dijo con su ultimo aliento.

-Hagame caso y cierrelas la proxima vez.

Antes de caer muerto en los brazos de su rey.

Devuelta con Heine y Eins.

-¿Lo perdonastes?-pregunto Eins seriamente a su madre.

-Nunca lo odie.

-...-Eins iba a responder pero escucho murmullos atras de la puerta. Compartio una mirada curiosa a su madre, el solamente asintio parandose y llendo hacia la puerta con pasos silenciosos, al abrir la puerta cuatro principes cayeron a sus pies.