Capítulo 6: Otra vez

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Caminaba por los barrios más peligrosos, oscuros y bajos de la ciudad, ¿por qué? Porque allí vivía, la renta era baja, algunas veces hasta nula, y eso me beneficiaba, mi trabajo de medio tiempo no me daba para tanto, ya que, ahora no tenía a mi padre; era demasiado peligroso adentrarse a este lugar si no conocen tu apellido, y si es uno de los grandes, mejor; si no te conocen, lo más probable, es que no vuelvas a salir, y si sales es porque has sido robado o violado, aunque normalmente llegan a asesinarte, o, aún peor, que hagas desear la muerte por la tortura. 

En conclusión, si no conoces los barrios bajos, ni te plantees entrar aquí.

Yo, iba tranquila, crecí aquí, y gracias a mi padre no había ni un sólo alma que deseara acercarse a mí, no tenía miedo, ni siquiera un leve temblor, aquí todos nos conocíamos, sabíamos lo que había entre nosotros, por lo que en un lugar como este no ibas a hacer amigos, aquí sólo vas a encontrar a alguien que pueda ayudarte, y luego como desconocidos, no pienses que si alguien te hace un favor, ya siempre te va a ayudar, es más, ahora tú le debes un favor, por lo que mejor no meterte aquí, a menos que puedas pagar.

Habían terminado las clases, no había visto a Katsuki por ningún lado, al parecer salió más rápido que de costumbre, caminé con Hitoshi hasta que él tuvo que desviarse para ir a su casa, ya que, como era obvio, no iba a acompañarme hasta mi casa, era demasiado peligroso para él, pero de lo más corriente para mí; justo antes de entrar en los barrios bajos, había una señal que decía: Si aprecias tu vida, da media vuelta. Frase corta y desalmada, pero igualmente muy cierta. La contemplé un poco seria, era triste, pero no se podía cambiar, por lo que, sin más remordimientos, me adentré al lugar, con la cabeza alta y la postura firme.

Abrí la puerta de mi casa, la cual soltó un chirrido, entré y cerré sin girarme, me recosté en esta, recuperando el aire, estaba cansada, trabajaba todos los días, tenía que estudiar y no podía dormir por las noches, lo único bueno era que mañana fuera viernes. Dejé mi mochila al lado de esta, tenía hasta las cuatro para comer, hacer la tarea, estudiar, cambiarme y salir por la puerta para llegar al trabajo a las cuatro y media, demasiado ajetreo.

Un bocadillo de tortilla francesa y tirando, empecé a hacer inglés, le siguió biología y matemáticas, estás me dieron bastantes problemas, pero al menos estaba presentable, intenté hacerme unos apuntes prácticos de historia, ya que al día siguiente era el examen, y arreando al trabajo; salí medio corriendo de mi casa, no se me hacía tarde, pero quise coger el metro, por lo que tuve que salir antes, en él pude estudiar un poco, al menos me aprendí un par de párrafos.

Llegué a mi trabajo, el cual, era un simple maid café, y, el jefe era el mejor del planeta, había días que nos dejaba comer allí sin pagar, y no te lo descontaba del sueldo; rápidamente me fui a los vestuarios a por mi vestidito y a maquillarme, ya que tenía que tapar los moratones y cortes que me he hecho por culpa de la pelea; la gente llegaba y llegaba, más bien, los hombres y muchachos.

Lo bueno de este café, es que era el más alejado de la ciudad, por lo que no iba a encontrarme a nadie de la academia, sólo iban las personas que no necesitaban estudiar para los exámenes.

Ir de un lado a otro, con una bandeja llena de té, café, pasteles, o cualquier cosa que pida la gente, era agotador, los pies dolían al final del día, pero igualmente no lo pasabas mal, allí parecía que nadie sabía quién era, todos te trababan muy bien, y los chicos te miraban como si fueras la cosa más bonita de este mundo, pero claro, no tenía tiempo para ellos, tenía que estudiar, tenía que aprobar como fuera, además de que me gusta Katsuki.

Cuando acabó mi turno me dirigí a la estación, nuestros turnos nunca coincidían, ni siquiera entre ellas, por lo que no tenía con quien hablar, o simplemente, con quien ir; me senté al lado de la ventana, era de noche, pero algo se veía, además de que tenía que entretenerme con algo; me coloqué los audífonos, que estaban conectados a mi móvil, puse la primera lista de reproducción que vi, en la cual sonaba Stilletos de Kelsea Balleini, no era de mis favoritas, ni siquiera acostumbraba a oírla, pero no me molestaba, por lo que no me importaba, lo único era intentar no pensar, lo mejor era estar distraída.

Cerré la puerta de mi cuarto, dejé la chaqueta encima de la silla y me recosté en mi cama. Pasé las manos por mi cara, apartándome el pelo y secando mi frente, ya que caía sudor por ella, a causa de haber estado todo el camino preocupada por si me pasaba algo, no era lo mismo ir por este barrio de día, que de noche, aunque no creo que se atrevan a hacerme algo, nunca lo han hecho. 

Me sujeté con mis brazos, soportando mi peso, y me senté en la cama, suspiré fuertemente y me levanté para pegarme una muy necesitada ducha.

Me tiré en mi cama dispuesta a dormir, estaba reventada de trabajar, estar de pie tantas horas seguidas me deja realmente machacada, y más si hemos tenido una pelea.



Agujas...

En mi piel.


Pinzas...

Pellizcándome.


Metal...

Una camilla.


Cuchillos...

Clavándome.


Alicates....

En mis uñas.


Mecheros...

Prendiéndome.


Me desperté alterada, sudando, asustada, jadeando...

Otra vez el mismo recuerdo, otra vez la misma pesadilla... 

Me levanté rápidamente y fui al salón, sabía que no iba a poder volverme a dormir, y todavía era muy de madrugada para prepararme e ir al instituto; encendí la televisión, el canal de las noticias era lo que estaban echando, y, junto a ello, a mi padre, otra vez. Parecía que era lo único que había pasado, no tienen cosas más importantes que poner, ¿o qué? No me interesaba, por lo que cambié varias veces, pero seguía sin concentrarme en algo.

El recuerdo era tan real, me recordó a cuando estaba allí, a todo lo que tuve que pasar, no quería, tenía que olvidarlo, tenía que hacerlo como fuera. 




Hulaaaaaaaaaa, qué tal?? Yo bien!! Aunque tengo que estudiar y no querooooooo, pero estoy súúúúper feliz porque me he puesto a buscar japoneses guapos y me he animado, además de que me he comprado el libro de Divergente, y estoy to' happy, ya voy por la mitad :D

A parte de eso todo muy bien :P, espero que os haya gustado angelitos caídos.

Buenas noches, cositas bonitas :)

Te quiero aquí... (Katsuki Bakugou y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora