"Capítulo 2"

1.5K 53 4
                                    

El mes de junio terminó rápido y, y ya estábamos a 30 de junio, por la mañana.

Habíamos quedado Alina y yo por la tarde. Íbamos a dar la última por Madrid.

Me levanté a las once pasadas. Sonreí y caminé hasta la cocina.

—Buenos días, mamá —besé su mejilla.

Sonrió y besó mi mejilla.

—¿Qué tal despertarte?

—Bien. Voy al baño y te ayudo con la cocina.

Asintió.

Fui al baño y me lavé la cara e hice mis cosas.

Caminé a mi habitación para coger el móvil y le mandé un mensaje a Alina.

Noemi: Hola!!! Qué tal despertaste?? Hoy nos vamos a Marsella!!

No me contestó.

Fui a la cocina y mi madre estaba con el ordenador.

—Estás de vacaciones. Deja el trabajo.

—No puedo. Es el último trabajo y después, a disfrutar del verano.

Suspiré y besé su mejilla.

—Bien.

Sonó mi teléfono y era Alina.

👭💘: Síí!! Estoy muy ilusionada! Y tengo miedo a los aviones.

Noemi: No va a pasar nada, Ali.

(...)

La mañana pasó y a las cinco y media, quedé con Alina. Fuimos a Sol. Nos quedamos por allí un rato, compramos bikinis y ropa veraniega.

Después, fuimos a Gran Vía. Nos sentamos en la terraza y vino el camarero.

—Bien, dentro de —miré la hora —. Dos horas y media nos vamos. ¿Nerviosa?

—Sí. Pero a la vez estoy ilusionada. Ir a Marsella con mi mejor amiga.

Sonreí y la abracé.

Comimos un par de raciones.

—Quedamos a las ocho en el aeropuerto.

Asintió. Pagamos la cuenta entre las dos y cada una se fue por su lado.

Entré a casa y busqué a mi madre. Estaba en su despacho.

Suspiró y cerró el ordenador para luego, tocarse la sien.

—¿Ya terminaste? —pregunté.

Asintió.

La abracé y besé su mejilla.

Miró la hora en su móvil.

—Tenemos que ir yendo. Son las siete y cuarto y tardamos mucho en llegar al aeropuerto —dijo mirándome.

—Mejor, te dejo dormir un rato, y después, nos vamos.

Sonrió y me abrazó.

Yo a fui mi habitación y coloqué cosas que me faltaban.

Me probé la ropa y después, corté la alarma y la etiqueta y metí la ropa nueva en la maleta.

Cuando eran las siete y media, desperté a mi madre y nos fuimos al aeropuerto.

Llegamos a las ocho pasadas.

Mi madre llevaba el billete y el pasaporte. Pero creo que no hacía falta el pasaporte.

Desde que te conocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora