Capítulo 5: ¿Ganaremos? Ganaremos.

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Antes de que nos tocara pelear, pasaron unos cuantos, por lo que vimos muchas peleas interesantes, como la de Midoriya y Todoroki contra Kaminari y Sero, el cual tenía un kosei bastante bueno, sacaba cintas por los codos, lo cual le daba cierta ventaja si pudiera conseguir atrapar a alguno, pero, Todoroki los congeló, demasiado rápido, fue devastador, Midoriya no podía mover su brazo, se había roto los huesos, pero resistió bastante bien, además de que se quedó en todos los combates porque no quería perder detalle.

Ya había salido Katsuki y Kirishima, contra Tenya y Shoji, que a pesar de todos sus brazos, y la velocidad de Tenya, no tuvieron oportunidad con las explosiones de Katsuki, que en sus ojos había verdadera sed de sangre, Kirishima sólo se concentró en no salir perjudicado, y como era previsto, ganaron, ya que la mirada de Katsuki, daba verdadero terror.

Cuando nos nombraron, mis manos empezaron a sudar, All Might, el cual era nuestro profesor de Educación Física, nos dejó coger objetos si queríamos, Jiro, cogió amplificadores, Tenya propulsores, y yo fui a ver si había algo afilado; encontré una espada, muy parecida a la de mi padre, era justo lo que necesitaba, algo que no tuviera que estar a una distancia demasiado corta.

Me situé en el campo de batalla, al lado de Hitoshi, el cual me afirmó con la cabeza para hacerme saber que estaba listo, devolviéndole el gesto, miré hacia el frente, en el cual estaban Yaoyorozu, con una cara demasiado sombría, no me lo explico, ella solía ser bastante insegura, pero parecía que en verdad quería ganar, y Ashido, que tenía una sonrisa en la cara, si que tenía ganas de empezar, ya que no paraba de pegar mini saltitos.

Las reglas eran simples, si sólo uno de los participantes salía de los límites o no podía continuar peleando, perdía la pareja, aunque la otra persona pudiera seguir, es un trabajo de uno, pero en dos personas, así que teníamos que compenetrarnos.

Dieron la señal, Hitoshi hacía preguntas, él sólo hablaba y hablaba, Yaoyorozu lo ignoraba, mientras creaba diversos objetos, pero Ashido cayó, una menos, Hitoshi estaba distraído, intentando que Ashido saliera del cuadrilátero, cuando Yaoyorozu se abalanzó sobre mí con un escudo y una espada, sólo necesitaba su sangre, sólo eso y habría ganado.

Me armé de valor, recordando las veces que mi padre se empeñaba en enseñarme a defenderme sola, como me enseñaba a mover una espada, un cuchillo, una navaja o, simplemente una daga, me lo enseñaba todo, y siempre con una sonrisa, era su única hija, él siempre había querido enseñar todas sus técnicas, y ahora me tenía a mí.

No dudé, ni titubeé, ni siquiera me dio tiempo a pensar, corrí hacia ella, para hacerle un simple corte en la mejilla, la cual, por acto reflejo, levantó su brazo, provocando que este fuera el dañado, había conseguido sangre, iba a chuparla, pero Yaoyorozu se me tiró encima, haciendo que la espada atravesara el límite.

Me pegaba con todas sus ganas...

En las mejillas, ojos, cuello, nariz...

Le daba igual...

Sólo me golpeaba...

Intenté cubrirme con mis brazos, provocando que estos se dañaran, pero al menos había dejado de golpear mi pobre ceja y labio medio rotos; en cuanto tuve una oportunidad, la tiré al suelo, subiéndome encima suya, tal y como ella lo había hecho, cogí sus brazos, y lamí su herida, ya había ganado, ya lo había hecho.

Con un simple movimiento de mi mano, la saqué fuera de los límites, su sangre era de tipo A, por lo que en unos minutos se iba totalmente mi efecto, aunque claramente podía moverse.

Al girarme me di cuenta de que habíamos ganado mucho antes, Hitoshi había sacado a Ashido hace unos cinco minutos atrás, pero a Yaoyorozu le dio igual; todos me miraban sorprendidos, estaba respirando agitadamente, seguía de rodillas, por lo que apoyándome completamente en estas, eché mi cabeza hacia atrás mirando al cielo, disfrutando de la brisa de aire fresco que mecía mi pelo, felicitándome por haber ganado.

Hitoshi colocó su mano derecha en mi hombro izquierdo, se encorvó hasta llegar a mi altura, poniéndose en cuclillas, me sonrió con los ojos más dulces que tenía.

-Hitoshi: Hemos ganado, lo has hecho bien.-

Le sonreí de vuelta, nos fuimos hacia detrás del edificio, ya que allí había máquinas expendedoras, y ahora mismo, nos hacía falta un buen refresco cargado de azúcar, nada de light o zero.

Los demás nos miraban con curiosidad, algunos con sorpresa y otros simplemente no podían seguir hablando, estaban totalmente aturdidos. Eso me hizo sonreír de lado, por una vez podía sonreír con autosuficiencia, sabía que no era la mejor, pero podía consentirme de vez en cuando.

Bebimos dos Monster Energy, de los originales, para que nos subiera el azúcar a cien y ponernos como motos, no íbamos a poder estar tranquilos por un buen rato, pero, era justo lo que necesitaba, necesitaba adrenalina, alguna alteración, algo... Algo que me dijera que sigo viva.

Hitoshi se había sentado en un banco que estaba al lado de la máquina, yo me apoyé en esta, eché mi cabeza pegándola al frío metal, era refrescante, tranquilador, pegué un trago a la lata, sabía bien, además de que no me preocuparía en un buen rato al no haber comido casi nada; Hitoshi bebía de la suya, para luego apoyarse en sus rodillas, tenía una sonrisa dibujada en la cara, una sonrisa de suficiencia, de orgullo, de confianza absoluta, se veía que estaba contento con nuestro resultado, sabía que lo podríamos haber hecho mejor, pero era suficiente, nuestro objetivo era sorprender, y lo habíamos cumplido.

El viento era suave, en esta zona había más que de costumbre, ya que siempre estaba a la sombra, y había corriente, en algún momento de nuestra tranquilidad absoluta, apareció doblando la esquina una sombra, se acercaba amenazadoramente hacia nosotros, su forma de caminar, su pelo al ser ondeado por el viento, sus ojos rojos, todo lo delataba, sabíamos quién era antes de haber podido verle más de cerca.

-Katsuki: ¡Eh, maldita! ¿¡Por qué...!?-

Se notaba que quería seguir hablando, pero su mirada pasó de mí a Hitoshi, cuando lo vio, cortó de inmediato lo que quería decir, parecía que no se había dado cuenta de que estaba allí, chasqueó la lengua sonoramente, y se largó tras dedicarle una mirada de pura furia a Hitoshi, el ambiente estaba tenso, pesado, no era agradable; Hitoshi, quien no había titubeado en su mirada, ni siquiera se encogió ni un poco en su sitio, lo siguió con los ojos hasta que volvió a desaparecer al doblar la esquina, seguidamente dirigió su mirada hacia mí.

-Hitoshi: ¿Tienes problemas con ese?- 

-_____: No, a mí también me ha sorprendido.-

-Hitoshi: Ya veo.-

Me sonrió, no sabía a que había venido eso, fue demasiado raro, nunca habíamos hablado, y en un sólo día, lo he hecho tres veces, aunque me quedé con la curiosidad no me importó mucho, sabía que tendría que volver a preguntármelo, tarde o temprano lo iba a saber.

Y prefiero que sea tarde a nunca.




Hulaaaaaaa, qué tal?? Yo bien, un poquito cansada de los exámenes, pero qué se le va a hacer?

Me habéis echado de menos?? Yo a vosotras síííí, además, de que he conseguido nuevas lectoras para este libro y no para el otro, por lo que estoy más feliz todavía :)

Angelitos caídos, espero que os haya gustado.

Buenas noches, miniexplosiones :P

Te quiero aquí... (Katsuki Bakugou y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora