El renacer del cuervo

Capitulo 26

Narra Laila

Hacía cinco días que milagrosamente Gwen volvió de la muerte, estábamos contentos, Raphael y Leslie en su viaje se alegraron y preguntaron si podían ya quedarse en París, Gwen les dijo que sí, que era necesario que retomaran su vida, ella caminaba libremente por la casa, ya no era necesario que la ayudaramos, avisamos a la familia Montrose que estábamos en Inglaterra nos quedariamos unos días en una sede de la logia cerca de Londres, pero "no sabíamos la fecha de regreso", pero de saberla tampoco les diríamos ya que seria sorpresa, Gwen llevaba los últimos 5 dias sin elapsar era increíble que no sufriera un salto incontrolado al parecer su cuerpo estuvo en reposo tanto que olvidó activar el en en su sangre, pero quedamos de que lo haríamos nuevamente hoy.

Eclipse el gatito no logró acostumbrarse a la ciudad asi que habia escapado uno de los tantos días en los que cuidabamos a Gwen, cuando le dimos la noticia ella entristeció mucho, ya que lo habíamos buscado, pero pronto descubrimos que falleció atropellado por un auto, ella se sintió triste pero dijo que más temprano que tarde adoptaría otro, la casa era gigante y podría tener hasta 30 gatos si quería, entre risas y pequeñas lágrimas trataba de olvidar la muerte del gatito que había vivido con ella desde hace casi 5 años.

Noah: Lai, Lai ¿Dónde está tu mente?.
Laila: Lo siento Noah estaba volando.
Noah: Me dí cuenta. 

En ése momento me levanté del sillón, estaba caminando derecho a la actual sala del cronógrafo provisoria, osea el sótano, caminaba concentrada mi mente divagaba en círculos, recordaba cada uno de los días en el internado, hoy era el aniversario anual del internado, recordaba como con Charlie nos divertíamos tanto ese día festivo, nos dejaban salir al pueblo a recorrer y hacer algunas compras, todo era hermoso, no creía que lo extrañara tanto. Unas cuantas lágrimas resbalaron por mi mejilla, seguí caminando por los pasillos de la casa mientras imaginaba estar caminando en los del lugar que anteriormente había sido mi hogar.

Gwen: Lai, Lai, hermanita, Tierra llamando a Laila. ¿Pequeña por qué lloras?
Lai: Lo siento Gwen, estaba absorbida en mis pensamientos.
Gwen: Eso lo sé, ¿Pero qué pasa?
Lai: Es el hecho de saber qué crecí lejos de toda mi familia, mi madre jamás demostró una gota de amor hacía mí.
Gwen: Créeme que lo siento pequeña, pero te entiendo yo también crecí lejos de mis padres, engañada, pero a lo largo de los años recupere el tiempo perdido, te entiendo -tomándola en sus brazos y acurrucandola-.
Lai: -Sollozando- Tuve mucho miedo de perderte Gwen, tú eres la persona qué más quiero, no me dejes jamas por favor.
Gwen: -Abrazándola- Tranquila hermanita, nada ni nadie me van a separar de ti lo prometo.
Lai: -Sonriendo- ¿Por la garrita?
Gwen: Por la garrita. 

Esa conversación hizo que mis dudas desaparecieran y que nuevamente las inseguridades qué me abrumaban se tranquilizaran. 
Sequé mis lágrimas me apasigüe y abracé a mi hermana, tal vez no de sangre pero sí de corazón, un corazón hermoso que me quiso desde que supo de mi existencia, qué no juzgo solo estuvo para mí como si nada ni nadie importarán. 

Gwen: ¿Vamos a elapsar?
Lai: Claro que si vamos.

3 horas en el pasado riéndonos Gwen me contó muchas anécdotas de pequeña de como era el abuelo Lucas y cuántas veces ella incitaba a la multitud a hacer travesuras, mí día cambió cuando me di cuenta que no estaba sóla cómo pensaba, si no que siempre hay alguien, aunque no lo veamos, está frente a nuestras narices.

Narra Gwen

Hacía cinco días qué había por así decirlo vuelto a la vida estaba muy contenta me manejaba por la casa como si nada, nunca había elapsado lo cuál era raro ya que debía de haberse provocado algún salto incontrolado pero no pasó, esta tarde iríamos a elapsar con Lai pero estaba rara, no sabía qué le pasaba la encontre vagando en los pasillos con cara neutra pero veía como sus ojos se tornaban rojos dando paso a la formación de algunas lágrimas.