Capítulo 24: Frío

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Katsuki estaba durmiendo...

O eso parecía.

Tenía los ojos cerrados, el ceño relajado y la respiración tranquila. Su brazo derecho, rodeando mi cintura, me apegaba a él, sin utilizar demasiada fuerza.

Con sutileza, toqué su mejilla, intentando que no se despertara, su piel era suave y lisa, fácil de tocar y adictiva. Subí a su pelo, sedoso y blando, daban ganas de acariciarle el pelo hasta que se desgastara. Bajé por detrás de su oreja a su cuello, en el cual se notaban sus lentos latidos, y luego pasé a su brazo izquierdo, el cual estaba detrás de su cabeza, apoyándose en él.

Tenía el bíceps y el tríceps marcado, aún cuando no hacía fuerza, toqué su muñeca y su mano, me aseguré de que todavía no se había despertado y entrelacé nuestros dedos, su mano cubría casi completamente la mía, lo cual me resultaba tremendamente adorable.

Bajé otra vez por su cuello y llegué a su tórax, tocándole superficialmente sus marcados pectorales y bajando por sus abdominales, los cuales también se marcaban aún que estuvieran cubiertos por su camiseta. Volví a subir mi mano por su pecho hacia sus clavículas tocándolas levemente.

Un tirón en mi cintura apretándome más a él, me despertó de mi ensoñación, abriendo los ojos desmesuradamente y dirigiendo mi mirada hacía sus ojos, los cuales me miraban de manera intimidatoria.

-Katsuki: ¿Te gusta tocarme?- Su voz sonaba ronca, señal de que había estado dormido, pero sólo consiguió que me pusiera más nerviosa al gustarme tanto; bajé la mirada inmediatamente, haciéndome consciente de que mi mano seguía en sus clavículas, apretando fuertemente su camiseta. -Si no vas a responder, no lo hagas. No deberías tocarme.-

Eso hizo que mi boca formulara la pregunta antes que mi cerebro.

-_____: ¿Por qué?-

Y me mordí la lengua.

El subió una ceja y se acercó a mi oído sonriendo ladinamente.

-Katsuki: ¿Por qué tengo que responderte si tú no lo has hecho?- Me susurró y seguidamente mordió mi hélice. Lo cual provocó un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo.- ¿Qué? ¿Tu primera vez?-

Me sonrojé y bajé la cabeza, dejando mi frente en sus clavículas y con mis manos apreté su camisa en la parte del abdomen. Posiblemente se burlaría de mí para el resto de mi vida, si seguimos, aunque sea, en contacto.

No pensaba responderle, sería demasiado vergonzoso como para poder soportarlo, por lo que me encogí en mi sitio haciéndome, todavía, más pequeña. Katsuki se rió de mí y descubrí que después de dormir es más hablador que normalmente y mucho más alegre, además de que todavía no ha fruncido el ceño.

Era bastante tarde y mañana había clases, por lo que con mucha vergüenza por tener que salir de mi escondite, levanté la cabeza para mirarle y él inmediatamente la bajó con una sonrisa maliciosa.

-_____: Katsuki... Ya me tengo que ir.- Subió una ceja subestimándome con la mirada.

-Katsuki: No creo que mis padres tengan problemas con que duermas aquí.- Abrí los ojos y parpadeé repetidamente para asegurarme de que esto fuese real.

-_____: Pero... Mi uniforme y...- Chasqueó la lengua callándome al instante, él frunció el ceño y se levantó.

-Katsuki: Como quieras.-

Creo que se ha enfadado aunque me ayudó a levantarme, me puse mi cazadora de cuero, que anteriormente me había quitado para poder acostarme, y nos dirigimos a la entrada, donde me coloqué mis botines.

Te quiero aquí... (Katsuki Bakugou y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora