Capítulo 33: Cena

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La juguetería tenía paredes blancas, pasillos bastante anchos y largos; era la más grande que alguna vez hubiese visto.

Había un montón de máquinas arcade, juegos y juguetes, más un cúmulo de niños y padres importante, obviamente, ¿quién no quisiera estar allí? 

Los trabajadores probaban los juegos muy felices. Aunque lo mejor sin duda era el piano, ese que estaba en el suelo y te obligaba a moverte si querías tocarlo.

-______: Esta es mi parte favorita.-

-Katsuki: Y la de todos.- Lo dejé estar, pero quería rodar los ojos.

Tom Hanks estaba tocando la melodía junto a Robert Loggia, pero a quién le importaba este teniendo a Tom Hanks al lado.

Habíamos decidido ver una película, y que mejor que recordar viejos tiempos con Big, por lo que tras poner la película, nos acurrucamos en el sofá, mas bien yo me pegué a él, apoyándome en su pecho y Katsuki rodeó mi hombro con un brazo.

La tranquilidad era palpable e incluso visible, hasta que el móvil de Katsuki sonó por tercera vez, acabando con la paciencia de Bakugou, y, queriendo reventar este con unas de sus explosiones, descolgó para gritarle a la otra persona, sin siquiera haber mirado quien era.

Después de un par de gritos, unas explosiones y venas sobresaliendo en su cuello, habló con Kirishima (era al que se le había ocurrido llamar tres veces) "tranquilamente", conociendo a Katsuki, estaba tranquilo, al menos solo tenía fruncido el ceño.

Al colgar con un gruñido, lanzó el teléfono a la mesa sin ningún cuidado, y, enfurruñado, me pegó a él, como si la vida se le acabara.

-______: ¿Qué pasa, Katsuki?-

Él, se ocupó en esconder su cara en mi cuello, mientras mascullaba cosas como -no quiero-, -tengo sueño- o -quiero estar solo contigo-, suspiré al no poder hacer nada, y le toqué el pelo, ya que este parecía que me lo estaba pidiendo a gritos, ya que era suave y mullido, además de que tenía muchas ganas de tocárselo.

Bajó las manos a mis piernas, y con su fuerza me levantó sentándome encima de él a horcajadas, ayudando esos centímetros de altura ganados, por estar en sus piernas, se sumergió más, si pudiese ser realizable, en mi cuello.

Tras unos segundos de vacilación, volví a jugar con su pelo, apoyándome en su sien, respirando lentamente, junto a una paz interior, que poco duro; ya que a Katsuki se le ocurrió distraerse con mi cuello, repartiendo pequeños besos y mordidas debajo de la mandíbula y en la unión del cuello y el torso.

Con sus manos en mi cintura y espalda baja, haciendo fuerza pero sin dañar, y sus besos, cortos, suaves y lentos, no sabía si me estaba poniendo nerviosa o quería dormir, por lo que opté por apoyarme en su hombro, mientras acariciaba su pelo y nuca.

Antes de cerrar los ojos y fundirme en su clavícula, me acordé de mi conversación con mi padre esta mañana, poniéndole la excusa de un entrenamiento, en vez del secuestro, pero si Katsuki fue a hablar con él, debería haberlo sabido.

-______: ¿Katsuki?- Él me respondió con un sonido de afirmación. -¿Le dijiste a mi padre qué estaba secuestrada?-

-Katsuki: Él ya lo sabía, al verme no sé si quería matarme o pedirme ayuda.-

Quise separarme para mirarle a la cara, pero él no tenía la misma intención, sujetándome más fuerte de la cintura y hundiéndose más en mi cuello.

-______: Pero a mí no me ha dicho nada, ha sido como si no lo supiera.-

-Katsuki: A lo mejor no quería preocuparte, chica.-

Te quiero aquí... (Katsuki Bakugou y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora