— Gracias por dignarte a aparecer.Regañó con cara de pocos amigos el ojiceleste. Akane bajó su mirada heterocromática con pena.
Sus compañeras del club se habían marchado. Habían quedado ellos solos parados en medio del parque. El lugar parecía muy desolado. Habían algunas que otras personas paseando por lo lejos, pero ahí eran sólo ellos. Sólo el vaivén de las hojas secas les bloqueaba el silencio.
Inoue se sentó en el césped verde. Invitándolo con la mirada a imitarla, él cedió cruzándose de piernas y brazos, mientras ella jugueteaba con sus pulgares sobre sus rodillas.
— ¿Qué es lo que está pasando?
Le cuestionó con preocupación al notarla muy decaída, pero más aún siendo cien por ciento ella con su pupila izquierda amarronada presente. La conocía lo suficiente para saber que algo grave había ocurrido, por esas largas notas de silencio.
Tras un pesado suspiro, explicó sin más rodeos.
— Mamá y papá vinieron ayer. — los ojos de Yukio se expandieron a tal punto que ni siquiera se sintió capaz de emitir sílaba alguna — Aparentemente el colegio les notificó sobre lo que ocurrió y sus reacciones no fueron de las mejores.
Su voz tembló en ese momento, una rota sonrisa al recordar la mirada de desprecio que le había dedicado su padre. Cómo su deseo de finalmente sentirse contenida por ellos se hizo pedazos detrás de una bofetada.
— Tuve la pequeña ilusión de que por una vez en sus vidas les había preocupado como estaba yo y que por fin estarían a mi lado, pero ¿realmente quieres oír lo que ocurrió? — Kasamatsu tragó con pesadez y retomó su firme postura. Una que ella no podía mantener por sí misma, él iba a serlo, él iba a ser su piedra y sostén. — No fue un abrazo lo que recibí, él...
Lo miró finalmente tras un pestañeo que obligó a sólo su ojo derecho, aquel ámbar precioso, dejar caer una lágrima que era retenida a regañadientes.
Ella no se atrevía siquiera a decirlo. ¿Por vergüenza? ¿Por qué?
Ninguno de ellos alguna vez le habían levantado la mano, y cuando ella más los necesitó, fue cuando le dieron la espalda. Eso era mas fuerte que cualquier golpe o regaño por parte de tus propios padres.
No necesitó continuar peleando contra su mente y lengua para explicar aquel detalle. El ceño fruncido y los puños cerrados del azabache daban la clara señal de haber comprendido lo que ocurrió. Su semblante preocupado había dado un giro rotundo. Prácticamente un aura oscura desprendía de él. Ella no dudó que si estuvieran en Kanagawa él ya hubiera tirado la puerta de la mansión Inoue de una patada.
Agradeció que eso no tuviera oportunidad, no al menos ese día. Seguramente él volvería a su ciudad natal el domingo a la noche, y esperaba que para ese entonces él estuviera en frío.
— ¿Qué te dijo?
Hasta su voz se había oscurecido, y ella por un segundo temió responder.
— Quería llevarme de regreso a toda costa, pero él apareció.
Kasamatsu volvió a sorprenderse.
— ¿Akaashi Seijuro?
Asintió.
— Él se atrevió a desafiar a mi padre y cuestionarlo por su actitud contra mi. Obviamente él tampoco se quedó callado, pero cuando Akashi le dijo su nombre y lo amenazó con hundir mas su empresa, comenzó a verme como una traidora. No dudó un segundo en despojarme de todo lo que me dio para vivir aquí y prácticamente desheredarme de todo. Eso le pareció mas importante que el estado en el que yo me encontraba.
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Amo odiarte | Akashi Seijuro
FanficSer transferido de preparatoria ingresando al segundo año no es nada divertido. Uno ya tiene sus amigos hechos, sus actividades organizadas, se gana su puesto en algún club, entre otras cosas. Inoue Akane empezaba a pasar por eso. ✔ La mayoría de l...