Capítulo 16: Mareo

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Café y magdalenas, ¿café y magdalenas?

Café, eso era pasable, pero... ¿magdalenas? A ver, que yo entiendo que te pueden gustar, están buenas y todo eso, pero es tan raro ver a Katsuki comiendo magdalenas rellenas de chocolate sin parar, ya se había comido una docena sin respirar.

En cuanto terminó con las que estaba comiendo, me dirigió una mirada para llamarme sin tener que gastar saliva. Me dirigí hacia la mesa 11, ya se había hecho costumbre que se sentara allí, y me acercó a él cuando estuve a su lado.

-Katsuki: Quiero otro café.-

-_____: Ya te has tomado tres.- Me frunció el ceño.

-Katsuki: ¿Y?-

-_____: Te va a subir la tensión.-

-Katsuki: Ah, ¿qué ahora eres médico? ¿¡Te crees que me importa, maldita!?-

Dios, que humos. 

Me di la vuelta para llevarle el endemoniado café de las narices, antes de que toda la clientela y el personal se dieran cuenta y me hicieran pasar la peor situación de mi vida. Al volver me volvió a acercar a él cogiéndome de la muñeca.

-Katsuki: Sales a las siete y media, ¿no?- Asentí, dándole a entender que siguiera hablando. -Como queda media hora, tráeme un pastelito de fresas con nata.-

Yo volví a asentir, mientras en mi cabeza retumbaba la palabra "pastelito", quedaba tan extrañamente genial que saliese de sus labios, que fue inevitable que una sonrisa no surcara mi boca.

Se lo llevé, este chico si que come y no engorda, y seguí atendiendo mesas.

En cuanto acabó mi turno, me metí en los vestidores a cambiarme y Katsuki se levantó para pagar la cuenta.

Tengo un sueño que me estoy muriendo, y un dolor de piernas insoportable. Salí por la puerta trasera, como de costumbre, y allí estaba él apoyado en su moto, en la cual se subió seguido de mí. Arrancó y yo sólo me abracé a su espalda, apoyando mi cabeza entre sus omóplatos.

Se había hecho costumbre que fuésemos a todos lados juntos, en la academia se empezaban a acostumbrar y a nosotros cada vez nos incomodaba menos nuestra presencia, ya no había tensión ni nada por el estilo, aunque ayer haya sido nuestra primera cita, si es que a dormir en un parque se le puede llamar así, todo iba como la seda.

Olía tan bien y era tan reconfortante. Él ya había aparcado enfrente de mi casa y con los pies en el suelo, todavía sentado en la moto, y las manos en el manillar, dobló la cabeza para ver por qué no me había levantado todavía. 

-Katsuki: Ya hemos llegado.- 

No me digas, ¿en serio? Gruñí en respuesta

-Katsuki: Nena, ¿estás bien?-

Levanté mi cabeza mientras negaba levemente, saliendo así de la moto.

-_____: No es nada.-

-Katsuki: Te ves fatal.- Quise mirarle mal, pero me dio un mareo provocando que me tuviera que agarrar a algo, Katsuki, que tiene buenos reflejos, se movió rápido y me atrapó evitando que me cayese. -En serio, ¿qué pasa?-

Yo me apoyé en su pecho y rodeé su cuello con mis brazos, en parte aprovechándome de la situación y en parte por necesidad.

-_____: Sólo tengo un poco de sueño.-

-Katsuki: ¡Esto no se acerca ni a un poco!- Estuve a punto de responderle un "no me grites con este mareo", pero me contuve maravillosamente bien.

Me sentó en su moto y se llevó mis llaves para abrir la puerta de mi casa, al hacerlo, me cogió en brazos, estilo princesa, y después de dar una mirada de el mismísimo demonio, para advertir a todo aquel que hubiera pensado o quisiera poner una mano en su preciosa moto que se olvidase de hacerlo.

Cerró la puerta con el pie y mientras me llevaba hacia el salón, se sentó en uno de los sillones conmigo entre sus piernas. Me apoyé en su pecho, y la mano, que me tenía cogida por debajo de las rodillas, la subió hasta mi frente.

-Katsuki: No tienes fiebre, ¿no duermes bien?-

Solté una risa amarga que no pude reprimir y casi le suelto un "¿Dime cómo?".

Antes de que se enfadara o se pusiese a gritar, y mi cabeza explotara (de dos formas diferentes), me apresuré en negar con ella, al mismo tiempo en que cerraba los ojos y enterraba mi nariz en su cuello olfateándolo.

-Katsuki: ¿Pesadillas?- 

Casi me caigo de la impresión, menos mal que me tenía bien agarrada, aunque eso no impidió que mis ojos se abrieran como si hubiese visto a Luffy encontrando el One Piece, y no pude evitar pensar un "¿Eres adivino o qué?" Él solamente levantó una ceja. 

-Katsuki: Es obvio, ¿no? ¿Te secuestran y luego haces una vida normal? Lo siento nena, pero no, las cosas tienen repercusiones.-

Me tranquilicé tras su respuesta un poco, pero suspiré con cansancio, ¿cuánto tiempo las seguiría teniendo? De siete días de la semana tenía pesadillas cuatro, lo cual al año, es tener un paro cardíaco al tener demasiada presión.

Hice amago de levantarme, tampoco podría retenerlo aquí para siempre. Aunque eso era una solución, no era ético y no se qué, además de que él tenía familia, amigos y cosas que estudiar; aunque mis planes se vieron frustrados por su aprisionamiento de brazos en mi cuerpo.

-Katsuki: ¿A dónde te crees que vas? Estás mareada y con insomnio, ¿te crees que te voy a dejar levantarte?-

-_____: Pero te tienes que ir.-

-Katsuki: ¿Por qué? ¿Esperas a alguien?-

-_____: ¿Eh? Claro que no. Lo decía por ti. No creo que a tus padres le haga mucha gracia que llegues tarde.- Él chasqueó la lengua y sacó el móvil de un bolsillo, luego marcó un número y esperó a que contestasen impacientemente. 

-Katsuki: ¡Mamá!- Ay, por Dios, no grites. -No voy a llegar a casa.- Estuve a punto de soltar otro "¿¡Eh!?" y separarme, pero Katsuki me apretó más a él, dejándome con la cara hundida en su cuello. -¿¡Eh, y a mi qué me importa!? ¡Estoy con mi novia!- Casi me atraganto con mi propia saliva, sabía que habíamos acordado eso pero no también con su familia. -¡Qué me da igual, no voy a ir! ¡Adiós!- ¿Por qué grita tanto?

En cuanto colgó, tiró el móvil por ahí y me miró.

-Katsuki: Mi madre ha dicho que ni se me ocurra volver de madrugada que me deja en la calle, así que me quedo aquí, ya no hay problema. Bien, vamos a dormir.-

Ay, Dios mío. 

¿Y ahora cómo sobrevivo una noche?



Holiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!! Qué tal??? Yo muyyyy biennnn!!! Creo que se nota.

Bueno~, os estaréis preguntando por que he tardado en publicar una vida y media si he tenido dos semanas enteras de vacaciones sin hacer nada, pues mirad. Bueno, vosotras me entendéis, así que ya tenéis la solución.

Espero que os haya gustado, patatas.

Nos vemos, mini-Explo~sion

Te quiero aquí... (Katsuki Bakugou y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora