36 - Winners and Lossers

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El resto del día, Inoue se mantuvo absorta en sí misma. Aunque una vez que se toparon con Kise previo al partido, éste se encargó de levantar los ánimos de la muchacha a cuestas. Consiguiendo que se desconecte un poco de la situación que había pasado y vuelva a ser más ella sin siquiera él saberlo.

El estadio estaba colmado de gente y después de una clara derrota para el Kaijo contra el Shutoku tras la baja de Ryota, el equipo aún se sentía algo abatido, después de todo lo contaban como asumido, pero en ningún momento dejaron de poner lo mejor de sí mismos y eso era algo digno de admirar.

—¿Alentarán por el Seirin?

Cuestionó Inoue a sus amigos mientras se dirigían a la cancha central donde se estaba disputando el tan ansiado partido. El rubio ladeó la cabeza con algo de pereza por tener que pensar en algo así. 

  — Obviamente alentaré por Kurokochi.

Concluyó con decisión.

— ¿Kuro... kochi? 

La peligris lo miró incrédula. ¿Qué afán tenía por poner el "chi" al final de cada apellido?

—   Exacto, Inouechi.

Le guiñó un ojo. El silencio se colmó entre los tres para romperlo con un golpe en su nuca por parte de Kasamatsu y un "Debería asesinarte ahora mismo"  por parte de Akane.

Llegaron por lo más alto de las tribunas y el partido estaba ya en el tercer cuarto, increíblemente desparejo. Habían llegado justo para ver una tercer falta por parte del capitán del Seirin, y al ver el marcador comprendieron el porqué del escándalo que lo llevó a una falta técnica, costandole una cuarta. La desesperación era demasiado clara. El Rakuzan les estaba dando una paliza y ellos se veían obligados a cambiar de jugador.

— Como nos vencieron para llegar aquí quiero alentarlos, pero éste es su fin.

Yukio realmente lo lamentaba e Inoue no sabía qué hacer. El equipo representante de su propia escuela tenía la final en sus manos pero ella no se sentía para nada contenta ni con ánimos de alentarlos.

Se sentía egoísta por Hayama y Mayuzumi, pero no podía evitarlo. Algo en su interior la estaba incomodando y ese sentimiento se volvió peor al encontrarse con la heterocromia de Akashi parado a un lado del banco. Su piel se heló a tal punto que tuvo que abrazar su propio cuerpo al sentir como su mirada penetraba sus pupilas a esa enorme distancia. Seijuro estaba en su mayor punto y eso se lo estaba dejando en claro.

El tiempo muerto acabó y sintió como su hombro era atrapado. Giró su cabeza para encontrarse con la mirada preocupada de su mejor amigo.

— ¿Estás segura de querer ver este partido?

Inoue se sacudió intentando cambiar sea cual sea su expresión en ese momento para evitar así preocuparlo. Asintió con más seguridad y volvió su vista a la cancha.

Tenía que ser fuerte y ver sea lo que sea, estaba por venir.

Quién ingresó en lugar del capitán del equipo negro fue el chico de cabellos celestes. Lo reconoció llevando sus memorias a aquella reunión de la generación milagrosa. Kuroko Tetsuya, sorprendiendo a más de un espectador. Aparentemente los primeros cuartos habían sido interesantes.

El partido comenzó a ponerse codo a codo. Aunque el Rakuzan llevaba la ventaja el Seirin mantenía radiante aquella luz de esperanza que todos los presentes podían sentir. Y lentamente la brecha de puntos que los separaba empezaba a tambalear.

El último cuarto comenzó e Inoue no dejaba de mirar el encuentro atónita. Jamás había visto al equipo de su escuela jugar un encuentro oficial y tampoco había oído del Seirin.

Amo odiarte | Akashi SeijuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora