Tres minutos...
Tres minutos faltaban para que sonara el despertador.
Cada vez duermo menos o peor, cualquiera de las dos opciones me vale.
Me levanté con pesadez y me dirigí al baño con el móvil en la mano, para que cuando sonará poder apagarlo rápidamente. Me duché y peiné con una coleta, desayuné mínimamente y volví al baño a lavarme los dientes, me eché colonia y me puse la gabardina de Katsuki al salir.
Caminaba tranquila y con dolor de estómago, ya que me sobraba tiempo y tenía la regla. El aire era frío por la mañana y eso, aunque fuese prácticamente invierno, me ayudaba a despertarme mejor y más rápido.
Tenía un sueño exagerado, pero por más que intentara dormir no iba a conseguir descansar ni cinco minutos. Las pesadillas se sacudían en mi cabeza una y otra vez, lo que me dejaba más cansada que antes.
Subí las escaleras de la entrada para ir hacia la clase de Katsuki, a devolverle la gabardina, y seguidamente a la mía, a descansar, o al menos dispuesta a intentarlo. Aunque nada más doblar la esquina para dirigirme a las clases, Katsuki me agarró del brazo y me empotró contra la pared, poniendo su brazo derecho por encima de mi cabeza, apoyándose en la pared; acorralándome entre ella y él, justo delante de todos; y estos no tenían nada mejor que hacer que quedarse a mirar.
-Katsuki: Hoy no vamos a poder estar juntos, nos tenemos que ir la clase A y B a un maldito entrenamiento, tampoco te voy a acompañar a tu trabajo.- Asentí lentamente, mirando sus ojos rojos.
-_____: Está bien, da igual.- Katsuki frunció el ceño.
-Katsuki: ¡No, no está bien! No está para nada bien y mucho menos da igual.- Bajaba su tono de voz a medida que continuaba con la frase, no era el mejor sitio para ponerse a gritar y mucho menos cuando a todos les parecía la mar de interesante.
Se separó de mí, incorporándose, dejándome lo justo como para poder volver a respirar tranquila. Automáticamente me acordé de que le tenía que devolver la bendita gabardina.
-_____: Gracias por dejarme tu abrigo.- Mientras lo decía dejé la mochila en el suelo y quise desabrochármela, pero Katsuki me cogió la mano apartándome de los botones.
-Katsuki: Devuélvemela mañana, quiero que la lleves puesta.-
Los de la clase A y B, que no estaban en el pasillo, empezaron a salir con sus cosas, ya que tenían que hacer un entrenamiento, algunos se nos quedaron mirando con cara de póquer, otros (sólo era Kirishima, Sero y Kaminari) sonrieron a Katsuki como padres orgullosos de su hijo, y otros con asco. Aunque muchos pasaban de nosotros.
Katsuki me dio la mochila y me agarró de la nuca, poniendo un beso en mi frente, antes de irse totalmente me susurró un -Mañana te recojo.- Y suspiró cansadamente, luego me soltó, para bajar las escaleras mezclándose entre sus compañeros.
Me apoyé en la pared hasta perderlo de vista, Kirishima me guiñó un ojo y levantó el pulgar, como felicitándome por haber llegado tan lejos.
Decidí llegar a mi clase, atravesando la marea de estudiantes que me miraban como si fuera un espécimen de laboratorio; no se alejaban mucho tampoco.
Llegué a mi sitio con Hitoshi esperándome levantando las cejas.
-Hitoshi: No duermes muy bien últimamente, que digamos, ¿verdad?- Ni me molesté en contestarle, ya sabíamos la respuesta.
Me senté y dejé la mochila en el suelo, seguidamente dejé mi cabeza reposando sobre mis brazos, que estaban encima del escritorio. Hitoshi me acarició la cabeza como si fuera un perro, aunque a veces intercalaba mechones de pelo entre sus dedos.
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Te quiero aquí... (Katsuki Bakugou y tú)
Fanfiction¿Por qué..? ¿Por qué tú..? ¿Por qué tú de entre todos..? ¿Por qué tú me enamoraste..? Hay chicos más simpáticos, más amables, más buenos conmigo... Pero aquí estoy, enamorada de ti, y aunque no quiera admitirlo, no puedo sacarte de mi mente, no pued...