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–el señor iero quiere verlo en su oficina– dijo la secretaria del mencionado.

al escuchar eso a gerard casi le da un paro.
sabía que era por lo de su foto.
iero no le había respondido el mensaje, pero lo había visto.

–ahora voy.

la secretaria de fue dejando a gerard con el sonido de los tacones chocando con el piso.
gerard se paró y se sintió extraño. sus piernas tardaban en responder, su mente no se callaba.
fue hasta la dichosa puerta de iero, la tocó dos veces y después de escuchar un "entre" pasó.
no lo miró a los ojos. se sentó en un sillón de cuero de la habitación mientras miraba sus zapatos elegantes.

–¿sabes por qué estás aquí, no?

–por pasarle una foto de mi pene sin querer, señor iero.

el jefe se paró de su asiento y se acercó a la mesa de bebidas.
cuando el mayor terminó de servir las copas de vino miró al pelirrojo –¿sin querer?

ahí fue cundo gerard subió la mirada. por primera vez vio el tatuaje de escorpión que tenía su jefe en el cuello. su pelo corto y bien peinado, su camisa blanca remangada con una corbata roja y unos pantalones negros. era más grande que iero, pero el mayor era más fornido.

el mayor lo miraba con una media sonrisa y unos ojos llenos de curiosidad por el pelirrojo.
le ofreció la copa de vino. gerard la miró con cierta confusión.

–señor iero.

–dime frank– su jefe lo interrumpió.

–frank, no creo que sea un buen momento, tengo harto que hacer– gerard se puso nervioso.

–vamos, es una copa– gerard la agarró y frank sonrió.

se miraron unos segundos. tomaron el vino casi al mismo tiempo. cuando terminaron, frank puso el suyo en el piso, y gerard sobre la mesa. el mayor agarró la bebida del pelirrojo y la colocó al lado de la suya en el piso.

–pero– gerard no tuvo tiempo de terminar porque su jefe lo agarró de su corbata y lo jaló hasta él, sobre la mesa.

lo besó a como pudo. gerard al comienzo pensaba en separarse, decirle lo incorrecto que era esto por razones como que él tenía novio y que el mayor también. pero vamos, él le había echado el ojo a frank desde hacía dos años, cuando recién entró a trabajar en esa tranquila empresa de venta de computadoras y otros electrónicos.
gerard administraba la compra y la plata de la empresa. frank era el dueño sexy al que todos temían.
así que simplemente le correspondió.
la mano de frank empezó a bajar hasta llegar a la entrepierna del pelirrojo.

–f-frank.

–tú sólo disfruta– dijo empezando a quitar la ropa del menor.

boss; frerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora