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era domingo. frank estaba preparando unos panqueques mientras gerard miraba su esbelta espalda en la barra de la cocina. frank sonreía sabiendo que tenía su mirada sobre él.

–¿cuánto tiempo más vas a mirarme así?– dijo el mayor mientras batía la masa.

–no te estaba mirando– gerard apartó su mirada para decir eso.

–si tú lo dices...

una vez que gerard y frank terminaron de comer, quedaron en que gerard se iba a bañar primero y luego frank. debían estar listos antes de las doce, que era la hora en la que iban a venir sus invitados.
la pareja subió hasta el cuarto de frank.
gerard eligió su ropa: unos sweatpants, una polera holgada y sus clásicos vans.

–f-frank– gerard titubeó un poco al hablarle a su pequeño pero mayor novio. –voy a entrar a bañarme y-y últimamente he estado teniendo ciertos mareos, y quería que... ya sabes, me acompañes por si me caigo, no quiero perder al bebé.

esas palabras dejaron tonto al castaño. en realidad, nunca habían hablado seriamente de si ambos querían tener al bebé, simplemente habían pensado por inercia en tenerlo. y se puso a pensar si en verdad era eso lo que él quería. no sabía si estaba siquiera listo para que haya un mini-gerard corriendo por su casa. Aunque la idea le daba más felicidad que molestia, también le daba temor.

–¡frank! ¿me acompañarás o no?– frank asintió.

luego de eso,ambos entraron al baño.

gerard empezó a desvestirse una vez ahí.
frank se dió cuenta que desde que se habían dado cuenta que el menor estaba embarazado, no lo había vuelto a ver sin ropa.

lo empezó a mirar con atención.

gerard se despojó de su camisón celeste con puntos. una vez que se lo sacó, miró de costado a frank, pues se había cambiado dándole la espalda.

–frank, por favor, no me mires.

gerard tenía las mejillas con un leve tono rosado y los ojos cristalizados.

–¿amor, de qué hablas?– frank notó el sonrojo y los ojos medio mojados del menor.

–s-soy un fenómeno.

–gerard no eres ningún fenómeno. eres hermoso. tu cuerpo es hermoso.

frank por primera vez notó las caderas ligeramente más notorias de lo normal de su novio. lo cual era señal de los hombres-b.

–no creerás eso después de ver mi panza. no es nada normal.

–gee...

frank se acercó a paso lento al más alto.

lo agarró de sus notorias caderas y lo dio vuelta para poder mirarle de frente muy lentamente.

gerard posó la mano en su pancita instintivamente. frank lo analizó.

empezó por sus pies, estaban ligeramente hinchados, sus piernas casi lampiñas, su paquete ligeramente erecto por ver al mayor sin nada en el torso con tatuajes. sus caderas que le habían gustado tanto, y ahí llegó:
una pequeña pancita sobresalía del torso plano del menor.
le dio algo. se sintió... especial. él había metido esa criaturita que estaba creciendo dentro de ese chico al que tanto quería. él era el padre de ese bultito que estaba creciendo dentro de su novio.

sonrió amplio.

siguió hasta el pecho de su novio, lampiño como sus piernas, y algo pálido. llegó a su cuello, su manzana de adán se movía gracias a que el menor tragaba por el miedo. y llegó a esos labios. esos labios que tanto le gustaban y le hacían sentir un zoológico en el estómago.

le robó un beso. el mayor sonrió en el beso, lo que le terminó de dar seguridad a gerard. cuando el menor se separó, el pelinegro le dijo:

–mi amor, eres hermoso, ¿está bien? no me interesa que digas que eres un fenómeno, porque no lo eres. esa pancita que te llevas es el fruto puro de un acto de amor entre nosotros. además, te ves demasiado lindo con esa pequeña pancita.

gerard lo volvió a besar, provocando que ambos cuerpos se acerquen.
frank empezó a profundizar el beso y se acercó lo más que pudo al menor.
sintió la erección del menor chocar contra su cadera y cerca de la suya.
se separó del beso.

–creo que alguien está feliz de verme– frank rió mirando la erección del menor.

–no jodas– gerard entró a la ducha y cerró la cortina.

frank se deslizó hasta poder sentarse en en el piso del baño.

no había logrado tener sexo con gerard esa mañana, pero por lo menos le había dado la seguridad al pelirrojo.

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Sé que dije que esto iba a tener smut, pero la ternura surgió y no el smut, en el siguiente habrá, lo prometo.
Gracias por leer y lamento ser una total decepción.
Las amo.
Público esto hoy porque les debo el smut que viene mañana, ya lo escribí, weyes, qué difícil.

xovcky.

boss; frerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora