Capítulo 11: ¿Eh?

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Estaba durmiéndome, las clases de matemáticas no eran, que digamos, demasiado entretenidas, para, al menos, mantenerme, aunque sea, un poco atenta. El profesor hablaba y hablaba, pero no explicaba nada, parecía que sí, pero no; la mayoría de las veces ni te enterabas de la "explicación", aunque hubieses puesto la mayor atención del mundo.

Sonó el timbre que anunciaba el descanso, despertándome de mi ensoñación matutina. Recogimos nuestros libros (Hitoshi y yo) y los guardamos con una pesadez increíble; él, simplemente porque era así, yo, por culpa de la pesadilla de esta noche, aún después de lo que pasó antes, seguía sintiéndome cansada, sin ganas de nada. 

Salimos a paso de tortuga de la clase y nos dirigíamos hacia el comedor, cuando, Katsuki salió de su clase, y arrastrándome del brazo me llevó hacia la parte trasera de la academia, dejando a Hitoshi solo y con ganas de matarlo; yo de verdad que no quería ir con él, primero porque seguro y me mata, y segundo porque no quería verle después de lo de esta mañana; pero, claramente, no podía resistirme, porque me explotaría la cara en ese momento si digo algo, y porque no tenía ni ganas ni fuerzas para, por lo menos, quejarme.

Allí me soltó, bruscamente y sin ningún cuidado, provocando que me chocara contra la pared. Katsuki me miró, y de todas las veces que lo había deseado, hoy no podría estar más en contra; ya que, si su kosei fuera algo de los ojos, ya estaría frita. Se me aproximó peligrosamente, con una sonrisa siniestra en su cara, y las manos en sus bolsillos.

Me gustaría salir corriendo, pero, no tenía ni idea de dónde estábamos, además de que estábamos cubiertos por columnas, por lo cual era casi imposible que alguien apareciese por aquí, ya que estaba prohibido, y los profesores estaban en su preciado descanso, en el cual se negaban a atender otros asuntos.

-Katsuki: Tú, ¿¡no podías mantener la boca cerrada!? ¿¡Tenías que hablar!? Por tu culpa, no paran de preguntar y cotillear.-

Le miré y tragué saliva, esto iba para largo; en un momento me acordé de cuando mi padre me regañaba por algo y se ponía así conmigo; por lo que la bronca seguía durante, por lo menos, una hora o dos. Poco tiempo le sostuve la mirada, por lo que no tuve otra opción que mirar hacia mis pies y abrazarme a mi misma. 

Supongo, que se desesperó al no encontrar respuesta, y me cogió de los brazos, pegándomelos contra la pared, provocando que pegara un bote en el sitio. Acercó su cara a la mía, obligándome a mirarlo, sus pupilas estaban contraídas y la esclerótica tenía más venas de lo normal, vamos lo blanco del ojo.

-Katsuki: Maldita mocosa, ¿¡ahora te callas!? ¡Respóndeme, estúpida!-

Volví a bajar la cabeza, asustada. Los ojos se me aguaron rápidamente, su agarre en mis brazos se intensificó, seguramente, me provocaría algún hematoma por la fuerza usada, además de que empezaba a sacar humo por las manos, provocando que el calor traspasara la ropa y mi piel se calentara lentamente.

Se apegó más a mi, causando que el miedo se propagara por todo mi cuerpo, el agarre y el humo seguía en aumento; de un momento a otro, sin poder controlarlo y sin permiso, las lágrimas empezaban a bañar mis mejillas, odiaba esto, no quería que me viese así.

Subí la mirada con cierto temor, no sé porque lo hice, simplemente sucedió; al verme de esa manera, su cara tuvo un atisbo de sorpresa, sus pupilas volvieron a su tamaño normal, y su agarre se aflojó, dejando de sacar humo, pero no me soltó. Abrió los labios levemente, queriendo decir algo, más sólo empezó a respirar por la boca agitadamente, permitiendo que su respiración se mezclara con la mía. 

Volví a bajar la cabeza, no quería mirarlo, ni que él me mirará; de repente, pegó su frente a la mía de un cabezazo, dejándola allí en el proceso, y dejó salir un suspiro, seguido de un gruñido. Me quedé estática en mi lugar, ninguno de los dos nos apartamos, yo porque estaba pegada a la pared, pero no lo haría de todos modos.

-Katsuki: No vuelvas a hacer eso.-

No lo entendí del todo, no sé si se refería a lo de la mañana o a lo de ponerme a llorar. Tenía una mínima esperanza de que me limpiara las lágrimas, pero no se podía pedir lo imposible. Se quedó con su frente pegada a la mía y sus manos bajaron de mis brazos, yendo por mis antebrazos y manos, hasta que pasaron a mi cintura. 

Mi cuerpo temblaba debajo del suyo, había dejado de llorar pero todavía convulsionaba levemente, haciendo que se notaran aún más los temblores. Katsuki chasqueó la lengua y me apretó contra él, provocando que mis brazos quedaran en su pecho y mis manos tocando sus clavículas, que sobresalían.

-Katsuki: No voy a hacerte nada, así que para ya.-

No podía ser más bruto; más intenté calmarme para no cabrearle, sin éxito. Se separó de mi y se sentó en el suelo, tirando de mi brazo para también sentarme, aunque acabé entre sus piernas, con mi espalda en su pecho, él hundió su cara en mi cuello, escondiéndola y me abrazo por la cintura.

Había conseguido dejar de temblar, sin embargo de vez en cuando convulsionaba, pero casi ni se notaba, o eso quería pensar yo. Katsuki dejó salir un suspiro que acabó en mi piel, erizándomela completamente.

-Katsuki: Oye, ¿y si hacemos como si fuéramos novios?-

-_____: ¿Eh?-




Hulaaaa, me entro la inspiración!! Na~ mentira, mi hermano me obligó, pero no os acostumbréis, que ya empiezan las clases y otra vez a escribir muy de vez en cuando.

Qué tal??? Yo bien!! Espero que os haya gustado!!!

Buenas noches, mini-exploooooosion (leer con entonación Megumin XD)

Te quiero aquí... (Katsuki Bakugou y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora