Las obsesiones son malas, pero son hermosas cuando la obsesión es correspondida.
La vida da muchas vueltas, unas son buenas, otras no tanto, pero siempre terminan con un propósito. Un día puedes estar tranquilamente en tu hogar, y en el otro estás h...
No se en qué momento terminamos en una habitación y tampoco sé en qué momento él se quito la camisa, lo único que sé es que no quiero parar.
¿Por qué se siente tan malditamente bien querer hacer lo jodidamente equivocado?
—Si no quieres continuar dime que pare ahora porque si seguimos no podre controlarme.—Informó con la voz ronca y agitada.
No se de donde saque el valor de quitar su pantalón pero cuando lo hice no pude evitar mirar su miembro y joder..
Y todo eso me pertenece...wow, ya saqué lo posesivo de Demon.
—No. Te. Controles.—Dije entrecortada por culpa de la inmensa excitación que tenía.
Mis palabras fueron suficientes para que de un tirón me quitará el pantalón y toda la ropa que nos estorbaba. Nuestros cuerpos estaban desnudos y con una fina capa de sudor.
Él me tocaba como si de una obra de arte fuese y eso no hacia mas que volverme loca.
—Necesito estar dentro de ti, necesito sentir por completo a mi chica.—Jadeé cuando metió dos de sus dedos dentro de mi y empezaba a hacer círculos.
—Má..más.—Hable como pude.
Empezó a lamer y a morder mis pechos mientras que su mano seguía haciendo maravillas con mi clítoris.
—Dios.—Sentía que me corría, pero, él paro y yo me quejé.—¿Por qu..
No llegue a terminar mi oración porque me penetró con fuerza, me empezó a dar embestidas fuertes y rápidas.
—Córrete conmigo cariño, grita mi nombre, gime y ruega por más.—Decía mientras me hacía suya sin piedad.
De la nada, se sentó conmigo aun arriba de él, paso sus manos por mi espalda y siguió embistiéndome.
—Me voy a correr.—Dije con mi respiración agitada.
—¡Hazlo!—Rugió mientras salía y entraba en mi, volviéndome loca por completo.
—¡Asher!—Me corrí gritando su nombre.
Me dio unas embestidas más y el también se corrió dentro de mi gritando mi nombre. Sentía su semilla caliente saliendo de mi cuerpo y caímos rendidos en la cama.
Colocó una manta arriba de nuestros cuerpos desnudos y paso una mano por mi cintura acercándome más a él.
—Es la mejor noche de toda mi jodida vida, cariño.—Dijo aún con la respiración agitada.
—La mía también.—Dije de igual forma, para seguidamente besarlo lentamente.
—Te amo cariño y no sabes lo feliz que me haces al estar a mi lado.—Me acaricio lentamente la mejilla y me dio un casto beso.—Descansa, que mañana será un día ajetreado.
No paso mucho tiempo para que pudiera conciliar el sueño y olvidara que me acabo de acostar con, prácticamente, mi secuestrador.
Ojalá y no me arrepienta después de hacer esto...
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