Capítulo 35: Ethan.

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Estoy ahora mismo recostada en el sofá de la sala esperando a Zed, son exactamente las 12:00 am y hace más de siete horas que se fue a la farmacia a comprar unas medicinas que Richard me recetó y no ha regresado.

La farmacia está a menos de dos horas de aquí.

Cuando estoy por mandar por el caño sus órdenes de "no salgas de aquí"  la puerta es abierta y por ésta entra un Zed muy agitado, con sangre saliendo de su labio y un ojo morado.

—¡Dios, Zed!—Me acerco a él.—¿Qué te sucedi..

—Asher sabe que estamos aquí y hay hombres rodeando todo.—Me corta.—Escucha, tú saldrás por la puerta del armario e irás al campo donde te llevé la otra vez, ¿vale?, allá Michael te recogerá tiempo después y te llevará lejos.

—¿¡Qué!?, estas demente si crees que te dejaré, el problema es mío, no tuyo.

—El problema se hizo mío en el momento en el que te traje junto a mí, Tory.—Acaricia levemente mi mejilla.—Eres como una hermanita pequeña para mí, y aquí entre nos...eres mi favorita.—Susurró lo último.

Yo ya tenía varias lágrimas en mis mejillas, las cuales él limpio.

— Te salvaré de esta, Tory. Aún así tenga que dar mi vida, eso es lo que hacen los hermanos, ¿no?—Negué frenéticamente mientras sostenía sus manos.—Confió en ti, yo les daré guerra mientras tú huyes.

—Zed...por..por favor no me hagas esto.—Tenía un cariño inmenso por él, y que se marchara me partía el alma.

En eso se escucharon varios coches llegar, puertas siendo azotadas, armas siendo cargadas.

—Están aquí, vete.—Yo no me moví.—¡VETE DE AQUÍ, VICTOIRE!

—Tú también eres como un hermano para mí, Zed...—Susurre mientras me marchaba con lágrimas en los ojos.

Corrí, corrí por mi vida y la vida de mi hijo, corrí a petición de Zed.

Dios, si en verdad existes..salvalo.

Al momento justo en el que abrí la puerta del armario, escuché la puerta siendo abierta bruscamente junto a varios disparos.

Te amo, Zed.

P.O.V. Demon.

Varios de mis chicos habían roto la puerta mientras yo me tomaba el tiempo cargando mis armas, al entrar me encuentro con Zed con un disparo en la pierna.

—Miren a quién me vine a topar.—Digo con una sonrisa ladeada.

—Mal..maldito.—Dice Zed con dificultad e intentando parar el sangrando de su pierna.

—Soy todo lo que quieras, hermano.—Remarqué la última palabra.—Ahora dime, ¿dónde esta la perra de Victoire?

—No..te lo diré.

—Bien, como quieras, ¡muchachos!—Llame a mis hombres.—Amárrenlo a una silla, ya luego me encargaré de él...pero primero.—Empiezo a caminar por toda la sala y a abrir varias puertas, hasta que abro una en especial y de ésta sale el aroma de Victoire.

The Colors Of Death: The Black. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora