"Capítulo 25"

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Mientras que íbamos mirando ropa, le contaba todo lo que ocurrió con Lucas. Después de comprar un poco de ropa, yo compré un conjunto para cuando haga frío. Porque todavía hacía calor.

Cuando eran las nueve menos algo, nos sentamos en la terraza de un bar.

No había tanta gente como para la de un viernes.

Nos atendieron a los minutos. Pedimos nuestras bebidas y cuando nos las trajo, también vino con un aperitivo.

—Gracias —sonreí.

Sonrió y se fue.

Alina estaba con su móvil grabándome, seguro. Reí y eché la lengua.

Rió y me enseñó el vídeo, que era un boomerang.

Lo subió y yo hice lo mismo. Lo subí y reí.

—¿Qué pediremos? —pregunté.

—Lo mismo de siempre.

—Quiero cambiar —hablé cogiendo la carta. Empecé a mirar—. Podemos pedir lacón a la gallega.

Se encogió de hombros.

Se acercó un hombre, como de mi edad.

—¿Te puedes hacer una foto conmigo, por favor? —preguntó.

Asentí.

Nos hicimos la foto.

—Eres muy maja, me encantas —besó mi mejilla.

—Gracias.

—Gracias a ti.

Se fue y sonreí. Alina y yo estuvimos hablando hasta que vino el camarero y le pedimos lo que queríamos.

Él se llevó el aperitivo.

Pasé una noche fantástica con ella. Siempre me hacía sonreír.

Según llegué a mi casa, Adrián salió de la suya.

—Quiero hablar —dijo serio.

Le dejé entrar.

Se sentó en el sofá.

—Me ha dejado mi novia. Y no sé —dijo con la voz rota.

Me senté a su lado.

—No pasa nada. Hay más chicas.

—Pero fue a quien le entregué mi primera vez. Pensaba que era la correcta.

Besé su mejilla y le abracé.

—No pasa nada, Adrián.

Suspiró y se echó para atrás.

—No sé qué pensar. ¿Cómo perdiste tu virginidad?

Reí y me tumbé en su pecho. Pasó su brazo por mis hombros, para estar más cómodos.

—Fue en una fiesta que se hizo en una casa de un amigo de mi primo. Fue como a los 16 o 17 años. Estaba borracha, al igual que mi primos, y todos —reí—. De pronto, mi primo se acercó y me besó. Terminamos en una habitación de la casa y lo hicimos. No fue la mejor opción, pero no me arrepiento.

—¿Cómo que no te arrepientes? Lo hiciste borracha, y con tu primo.

Me encogí de hombros.

—No me dolió porque no lo recuerdo —reí.

Sonrió.

—¿Quieres salir de fiesta? —pregunté—. Te olvidarás de todo.

Se encogió de hombros.

Desde que te conocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora