Capítulo 30: Karaoke

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Doblar este pasillo... 

Y llamar a la puerta.

Ya era la tercera vez que iba al despacho del director en el día, ya fuese para darme las fechas de los exámenes, test de psicología que rellenar o intentar sacarme más información.

¿No podía hacerlo todo en una misma sesión?

Ya iban a acabar las clases, me habían quitado mi media hora de descanso, y ni siquiera me había dado tiempo para comer, ni para ver a Katsuki.

Después de que tocara el timbre, anunciando el final de las clases, tuve que quedarme otros cinco minutos respondiendo, para poder salir.

Dando un suspiro, cerré la puerta del despacho del director y me encaminé a las escaleras, al doblar casi me choco con Todoroki, el cual acababa de salir de su clase, y también iba hacia las escaleras.

Me disculpé cortamente y él me dio un asentimiento de cabeza. Era un poco incómodo caminar a su lado, debido a lo intimidada que te sentías, su aura no era tan fuerte como el de Katsuki, pero seguía siendo más alto que Bakugou, además de que era más serio aunque no tuviese el ceño fruncido.

Su semblante tranquilo, pero su firme presencia y recta postura era todo lo contrario a Katsuki, ir con él era mucho más despreocupado, ya que ni siquiera se esforzaba en ir con la espalda derecha.

-Todoroki: Es bueno que estés aquí.- Lo miré atenta, no esperaba que me hablase. -Bakugou estaba más insoportable que de costumbre, gritaba el doble y se enfadaba hasta con el polvo. Ahora está mucho más relajado, sigue gritando pero es soportable.- Casi me río al imaginármelo gritando a la mesa por tener polvo. -Nunca hubiésemos pensado que se pondría así, creíamos que no duraríais ni tres semanas.-

Me miró y me dio un asentimiento de cabeza, como dándome las gracias; su tono era suave pero firme, su voz no titubeaba y estaba tranquilo pero atento; era la perfección hecha carne, me gustaría tener esa paciencia.

Llegamos a las taquillas donde nos cambiamos los zapatos. Salimos juntos de allí, aunque con una separación de unos treinta centímetros por medio.

-Todoroki: No vuelvas a desaparecer, la próxima vez el estrés lo consumirá.- Asentí un poco tímida, su voz era bastante grave y de vez en cuando me miraba de reojo.

-Katsuki: ¿¡Qué haces maldito mitad-mitad!? ¡Aléjate de ella!-

Katsuki estaba con Kirishima, Kaminari, Sero y Ashido en la entrada. Se acercaba a nosotros con cara de pocos amigos, las manos en los bolsillos, la espalda curvada y la cabeza exageradamente alta.

Me pasó un brazo por el cuello, haciendo que chocara con su pecho, mientras miraba acusadoramente a Todoroki, levantando cada vez más la cabeza, si eso era posible.

-Todoroki: Sólo hablábamos de lo insoportable que habías estado.-

-Katsuki: ¿¡Eh!? ¡El único insoportable aquí eres tú, bastardo!- No veía la necesidad de gritar ya que estábamos al lado.

Todoroki solo suspiró y se dirigió a la salida, mientras Katsuki lo insultaba a gritos. Luego se giró hacia mí y acomodó su brazo sobre mis hombros.

-Katsuki: No creas nada de lo que te diga, es un imbécil.- Tenía un ligero sonrojo que lo hacía ver adorable.

Así, no podría decir que Todoroki es perfecto.

Empezó a caminar hacia sus amigos, ellos con la excusa de ser viernes, dijeron que teníamos que salir a divertirnos por ahí. Yo quería visitar a mi padre, pero decidí hacerlo mañana para poder salir con ellos, no podía quitarle la ilusión a Sero y Kaminari, que estaban locos por decidir el lugar.

Te quiero aquí... (Katsuki Bakugou y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora