Capítulo 10: Yo te pertenezco, ¿por qué no quieres pertenecerme?

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Después de todo ese embrollo del tipo con tatuajes —el cual supe que su nombre era Tyson—, nos subimos a una camioneta blindada y nos fuimos a donde nos íbamos a quedar hasta que el peligro pasara.

Palabras de Demon.

—¿Falta mucho?—Preguntó Lenna adelante de mi por quinta vez.

Estábamos repartidos en que Michael conducía, Zed iba de copitolo, Lenna y Drake en los asientos ante penúltimos y Demon y yo en los últimos.

—Escucha Lenna por muy hermana mía que seas, créeme que no dudaré en hacer parar la camioneta y bajarte.—Si..ese fue Zed "intentando" controlarse en no cumplir con lo antes dicho.

—Ya llevamos dos horas en el coche, ya no siento mi trasero.—Lloriqueó y Drake le dio un pequeño beso. He notado que él no es muy expresivo, pero cuando está con Lenna parece cambiar completamente, se nota a kilómetros que ambos se aman.

—Podrían callarse de una buena vez.—Dijo Demon ya estresado.—Ya llegamos de todos modos.

Y si era cierto porque cuando me asomé por la ventana del coche, ya no veía árboles y árboles, sino una hermosa casa.

Mansión querrás decir...

Michael estacionó la camioneta y todos bajaron incluyéndome. Demon me tomó de la mano y por única vez no le reclame nada.

Caminamos hacia la casa o mejor dicho mansión y nos adentramos a esta misma.

—Wow.—Fue lo único que pude decir.

—¿Te gusta?—Preguntó Demon en mi oído haciéndome sobresaltar.

—Es bonita.—Gire mi cabeza hacia otro lado dándome cuenta que solamente estábamos nosotros.

Demon me  tomó delicadamente mi mentón y cintura,  y  se acercó poco a poco hacia mi. Yo sinceramente no sabia como reaccionar.

—Pues esta bonita casa...es tuya.

—¿Qué?

—Desde que estas conmigo todo esto.—Alzó sus manos y señaló la casa.—Esto y más te pertenece.

Empezó a caminar alrededor mio, como si fuera un cazador y yo fuera su presa.

—Todo yo te pertenezco...¿por qué tu no quieres pertenecerme?

—Me alejaste de todo, mis amigos, mi familia, mi trabajo..todo.

—Mientes.—Se detuvo justo delante de mi.—Tú no tienes familia, tu trabajo es una mierda, tus "amigos" son unos completos hipócritas, tú no tienes nada.

Aunque eso dolió, no se lo podría discutir, pues era verdad.

—Cállate.—Dije con mi voz entrecortada.

—Te estoy dando la oportunidad de ser parte de algo, de tener amigos, familia, trabajo e incluso a alguien que te ame con locura.—Se revolvió el pelo en señal de frustración y me acorraló entre la pared y su cuerpo.—Déjame entrar en tu vida, déjame ser tu vida, quiero ¡joder! ser tu maldita vida así como tú eres la mía.—Dijo cerca de mis labios.

Teníamos las respiraciones agitadas y ambos estábamos perdidos en los ojos del otro, así que dije lo que posiblemente cambie mi vida drásticamente.

—Una..

Él me miró confundido.—¿Una?

—Una sola oportunidad...si me defraudas, tendré el derecho de volver a mi antigua vida y tu desaparecerás.

Él sonrío como si se hubiera ganado la lotería. Sus ojos me miraban con emoción, adoración y..amor.

—Te prometo que nunca, jamás en toda mi miserable vida te defraudaré y si lo llego a hacer, quiero que me mates porque créeme que no podría vivir sin ti a mi lado.

—Entonces prometo dispararte si me defraudas.—Dije que una media sonrisa.

—Te amo demasiado Victoire.-Y como si eso fuera un impulso, hice lo que nunca me imaginé de hacer...lo besé.

lo besé

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  —I— 

The Colors Of Death: The Black. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora