.03.

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para cundo gerard se dio cuenta de qué exactamente había pasado, él y su jefe se estaban empezando a vestir después de una buena escena de sexo. el pelirrojo se puso pálido y lo miró de reojo. frank ya tenía los bóxers puestos y según gerard se veía demasiado bien.
se apresuró a terminar de vestirse y cuando estaba por salir, frank le agarró del brazo sin haberse puesto la camisa aún.

–hey, quiero que esto se repita.

gerard asintió y se fue. no sabía cómo sentirse. estaba intimidado, pero lo que había pasado había sido demasiado bueno como para ser malo.
pensó en frank.
lo poco que sabía de él, era que era un hombre serio, enfocado, con una novia de por lo menos seis meses esperando por él para sacar el anillo.

aparte de eso, el mayor era un misterio. no sabía nada más acerca de su vida. pero ahora sí quería enterarse.

ese día se fue a su casa luego de una larga jornada de trabajo. cuando llegó, recibió casi de inmediato un mensaje de boss iero.

quiero hablarte. ¿podemos vernos ahora?

gerard pensó en bert. de nuevo estaba ocupado por su trabajo y se iba a quedar en un hotel cerca de su oficina hoy. entonces gerard tenía casa sola.

claro. ven a mi casa ahora. calle 3 barrio northern downpour casa 22

esperó 20 minutos hasta que llegó frank. cuando gerard lo dejó entrar, lo miró bien. estaba usando una playera de queen, con un pantalón negro y unas vans plomas. era la primera vez que lo veía así. gerard en cambio estaba despeinado y con un pijama azul.

–hola gee– frank lo miró y el menor no pudo evitar sonrojarse. le gustó que el pelinegro le diga ese nombre.

–hola frank– miró su ropa y se maldijo. –siento cómo estoy, tú te ves estúpidamente bien y yo estoy re desastre– gerard se sintió apenado y sus mejillas tomaron un fino color carmesí. –¿quieres sentarte y ver algo en la televisión?

frank pensó un rato. él no quería ver la televisión, él quería ver a gerard.

–¿qué te parece si charlamos un rato?– dijo al mismo tiempo que se sentaba en un cómodo sofá en el que había una manta de bob esponja.

gerard empezó a ponerse muy nervioso. frank no había tenido una verdadera conversación con el pelirrojo desde que entró a trabajar. no sabía si estaba mentalmente listo para una.

–e-está bien. ¿de qué quieres charlar?

joder gerard, esa pregunta es totalmente estúpida.
abrazó una almohada ensu pecho y se sentó con un poco de espacio entre él y frank.

–no sé, cuéntame de ti, tus pasiones, tus hobbies, tus fetiches– en su cabeza estaba tratando de copiar a augustus waters, sí, tal vez ya era muy viejo para eso, pero hacía seis meses había visto a gerard leer bajo la misma estrella muy entretenidamente cuando acababa temprano en el trabajo.

gerard entendió y se sonrojó. –como ya sabrás, me gusta leer libros de amor adolescente, me gusta cantar, pero no lo hago muy bien. soy bueno para no hacer nada. me gusta ser infantil, tengo un novio–

–¿tienes un novio?– el pelirrojo fue cortado por un frank con rostro decepcionado pero suave.

–s-sí.

la cosa para gerard había empezado a tornarse incómoda.

–¿entonces por qué me mandaste una foto de tu pene?– dijo en un tono ya irritado con los ojos entrecerrados por la confusión y enojo.

gerard sólo pedía morir.

boss; frerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora