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habían pasado dos semanas desde la última cita con la doctora. gerard se cargaba casi cuatro meses de embarazo, y cada vez era más difícil la cosa, con cada movimiento que gerard hacia, frank se preocupaba. eso irritaba bastante a gerard. frank había salido a trabajar esa mañana, dejando al menor a la merced de sus perros.
el pelinegro le había prohibido salir cuando él no estaba, después del atropello. pero gerard se dignaba a aceptar que necesitaba niñera.
se puso un buzo, unos zapatos deportivos y una sudadera holgada, gracias a que el día estaba frío.
gerard miró a los seis perros de frank. dos dormían, los más pequeños.
frank miró a los otros cuatro; bob, patricio, arenita y plancton.

vamos gee, nada va a pasar, frank sólo es un exagerado, se dijo.

le puso la correa a dos de los perros, dejando a los otros dos al cuidado de la casa.
hubiera sacado a los cuatro de no ser por sus costillas y brazo lastimados.

la primera calle fue bastante tranquila, vacía, normal.
la segunda... diré que no debió haber ido por ahí.
la calle estaba más vacía que la anterior. se hubiera sentido tranquilo de no ser que escuchó pasos tras de él.
no se dio la vuelta.

escuchó algo que hubiera preferido no haber escuchado.
alguien cargando un arma.

puta madre frank me va a matar, fue lo último que pensó gerard antes de ser brutalmente tirado al suelo con su cabeza y vientre dando contra el piso.

dejándolo inconsciente.

boss; frerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora