Capítulo 10: Algo...

15.1K 1.3K 620
                                    

Pasos... 

-Pasos que conozco-

Pasos que me hacen entreabrir los ojos...

Pasos que retumbaban contra las paredes provocando eco.

Paredes de metal... 

-Paredes que conozco-

Metal... Metal.

Giré la cabeza, estando un poco más consciente, y me encontré con el reloj gris que marcaba las cinco de la mañana.

-Conozco este sitio-

-Y lo peor, conozco esta hora.-

Es la hora de... De... De las...

Agujas...

¿Agujas? Son más inyecciones, inyecciones de...

¿De qué eran? Me lo dijeron al entrar aquí, ya se me ha olvidado, no recuerdo el nombre. De eso se trata, de olvidarlo todo. Pero, son de... De... Ah, no lo recuerdo.

Causan dolor. Sólo quieren que resista.

Intenté moverme, incorporarme, salir de aquí antes de que ellos llegaran, pero, era imposible. Estaba atada a una camilla de metal, la cual apretaba mi cintura, rodillas, codos, muñecas y cuello; toda las articulaciones que podrían doblarse, y por lo tanto, causarles un problema.

Los pasos se acercan...

No tengo escapatoria...

Siento una presencia a mi lado, me dice que me relaje, que dolerá el doble, que no me preocupe, que si resisto pasaré a la siguiente etapa, si no, muero, no pasa nada. 

Nada de lo que me dice puede consolarme, así que intento animarme, pensando que está será la última del día, ya que no me hacen nada después de esta inyección, así hasta que vuelva a oscurecer; sólo pasa esto de noche, no sé si para aumentar mis pesadillas, ya que a la oscuridad siempre la consideré una aliada, y ahora, ella es mi enemiga; todo pasa cuando no hay luz, cuando está todo en penumbra.

Me clavan la aguja, la cual contiene aquel líquido, al cual le he cogido odio a los dos días, aprieta la jeringa para que se expanda ese fluido transparente por mi cuerpo, juraría que es agua, si no fuera por lo que provoca, va desde la vena de mi brazo, a la cual han usado para inyectar eso, hasta la cabeza y baja a los pies, pasando por todos los órganos, articulaciones, venas y arterias.

Cuando voy a sentir el dolor, una milésima de segundo antes, suena el despertador, salvándome de esta tortura, la cual recuerdo junto a otros trozos de torturas casi todas las noches. Hacía bastante que no veía ese reloj, daba miedo, las agujas del reloj resonaban cada vez que pasaba un segundo. 

Odio los relojes.

Me fui a duchar, medio corriendo, ya que prácticamente no tengo tiempo y porque estaba sudando gracias a este "sueño". Da igual, es sólo un sueño, no volverá a pasar. Todo el hambre que pude tener al acostarme se esfumó; cogí la mochila y me puse los zapatos, si no tuviera esta cara, podría hasta parecer un uniforme lindo, pero así, no creo.

Entré al instituto, lo único bueno de tener que venir, es que me distraía lo suficiente para no pensar. Los estudiantes ya casi ni me miraban, gracias a que los moratones y heridas se iban yendo, no usaba maquillaje, sólo en el trabajo, para venir aquí, no me importaba tanto mi apariencia, al menos estar presentable, para cuando me viera Katsuki.

Mis pensamientos fueron cortados de golpe al pasar por la clase de 3-A, ya que Kaminari, al estar justo en la puerta, pasó su brazo por mis hombros, encogiéndome levemente, mientras me arrastraba dentro de su clase; toda la clase nos miraba, intenté no darle importancia, Midoriya y Ochako me sonrieron y Todoroki, que también estaba con ellos, sólo me miró, frío y natural, tal y como él era. Nos acercamos a la mesa de Katsuki, el cual estaba sentado, y alrededor Kirishima, Sero Hanta y sorprendentemente, también Hitoshi. Nos saludaron e integramos a la conversación.

-Hitoshi: Te ves fatal.-

Estuve a punto de soltarle un "No me digas", pero me controlé; los demás giraron a verme, ya que había cortado la conversación, para eso. Katsuki también me miró, lo cual alteró mi pulso considerablemente.

-Kirishima: Hombre, es la primera vez que hablas y es para eso, es lunes, normal.- Se río solo.

Kirishima, un día de estos te hago un monumento. Hitoshi me dio una mirada dándome a entender que luego hablaríamos. Katsuki nos miraba, pero intente evadir su mirada, prestando algo de atención a su conversación sobre si quedar mañana por la tarde.

-Kaminari: _____, ¿tú vienes, verdad?-

No tenía ningunas ganas de salir, aunque mañana no tenía trabajo, no quería. Estaba decidida a decir que no, además de que Hitoshi ya había dicho que él no podía, que no sé qué de su familia y tenía que ir a no sé dónde, para quién sabe qué; pero, se me adelantaron.

-Katsuki: No, nosotros ya habíamos quedado.- 

Mi boca se entreabrió sola, Hitoshi levantó una ceja mirándome, y los demás se callaron de golpe, mirándolo. Katsuki me miró, para que ni se me pasara por la cabeza abrir la boca, aunque tampoco iba a hacerlo; para colmo, algunos de la clase lo habían escuchado, haciendo que se corriera rápido por el aula y todos nos miraran.

Katsuki chasqueó la lengua molesto, a este ritmo, se pone a hacer explosiones y a tirar a todos por la ventana. Ahora que me doy cuenta, no me han dejado hablar desde que estoy aquí.

-_____: Le...- Ahora, todas las miradas estaban en mi, y Katsuki tenía ojos de querer matarme. -Le pedí ayuda para... Algo.- Ole, me felicité mentalmente por lo último, creo que ha sido lo más estúpido que he dicho en mi vida.

Kaminari y Sero se partían de risa, repitiendo ese "Algo" en diferentes tonos, mientras que Kirishima le daba palmaditas en el hombro a Katsuki, diciendo que era todo un hombre y demás, Hitoshi alzó, otra vez, una ceja y sonrió ladinamente, burlándose claramente de mí. No me atreví a mirar a Katsuki, por lo que mantuve la mirada gacha.

Gracias al timbre, volví en mí, para así, salir de la clase con Hitoshi, el cual reaccionó rápidamente, me di la vuelta para intentar salir, a través de las mesas, cuando, una mano tiró de mi brazo, provocando que me chocará con la mesa de Katsuki, el dueño de esta, acercó su boca a mi oído, y susurró para que nadie lo escuchara.

-Katsuki: En la estación, a las seis.-

Toda la clase se quedó petrificada por tal gesto, aún sin poder oírle, solamente por su sonrisa casual y mi reacción tranquila, bastaron para que la mitad de las chicas empezaran a cuchichear sobre si éramos algo. Me apresuré en salir de la clase y adentrarme en la mía, dejando la mochila en el suelo, y escondiendo mi cabeza entre mis brazos.

-Hitoshi: ¿Qué ha sido eso?-

-_____: No sé.- Alargué la e, mientras lloriqueaba moviendo la cabeza de un lado a otro.

Hitoshi me acarició el pelo y me sacó los libros. Casi no se lo digo, pero es un santo.

-Hitoshi: Y... ¿No has dormido?- Reí amargamente, levantando la cabeza.

-_____: Ya quisiera.- Pilló la respuesta oculta, y asintió con la cabeza, girándose, ya que el profesor había entrado al aula.

Quiero que llegue mañana, pero a la vez, no.



Hulaaaaa,  qué tal?? Yo bien, felices reyes!!!! Hacía mucho que no publicaba, ¿no? A mi me lo ha parecido :P

Espero que os haya gustado angelitos <3

Qué paséis buena tarde, mini-explosiones XD

Te quiero aquí... (Katsuki Bakugou y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora