27 - Return

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Sus pasos apresurados por el largo camino de piedras que cruzaba el jardín principal de la mansión, hacían que sus tobillos ardieran de la furia que emanaba su cuerpo.

Sus puños cerrados acompañaban el vaivén de sus pasos preparados para golpear lo primero que se le cruzara.
Las palabras del señor Akashi no paraban de retumbar en su cabeza y un descuido de Inoue le dejó el paso libre para que la otra aceptara la oferta propuesta por el susodicho.

Ni bien cruzó un gran arbusto se encontró con el progenitor practicando lanzamientos en su cancha. Ella ni siquiera lo pensó y aceleró sus pasos hacia él dispuesta a darle una sarta de insultos hasta en arameo. Lo tomó por sorpresa al verla con su heterocromia activa atrapando el cuello de su sudada camiseta.

—  ¿Qué rayos le hiciste a esta idiota para caer en tu maligno plan?

Seijuro relajó su cuerpo mirándola con serenidad y cansancio al notar quien había regresado. Se soltó de su agarre volviendo a rebotar el balón que yacía entre sus dedos.

— Hice lo que tu no has sido capaz de hacer en años. — lo rebotó una última vez y lo lanzó consiguiendo una clavada perfecta en el aro frente a él — Protegerla de sí misma.

Ella de sorprendió ante aquellas frías palabras, pero se mantuvo en su lugar esperando escuchar más. Temiendo un poco así lo que pudiese llegar a oír.

—  No se precisamente que fue lo que ocurrió, pero ¿protegerla? ¿tu? — escupió una carcajada llena de sarcasmo — No has hecho más que confundirla y jugar con ella.

— ¿Y a ti? —contraatacó acercándose peligrosamente — ¿Qué te he hecho a ti?

Inoue retrocedió dos pasos a la defensiva. La heterocromia de Seijuro comenzó a hacer lo que mejor sabía contra ella: neutralizarla.

— No te me acerques mocoso. —murmuró y él sonrió.

— Creo que te extrañé un poco.

¿De dónde salía esa voz seductora? 

Este tipo tenía la doble habilidad de poner nerviosa a ambas personalidades. Sus heterocromias se desafiaban; mientras sus realidades se rebuscaban, se investigaban, se atraían y se deseaban. Toda una ruleta rusa de sentimientos. Pero ella iba a hacer todo lo posible para no caer en sus redes.

—  Yo no te extrañé para nada —retomó su posición — ¡Y no me desviéis el tema! ¿Por qué aceptaría ella trabajar con tu padre? Es una total ignorante.

En un parpadero, la mirada de Akashi se había oscurecido rotundamente. La miraba con desprecio y sin pudor.

— La subestimas demasiado. No voy a permitir que hables así de ella e intentes alejarla de las oportunidades que le den.

— ¿Disculpa? Si ella obtuvo su puesto como capitana fue gracias a mi. Que ella haya ganado las nacionales el año pasado ¡tambien fue gracias a mi! No quiero perjudicarla en lo mas mínimo, quiero que sea una campeona pero lejos de personas como tu.

— ¿No quieres perjudicarla? Ella solo quería jugar y poder entrenar como corresponde, pero tú y tu obsesión querían ser mas que todos e hiciste trizas su cuerpo para conseguirlo ¿Fuiste siquiera capaz de pensar si ella podía resistir tanto?

— Eso no me importa. —cortó su imagen de preocupación por sí misma — Algo dentro nuestro nos permite recuperarnos rápidamente. ¿Cuál hay si eso funciona?

"¿Cuál hay?", pensó él. Y en su mente se proyectó ese momento en el que finalizó el primer set contra su propio equipo, donde ella los miró con una sonrisa antes de caer al suelo. Sus ojos mostraban un dolor indescriptible. Su cuerpo no le dio tregua y perdió la consciencia.

Amo odiarte | Akashi SeijuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora