Desperté en una cama desconocida, ya no tenia las pesadas cadenas. La luz que entraba por la ventana me daba a entender que este día estaba nublado y eso, sumándole que estoy con el famoso asesino Demon, no me daba buena espina.
Bajé de la cama de un salto e intente hacer el menos ruido posible mientras me acercaba a la puerta. Tomé la perilla y la giré dándome la sorpresa que estaba abierta. Sonreí para mis adentros y abrí la puerta por completo. Intenté seguir el largo pasillo viendo los diferentes cuadros y esculturas hasta llegar a las escaleras pero, antes poder bajar escuché un grito.
—¡VICTOIRE!— Gritó un Demon furioso y cuando vio mis intenciones de bajar las escaleras, empezó a correr hacia mi dirección.
No pensé mucho al momento de correr o mejor dicho intentar, ya que él me había tomado de la cintura evitando mi cometido.
—¡SUÉLTAME!— Grite frustrada mientras forcejeaba.
—Nunca cariño, eres jodidamente mía.
—No soy tuya y nunca lo seré.—Gire sobre mi eje para poder mirarlo a los ojos.—No seré de alguien como tú.—Escupí con asco la última palabra. Pero una parte de mi se arrepintió al ver el dolor de sus ojos que rápidamente cambiaron a enojo.
—Tú eres mía desde el momento en que te vi por primera vez cariño.—Remarcó la última palabra y se acerco demasiado a mi cara. —Eres solamente mía y ni tú ni nadie lo podrá evitar.— Atacó mis labios nuevamente y sin mi consentimiento.
Intente moverme de nuevo, pero sabía que no pararía así que intente cerrar mi boca lo más posible.—¡Bésame!—. Exclamó furioso.—Bésame como si tu miserable vida dependiera de ello, porque a decir verdad, toda tú dependes de mi
—Yo no dependo de ti y nunca lo haré, que te quedé claro Demon.—Respondí con furia
—Asher..
—¿Qué?—Pregunte totalmente confundida.
—No me llamo Demon, me llamo Asher.—Me soltó de la cintura, pero tomó mi mano fuertemente y empezó a—literalmente—, arrastrarme hacia lo que creo que es una cocina.
—¿Por qué me dices eso? ¿qué acaso no tienes miedo de que le diga a la policía?— Pregunte aún más confundida.
—Te lo digo porque tú me importas aunque no lo creas, y sobre la policía, sé que no les dirás nada.—Respondió mientras me sentaba a la fuerza en la silla y él se sentaba en otra frente a mí.
—¿Por qué estas tan seguro?
—Porque de aquí no saldrás a menos que sea conmigo tomados de las manos o muerta...pero lo último será lo menos probable que suceda.—Aclaró al ver mi cara de susto.
—Dime ¿por qué yo?—Dije en un susurro.
—¿Qué?—Preguntó confundido.
—¿Por qué me haces esto a mi?—Dije con los ojos llorosos.—¿Dime qué te hice yo?—Una lágrima traicionera salio de mí, pero él inmediatamente la limpió.
—Shhh...cariño.—Se acercó a mi.—El porqué te hago esto, ni yo mismo lo sé, lo único de lo que estoy realmente seguro es que lo que siento por ti es amor.
—¿Amor?—Pregunté sarcástica.—Tú no puedes amar a alguien que no conoces.
—Te conozco.—Replicó con el ceño fruncido.
—No, no lo haces, no me puedes amar, estas demente, yo nunca te había conocido y si lo hubiera hecho me alejaría lo más posible de ti.—Dije furiosa y me pare de golpe de la silla.
—Sé que tú me amarás como yo te amo a ti.—Contestó seguro de sus palabras parándose de su silla.
—No puedo amar a alguien como tú.—Respondí con mis ojos aun bañados en lágrimas.
—Claro que puedes, solo que tú no lo quieres aceptar.—Dijo seguro de sí mismo.
—¿¡CÓMO MIERDA QUIERES QUE AME A ALGUIEN QUE ME ACABA DE SECUESTRAR Y ENCIMA ES UN ASESINO!?—Explote, mas sin embargo él no se movió y mantuvo la misma expresión.
—Deberías de tranquilizarte.—Habló con calma.—No te hará bien estar estresada. En un rato vuelvo, iré a hacer unas cosas.—Me dio un rápido beso y se marchó como si nada mientras que yo seguía en shock.
—A—
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The Colors Of Death: The Black.
AcciónLas obsesiones son malas, pero son hermosas cuando la obsesión es correspondida. La vida da muchas vueltas, unas son buenas, otras no tanto, pero siempre terminan con un propósito. Un día puedes estar tranquilamente en tu hogar, y en el otro estás h...