39 - Sorry not sorry

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Lamentar. Esa acción que nos lleva a cuestionar cada paso que damos, cada suspiro, cada pensamiento.

El corazón palpita con frenesí ¿Por miedo? ¿Inseguridad? ¿Amor? Nunca lo sabemos.

Dudamos, porque es nuestra naturaleza, el desconocer sus consecuencias.

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El invierno dejaba en claro su presencia, permitiendo que la fría brisa se cuele por cada poro de su poca piel descubierta. Ya ni su bufanda la protegia y el siguiente estornudo respondía por sí solo.

Sobó su nariz con pereza una vez que el semáforo peatonal la detuvo en una esquina.

Caminar por las calles de Kyoto se había vuelto su actividad favorita una vez que comenzaron las vacaciones.

Tomó el celular del bolsillo de su abrigo, ya que éste no paraba de vibrar. Kise había estado enviándole mensajes toda la madrugada recordándole que hoy era la ceremonia de graduación de los de tercero y que estaba algo deprimido porque su capitán, pues ya no será más su capitán.

Es ese típico sentimiento masoquista de extrañar a la persona que te ha hecho sufrir, aunque para bien. A pesar de haber estado juntos sólo una temporada, habían creado un gran lazo de compañerismo y amistad. Y estaba segura de que el azabache también lo extrañaría.

Inoue tenía bien en claro lo de aquel día pero no había dejado de dar vueltas en su cama sobre volver a aquella ciudad.

‹ Se lo prometiste el día que dejaste Kanagawa. Esa tarde en el parque donde crearon felices momentos para ambos. Lo odio, pero no puedes no estar ahi. ›

« Estoy asustada. »

Ya ni siquiera quería estar en Kyoto. Mudarse a Hokkaido habría sido la mejor opción desde entonces, pero solo quedaba ahí, en una ilusión, como todo lo que quería.

Llegó a la gran estación de la ciudad y abordó el shinkansen que parecía estar esperándola solo a ella. Éste iba bien cargado pero justo un lugar se liberó y tomó asiento.

—  No puede ser. —oyó una voz femenina rezongar a su lado, ella lo ignoró suponiendo que pensaba en voz alta o hablaba por teléfono, pero al sentir su intensa mirada encima, dudó —  Mi primer día de vacaciones y ya está arruinado por ver tu horrenda cara.

Bueno, definitivamente tuvo que sentirse aludida por aquello. Giró su rostro con confusión y al verla lo comprendió todo.

— ¿Himori?

La pelinegra la miraba de reojo, reposando su rostro sobre la palma de su mano con una sonrisa cómplice.

— No, la diosa de los Iluminatis. —escupió con sarcasmo y le acusó con su dedo curiosa — Dime que no tengo que aguantarte hasta Tokyo.

Inoue estaba perpleja, no sólo porque pensaba en que iba a tener que soportarla tres horas de viaje, sino por como la miraba, podría estar siendo ruda con sus palabras pero su rostro mostraba todo lo contrario, como si simplemente estuviera jugando. 

— No, estoy yendo a Kanagawa a ver a alguien. — respondió con total normalidad.

— ¡Sigue siendo lejos!

Esa situación si que era extraña, pero si la ex capitana no mostraba señal de agresión, Inoue no iba a responder igual. Aunque alguien dentro de ella deseaba salir con todas sus ganas y darle una buena paliza.

Himori le esquivó la mirada cambiando su expresión a una ofuscada y observó como el paisaje comenzaba a correr a su lado.

Guardaron silencio unos minutos hasta que la morena decidió volver a tomar palabra tomando por sorpresa a la peligris.

Amo odiarte | Akashi SeijuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora