"Capítulo 27"

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El partido comenzó un poco frío, no había muchas oportunidades para ambos equipos. El Qarabag se defendía muy bien, al igual que nosotros.

Yo animaba, cantaba los cánticos y también gritaba.

El primer tiempo, finalizó con el gol de uno de Qarabag. Me sentía con impotencia, desganada. Entré al vestuario. Todos estaban con la cabeza baja.

—Esto no termina aquí —susurré. Todos me miraron—. ¡Ahora hay que dejarse la piel! ¡Quedan 45 minutos para marcar otro gol! ¡Quiero que juguéis como nunca lo habéis hecho! ¡Os jugáis la entrada a la Champions! Y si no ganamos, al menos dar lo mejor de vosotros. Quiero salir de este estadio estando orgullosa de este equipo. ¡Vamos, Atleti! —grité aplaudiendo.

Sonrieron y aplaudieron.

—¡Noemi tiene razón! —exclamó Gabi—. Tenemos que dar lo mejor de nosotros. ¡Venga, vamos!

Sonreí.

—¡Quiero veros activos y atentos! —grité aplaudiendo—. ¡Venga, va!

—¿Vas a jugar tú? —rió Griezmann.

Reí.

—¿Podrías darle más realismo? —habló Gaitán.

Reí con lágrimas en los ojos.

—¿Realismo? El realismo es que si quedamos empatados, tenemos que ganar los próximos partidos de Champions y la Roma o el Chelsea, tiene que perder contra el Qarabag, cosa que será imposible. Y si no ganamos o el Qarabag, nos quedamos fuera y jugaremos la Europa League. ¿Ese realismo? —miré a Gaitán—. ¡Quiero que salgáis ahí y deis lo mejor!

Entró el Cholo y dijo que ya teníamos que salir. Suspiré y salí de ahí con una capa de lágrimas.

Volví a mi asiento y suspiré mirando al campo.

Comenzó la segunda parte. Tras varios minutos, marcó Thomas. Aplaudí y grité un "¡Vamos!".

El partido siguió y hubo una tarjeta roja a uno del Qarabag por una entrada bastante dura a Godín. Y el partido terminó 1-1. Resoplé y negué con la cabeza. Lamentable. Tanto como los jugadores como la afición.

Bajé a los vestuarios y esperé a que se cambiaran. Las personas que me miraban, me miraban con miedo. Tal será porque tengo cara de mala hostia. A la mínima exploto.

Fueron saliendo los jugadores del Atleti, que me miraban con la cabeza baja. Salió Lucas, que según le vi, le abracé. Besó mi cabeza y nos quedamos varios minutos abrazados.

Después, caminamos hasta la zona mixta, donde Gabi estaba hablando. Miré a Gabi. Tenía la cara pensativa y se le notaba la decepción.

Suspiré.

—¡Noemi! —me gritó un periodista. Y la verdad es que me sorprendió—. ¿Qué piensas del partido?

Me solté de la mano de Lucas y caminé hacia allí.

—¿Qué piensas del partido? —todos los micrófonos se acercaron a mi boca.

—Un desastre. Tanto como los jugadores, tanto la afición. Todo. Los jugadores ni hicieron nada. El error fue sacar a Gaitán. ¿La afición pitando a sus propios jugadores? —reí—. Me sentí decepcionada con eso. Los que pitaron, no debieron ser del Atlético de Madrid. Si pensáis que estamos fuera y que no hay esperanzas, iros bajando del carro, porque este no es vuestro sitio. ¿Es difícil que ganemos a la Roma y al Chelsea? Sí. Pero no es imposible. Ahora tenemos que seguir trabajando, esforzándonos y ¡aúpa Atleti! Gracias por vuestra atención y buenas noches.

Desde que te conocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora