— Esto es tan extraño.Susurró mirando del otro lado de la red a la persona que le había confiado ser su mano derecha hacía unos meses atrás. Sus miradas se cruzaban con orgullo y desafío.
— Te has vuelto muy fuerte, colega. No me decepciones.
Retrucó la morena con su magnifica superioridad. Superioridad digna de humildad y admiración. Inoue seguía sin creer que aquello estaba pasando. Que realmente se tenía que enfrentar al equipo con el que había triunfado en las nacionales el año anterior.
— No, lo haré. No te decepcionare.
Una sonrisa confidente y un apretón de manos fue suficiente para declararse rivales a partir de ese momento.
Se posicionó cada jugadora en su lugar y comenzó el encuentro.
Dolía, muy dentro de ella dolía estar disputando un juego tan importante para ambos equipos. Ella debería estar del otro lado, siendo la vice capitana del Kaijo, usando ese uniforme azul marino que tanto apreciaba.
Las jugadas pasaban una tras otra, como rollo de fotografía y todo se sentía fuera de lugar en la mente de Akane, tanto que apenas tenía su cabeza en el juego.
— Oye... — le llamó la atención la capitana del contrario — No me hagas enfadar ¡Y juega como realmente lo haces! ¡NO TE CONTENGAS CON NOSOTRAS!
La peligris se quedó estática ante su furia, fue entonces que miró el tablero y éste marcaba un 24-15 a favor del Kaijo.
¿Qué tan consciente era de que su rendimiento había bajado considerablemente ni bien sonó el primer silbato del referí?
— Esa no es la Inoue Akane que conozco.
Agregó presionando su puño contra la red en una clara señal de impotencia.
‹ Cierto, la Inoue Akane que conoces tenía una sed de gloria que era capaz de quebrantar sus propios límites y leyes para conseguir lo que sea que quisiera. Esa Akane aveces tenía esos instintos de compañerismo que te hicieron verla como la persona ideal a tu lado como líder. Esa Akane fue boicoteada por todo a su alrededor e interior, tanto que cambió rotundamente una vez que puso un pie en el instituto Rakuzan. ›
Ver su número en otra persona era chocante, pero no podía permitir que la melancolía le truque una mala pasada a la situación actual. Ella ahora pertenecía al Rakuzan. Su camiseta ahora era albiceleste y llevaba el número uno bien pronunciado en negro en su centro. Por ese número y por ese color tenía que luchar y dar lo mejor de sí, sin mencionar que tenía toda la confianza de sus nuevas y fieles compañeras sobre sus hombros.
« Esta vez no interferiré. Es algo que tienes que resolver tu misma y respetaré. Aunque no te sorprendas si en algún momento me gana el impulso. Despues de todo, deseo ganar. »
La oyó susurrar y tras un sonoro suspiro, retomó su postura.
— No pienso dejar esto así como así. Solo estoy entrando en calor.
Y otra vez esa sonrisa confidente le hacia frente a su rival.
— Lo prometiste. No rompas tus promesas.
Le respondió devolviendo el gesto. Y fue así como entre bloqueos, zurdazos, remates cruzados, entre otros, el partido se selló con una estridente victoria para el Rakuzan. Y a pesar de que ese resultado las llevaba directo a las nacionales, Inoue no estaba para nada feliz. Mientras sus compañeras se abrazaban y gritaban entre sí a punto de lágrima. La peligris no se movió ni dos milímetros después de haber conseguido el último punto. Mantenía su mirada agachada y en silencio, hasta que sintió como una mano era estirada frente a ella. La capitana del Kaijo la miraba sonriente.
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Amo odiarte | Akashi Seijuro
FanfictionSer transferido de preparatoria ingresando al segundo año no es nada divertido. Uno ya tiene sus amigos hechos, sus actividades organizadas, se gana su puesto en algún club, entre otras cosas. Inoue Akane empezaba a pasar por eso. ✔ La mayoría de l...