2 - Bienvenida

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El despertador de su celular no paraba al ritmo de Spyair, o mejor dicho, ella no quería detenerlo. La canción "Naked", con su potente intro hacía despertar con energías a cualquiera. Akane realmente las estaba necesitando esa mañana. Su primer día de clase había llegado y no se sentía para nada emocionada, sino nerviosa y ansiosa. Apenas pudo conciliar el sueño en su nueva y espaciosa cama de dos plazas.

Se levantó y fue directo a darse un baño. Se preparó café para desayunar y se dedicó a observar el nuevo uniforme que la acompañaría el resto del año y el siguiente. Ella ya quería verse graduada y en Tokyo, tal como le había prometido a Kasamatsu, ir a su misma universidad y seguir fiel al lado de su gran amigo.

Luego de terminar de arreglarse y dejar su nuevo departamento en orden, inhaló y exhaló una gran cantidad de aire antes de cerrar con llave la puerta y partir con su amada bicicleta Halley hacia la preparatoria Rakuzan. A su padre no sólo le bastó con costearle aquel lujoso y enorme departamento de tres ambientes totalmente equipado para ella sola, sino que también le había querido obsequiar un automóvil cero kilómetro. Akane se negó rotundamente a esa idea. Era algo totalmente innecesario ya que estaba a pocas cuadras de la academia y no estaba interesada en ello. Jamás le importó lo material ya que sentía que sus padres le demostraban su amor por ese medio y ella lo odiaba totalmente.

Llegó a destino y se sintió un poco desorientada. El edificio era enorme y estuvo media hora buscando donde guardaban las bicicletas los estudiantes.

—   ¿Necesitas ayuda?

Una curiosa voz le llamó la atención a sus espaldas y ésta ya se puso nerviosa. Se supone que no iba a hablar con nadie, que iba a hacer vida de ermitaño hasta que termine el año o hasta que termine tercero.

Inoue se giró sobre sus talones y se encontró con un muchacho alto de cabello gris, un tanto más oscuro que él de ella, y ojos profundamente oscuros. Se le cayó la baba al instante.

« ¡Es muy guapo! »

‹ Concéntrate, idiota. ›

« Como sea, de todas maneras necesito ayuda. »


—    Si, gracias.   — dio una leve reverencia —  No encuentro el cicloparqueadero. ¿Podrías decirme como llego a el?

El muchacho mantuvo su mirada serena sobre la chica haciéndola sentir un poco incómoda. ¿Tan estúpido era no saberlo?

—   Eso es porque entraste por el lado sur de la academia. El cicloparqueadero está en la entrada norte.

« ¿Lado sur? ¿Entrada norte? ¿Que clase de academia es esta? »

Akane sacudió la cabeza tratando de borrar la cara de perdida y sinvergüenza que tenía impregnada y le dedicó una sonrisa al peligris.

—    Gracias por tu ayuda. Ya se por donde debo ingresar mañana.

La verdad seguía sin tener idea y no lo disimulaba para nada.

—   Te acompañaré ahora así ya sabes el camino perfectamente y no llegas tarde a clases como lo estás haciendo ahora.

Akane quiso morir al recordar ese detalle. Realmente estaba llegando tarde su primer día ¿Que clase de impresión quería dar a la rectoría? Si o si tenía que pasar por ahí primero para saber qué salón le correspondía y retirar su material de estudio.

—   ¿Te sientes bien? Estas muy pálida.

La piel de la muchacha se erizó por completo al sentir nuevamente aquella mirada penetrante sobre sus ojos. Ese chico tenía algo que la ponía muy nerviosa, su expresión serena y fría tal vez no era muy tranquilizadora de su parte. No al menos para esta Akane.

—   Si... Si..   — tartamudeó —   Disculpa ¿Puedo saber tu nombre?

—   Mayuzumi Chihiro. — comenzó a caminar mientras ella lo seguía llevando la bicicleta roja a su lado —   Estoy en tercero, y no te preocupes, tengo la primer hora libre así que no pierdo clases por acompañarte.

« ¿Acaso eso fue sarcástico? ¿Que debería decir? »

‹ No sé, algo como "muere, nadie te pidió ayuda" ›

« Sabes que si se lo pedí. »

‹ Pero no que te acompañe. ›

«Touché. Pero se ofreció amablemente, no podía decirle que no. »

‹ Debilucha. ›

« Cállate. »


—   Te quedaste muda ¿No vas a decirme el tuyo?

Su voz la despertó de su trance interno y no pudo evitar avergonzarse por eso.

—   Si, perdón. Me llamo Inoue Akane, soy de segundo pero este es mi primer año aquí.

—   Bienvenida entonces.    — detuvo su paso —   Aquí puedes dejar tu bicicleta.

Señaló la enorme fila de bicicletas en medio de un gran pasillo. Sí que habían muchas. Akane sonrió amable a Mayuzumi y le agradeció nuevamente por su ayuda. Él asintió y se dio media vuelta dispuesto a marcharse.

—   La rectoría se encuentra en el ala izquierda, primer piso.

Mencionó e Inoue dio un leve suspiro una vez que lo perdió de vista. Tuvo suerte de encontrar a alguien amable que la ayudase. Aunque la llegada tarde ya se la había ganado.

Aquella escena la había hecho cuestionar sobre ser una persona solitaria allí. Ella no era muy fanática de la soledad, pero estaba asustada. No tener a Kasamatsu como liberador de almas a su lado realmente la perturbaba.

Llegó finalmente a la rectoría diciendo sin parar que lamentaba mucho la tardanza. No se llevó las mejores caras por parte de los supervisores y director, pero aún así le dieron la bienvenida. Su clase asignada fue la número cuatro. « Nada mal. » pensó para sí misma ojeando los papeles que le habían entregado con instrucciones y reglas comunes de la academia. Su atención hacia estos era diminuta.

Una vez parada en la puerta de su clase tomó una gran bocanada de aire y abrió la puerta luego de darle dos suaves golpes. Obviamente todas las miradas de los presentes se posaron sobre ella ocasionando que la piel se le erize por completo.

—     Disculpe la demora. Soy Inoue Akane, la nueva estudiante.

Miró al profesor quien estaba parado detrás de su escritorio algo desconcertado por la interrupción a su clase.

—    Cierto, adelante.   — cambió totalmente su expresión a una sonrisa cómplice, Akane se acercó a su lado y le entregó un papel que indicaba la entrada a esa clase —   Muy bien, yo soy el profesor de historia Kumini Ryo, ahora preséntate ante todos.

La peligris tragó sonoramente saliva y se armó de valor para hablar frente a veinte miradas asesinas.

—    Buenos días, mi nombre es Inoue Akane y vengo de Kanagawa. Espero nos llevemos bien.

Inclinó medio cuerpo unos noventa grados en una reverencia y se irguió rápidamente. ¿Realmente quería llevarse bien con todos? Bueno, al menos era consciente de que no quería pleitos, solo no llevarse ni bien ni mal. Ser invisible el mayor tiempo posible.  

Amo odiarte | Akashi SeijuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora