Capítulo 13: Tiempo

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Nervios, muchos nervios. 

Eso era lo que sentía mientras me miraba al espejo. 

Iba normal, unos vaqueros, camiseta a rayas blanca y negra, una chaqueta negra y unos botines. Sólo, que me había esforzado en verme, aunque sea, un poquito más guapa de lo normal; y ahora que empezaba a refrescar más temprano, tenía que ponerme alguna chaqueta un poco gruesa.

Hace unas veinte horas no me habría preocupado lo más mínimo, pero cuando Katsuki me dijo aquello, he querido verme de la mejor manera.

Al llegar a casa no estaba tan nerviosa, ya que me había distraído hablando con Hitoshi para que me pasase los apuntes, luego me hizo confesar todo lo que había ocurrido e, cuando me dejó tranquila, hice la tarea, comí un poco, lavé los platos y, me duché, hasta me lavé el pelo, para luego secármelo y perder tiempo, me vestí y hasta me había echado colonia.

Me fui de mi cuarto al salón, y me senté allí. Mis llaves estaban encima de la mesa, delante de mí, y con el móvil en mi bolsillo derecho trasero. Mi pierna se movía sola, teniendo un tic nervioso, además de que, justo en frente de mí, había un reloj; al que no había parado de mirar en los últimos diez minutos.

Él había dicho que me recogería a las cinco menos cuarto, esperaba que cumpliese con su palabra, y aún le quedaban cinco minutos para llegar, pero estaba ansiosa por verlo. Aunque fuese por tres segundos, pero quería mirarlo; ver lo que se había puesto, su pelo ondeando con el aire, sus ojos dominantes, y quería saber si se había echado colonia, me hacía ilusión pensar que lo hacía por mí.

Tocaron a la puerta unas dos o tres veces, bueno, golpearon la puerta; ni que le hubiese hecho algo. Fui casi corriendo hasta ella, cogiendo las llaves y metiéndomelas en mi bolsillo derecho delantero. La abrí y Katsuki me miró desde arriba, gracias a la diferencia de altura.

Tenía las manos en los bolsillos, y su mirada era de indiferencia. Me hizo un movimiento de cabeza para que lo siguiera. Cerré la puerta de mi casa con llave y me senté detrás de él en su moto, me pasó un casco y, antes de darme tiempo para abrocharlo, ya había arrancado, por lo que desistí automáticamente y me pegué a él y su increíble abdomen.

Katsuki, obviamente, no llevaba casco, y yo no tenía tiempo de ponérmelo por la tremenda velocidad a la que iba. Gracias a Dios, paró cuando un semáforo se puso en rojo, y quise ponerme el casco. Giró levemente su cabeza, dejándome verle solamente un ojo, el cual parecía estar analizándome.

-Katsuki: Te dije que esperaría fuera, no que tuviera que avisarte.-

Juro que casi oí un gruñido de su parte. Yo atiné a encogerme un poco en mi sitio.

-_____: Lo siento, no me había dado cuenta.-

Iba a responderme, pero sólo sentí sus brazos tensarse junto a sus abdominales, volviendo a acelerar.

Seguía teniendo el casco entre su cuerpo y el mío, pero eso no impidió que apoyase mi mejilla contra su espalda, tenía una espalda realmente bonita, con los omóplatos marcados y la columna sobresaliendo levemente.

Además de que olía bien, demasiado bien, casi ni podía pensar con claridad.

Llegamos a la puerta trasera de la cafetería y aparcó, como se le dio la gana, pero aparcó. Me bajé y le devolví el casco, ya que no sabía dónde dejarlo.

Me balanceé levemente, con mis manos delante de mí, y con la cabeza gacha. Katsuki chasqueó la lengua tomando así la iniciativa para hablar.

-Katsuki: Te espero aquí para recogerte. No tardes.- Asentí con la cabeza, sin llegar a mirarle. Él suspiró. –Entra ya, que vas a llegar tarde.-

Te quiero aquí... (Katsuki Bakugou y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora