Respirar su aroma...
Ver su aspecto...
Estar a su lado...
Si estoy muerta, no quiero volver a vivir.
Y para hacerlo mejor, esto es la realidad, no un simple y buen sueño. Demasiado bueno.
El cuarto de Katsuki era bastante grande. Al lado izquierdo estaba la cama, con una ventana justo encima. Al frente de esta, su escritorio, detrás había dos estanterías. En el lado derecho tenía un sillón de tres plazas, enfrente, una mesa cuadrada y la televisión.
La madre de Katsuki me había traído una hamburguesa, que ha decir verdad, era enorme. También me habían dado agua. Mitsuki cocinaba tremendamente bien, parecía comprada, en vez de hecha en casa. No había percibido el hambre que tenía, pero antes de percatarme me había terminado la hamburguesa entera sin tener que obligarme a comermela.
Katsuki estaba a mi lado, no hablábamos, y no había hecho ninguna burla o mueca a mi cara sonrojada, después de habernos besado. Parecía tan imposible y lejano que no me lo creía todavía.
Levanté mi cabeza para mirarle, ya que estaba acurrucada en su pecho, él me devolvió la mirada, no tenía expresión en la cara. No tenía el ceño fruncido, pero tampoco tenía una sonrisa. Daba miedo, aunque tampoco podía leerlo. De repente puso una cara de confusión.
-Katsuki: ¿Eh, quieres un beso?- Me sonrojé y bajé la cabeza inmediatamente.
En parte sí lo quería, pero acabamos de empezar, ¡esto es nuevo, no puedo manejarlo! Además de que el que se estuviera riendo no me ayudaba mucho.
-Katsuki: Vamos a dormir, nena.-
Se levantó cogiéndome de la mano, para que lo siguiese. Lo bueno era que Katsuki ya tenía una media sonrisa en la cara, por lo menos no estaba sin expresión.
Apagó la luz que estaba al lado de la puerta, y me llevó hasta la cama. Donde nos acostamos, yo con su camiseta, y él con un pijama, que parecía un chándal. Puso una mano detrás de su cabeza y con la otra me acercó agarrándome de la cintura, quedando con su cara muy cerca de la mía. Me seguía mirando, y yo solo me ponía más nerviosa, hasta que suspiró y cerró los ojos.
-Katsuki: Sólo duérmete.-
Asentí aunque él no me viera, y cerré los ojos, intentando relajarme con su olor, lo cual surgía efecto, y muy rápidamente, a los diez minutos ya estaba a punto de dormirme, pero Katsuki no paraba de moverse, hasta que se sentó en la cama, intentando no despertarme, pero con su brutalidad natural, yo entreabrí los ojos para verle.
-Katsuki: ¡Maldición! Es imposible dormir con esto.- Susurró, lo cual fue verdaderamente extraño, ya que gritaba susurrando; y se quitó la camiseta y la lanzó por ahí, sin mirar.
Volví a cerrar los ojos, intentando hacerme la dormida o lo que fuera, con tal de que Katsuki no se diera cuenta, mejor. Volvió a tumbarse y nos tapó con las mantas, volvió a acercarme a él, por lo que acabé pegada a su torso. Abrí los ojos de la impresión pero gracias a Dios, él ya había cerrado los suyos, por lo que intenté no tensarme y me dispuse a dormir.
Su olor me ayudaba. Su calor personal, también. Por lo que en menos de cinco segundos estaba conciliando el sueño.
O la pesadilla.
Estaba en un pasillo. Gris.
Odio los pasillos.
No sabía donde estaba, pero tenía que salir de allí. Iba caminando sin rumbo, además de que no había otra dirección, simplemente todo estaba muy oscuro.
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Te quiero aquí... (Katsuki Bakugou y tú)
Fanfiction¿Por qué..? ¿Por qué tú..? ¿Por qué tú de entre todos..? ¿Por qué tú me enamoraste..? Hay chicos más simpáticos, más amables, más buenos conmigo... Pero aquí estoy, enamorada de ti, y aunque no quiera admitirlo, no puedo sacarte de mi mente, no pued...