—Quiero mudarme a otro sitio.—Comenta Demon sin levantar la vista del ordenador.
—¿Y eso?—Le pregunto confundida.
—Whittier no me trae buenos recuerdos, de hecho, nunca lo ha hecho.
—¿Y qué propones?—Me acerco a él y me siento en su regazo.
—Pues..mira.—Señala el ordenador.
Giro mi rostro y miro la pantalla. En ella, aparecían varias mansiones en diferentes sitios, Dubai, Estados Unidos, California, México..
—¿Mansión?
—Quiero lo mejor para ambos.—Acaricia mi vientre de ahora ocho meses.—No quiero que les falte absolutamente nada.
—No lo hará, pero..¿no podría ser algo menos..llamativo?
—Mmm..—Se quedo pensando.—La casa de California no esta tan mal.
Mire de nuevo el ordenador y tenía razón, la casa no era muy grande, pero tampoco tan pequeña. Sus vistas hacia la costa eran perfectas, el clima estaba perfecto.
—Es perfecta.
—Lo mejor, para los mejores.—Besa mi mejilla.
Me levanto de su regazo y me acerco a la puerta. Pero una pregunta ronda por mi cabeza.
—Oye Demon, tengo una pregunta.—Le llamé. El levanta la vista del ordenador y me hace una seña para que continúe.—¿Qué le sucedió a mi antigua casa?
—Pues...nada, nadie ha entrado desde que te fuiste.
—Corrección, me secuestraste.—Digo burlona y el rueda los ojos.
—Desde que te secuestre.—Comenta riendo levemente.
—Antes de irnos..¿podemos ir ahí?—Él me ve confundido, pero asiente.
—¿Para qué querrías regresar ahí? Aquí no falta nada, y lo que falte lo podemos comprar allá.
—No es por eso cariño, simplemente tengo unos recuerdos muy importantes para mi, y quisiera tenerlos conmigo antes de partir.
—Podemos ir en un rato más, al fin de cuentas nos mudaríamos en cuatro días máximo.
—Bien, te veo después.—Salgo de la cocina, directo hacia el paraíso. La cocina.
(.../...)
Aquí, en donde todo comenzó, el lugar en donde me mudé para olvidar todos mis problemas, pero que sin embargo me trajo muchos más. Mi antiguo hogar.
Demon baja del auto y abre mi puerta, bajo con cuidado y me acerco al pequeño agujero que hay en el suelo. Saco la llave y abro la puerta de mi casa.
Puedes hacerlo.
Me animo mentalmente y me adentro a la casa.
Nada había cambiado desde la última vez que vine aquí, todo seguía en el mismo sitio, solo que con un poco de polvo y algunas telarañas en algunos lugares. Suspiro y me acerco a las escaleras dispuesta a subir a mi antigua habitación.
—¿Necesitas ayuda, cariño?—Me pregunta Demon atrás de mi.
—Puedo sola, si quieres puedes quedarte aquí o mirar la casa.—Él asiente y empieza a observar el alrededor.
Subo las escaleras lentamente y entro a mi habitación. Abro el ropero que está en la esquina, me siento en el suelo y busco la puerta "secreta" que se encontraba allí.
Al encontrarla, busco la llave debajo de una madera suelta del suelo y abro la puerta.
Empiezo a buscar hasta que doy con ella, tomo la pequeña caja entre mis manos y saco la cadena que me había dado mi padre antes de morir. Acaricio la pequeña piedra roja que tiene y le doy la vuelta. "Familia James, en las buenas, en las malas y en las peores" tenia grabado detrás de ésta.
Miles de recuerdos pasan por mi cabeza, pero decido ignorarlos. Me levanto del suelo y me coloco la cadena. Ahora camino al peinador y abro el último cajón que se encuentra ahí, tomo el anillo que me había dado mi tía y lo guardo en mi pantalón.
Salgo de la habitación y me dirijo al baño, me mojo la cara, tomo un respiró y voy hacia abajo para buscar a Demon.
Aquí ya no hay nada que hacer y no quiero llevarme algo más.
—¿Demon?—Pregunto a la nada, nadie responde.
Escucho un ruido en mi habitación y de inmediato me tenso.
No, no, no...No ahora.
Corro lo más rápido que puedo y subo, encuentro la puerta de mi habitación entre abierta, la abro de golpe y me arrepiento de hacerlo.
Ahí esta él, en shock con la caja entre las manos, se da la media vuelta con los ojos llenos de lágrimas sin derramar, con los labios moviéndose intentando articular alguna palabra..
—Tú.....¿quién eres?
—Soy yo Demon, son Victoire.
—Sabes que no me refiero a eso.—Dice frío y mirándome directo a los ojos.—Repetiré una vez más la pregunta, ¿quién mierda eres?
Tomo una larga respiración y me acerco lentamente a él, tomo la caja y de ésta, saco el objeto que me mantuvo con vida durante tantos años.
—Yo...—Me coloco la máscara lentamente.—Yo soy Black Angel.
—L—
Final De La Primer Temporada.
ESTÁS LEYENDO
The Colors Of Death: The Black.
AcciónLas obsesiones son malas, pero son hermosas cuando la obsesión es correspondida. La vida da muchas vueltas, unas son buenas, otras no tanto, pero siempre terminan con un propósito. Un día puedes estar tranquilamente en tu hogar, y en el otro estás h...