Han pasado dos días desde que he escapado, dos días donde supe la existencia de mi bebé, mi hermoso bebé. Hoy le pediré a Zed que me acompañe con un doctor, el cual era amigo de mi padre y mi tía. Me debe algunos favores, así que no habrá problema con que me atienda.
Miro como Zed pasa frente a mi con la intención de ir a la cocina, así que lo llamo.
—Mm..Zed.—Él voltea a mi dirección y levanta una ceja interrogante.
—¿Sucede algo?
—No, bueno, si, pero..—Empieza a reír levemente y detengo mi tartamudeo.—¿De qué te ríes?
—Es gracioso verte nerviosa, Victoire. Pero sabes que conmigo no debes de estarlo, si tienes alguna duda, sugerencia, comentario, crítica, opinión, apreciaci...
—Necesito salir de aquí.—Ahora es mi turno de cortarlo. Él me mira con los ojos abiertos y empieza a negar frenéticamente con la cabeza.—Es necesario, Zed, necesito ver a mi bebé.
—Sabes que nos mataran si Asher nos encuentra, ¿verdad?
—Sé a lo que me arriesgo al salir, pero tengo un viejo amigo que es doctor.
Suspiró y se quedó pensando durante varios segundos. Finalmente me miró fijamente y asintió.
—Si algo sale mal, quiero que ese amigo tuyo me saque las balas.—Sonríe de medio lado.
(.../...)
Estacionamos frente a unos departamentos y bajamos de uno de los autos que Zed se encargó de comprar para disimular.
Nos introducimos al enorme edificio. Zed mira hacia alrededor verificando si hay cámaras y yo me acerco al ascensor. Entramos y coloco el número correspondiente. Una vez que el ascensor para, nos movemos a la puerta y toco fuertemente.
—¡Ya voy! ¡Joder, pero que ahora todos son tan..!—Las palabras de Richard mueren en su garganta al verme.—Victoire.
Me recibe con un fuerte abrazo, al cual correspondo.
—Es un placer verte de nuevo, Richard.
—El placer es mutuo. Hace tiempo que no te veía, la última vez que lo hice fue cuando eras una rebelde adolescente de 16 años.
—Si bueno...—Respondí un poco incómoda al recordar varias cosas.—Necesito un enorme favor.
—Por supuesto, pero por favor, pasen.—Nos hace ademanes para pasar y Zed y yo lo hacemos.—¿Qué es lo que necesitas?
—Verás, seré directa, estoy embarazada pero mi novio.—Tomé la mano de Zed y le di un leve apretón para que entendiera mi improvisado plan.—Trabaja en la policía, y ya ves como es su trabajo de peligroso.
—Queremos saber si tú la ayudarías a llevar un control sobre el embarazo. No quiero ponerla en peligro y un hospital no me da mucha confianza.—Prosiguió Zed.
—¡Pero por supuesto!—Exclamó Alegre.—Nada me hará más feliz que ayudar a que el próximo James nazca sano y salvo.
Sonreí como agradecimiento y miré de reojo a Zed, el cual hacía lo mismo que yo.
—¿Todavía tienes el consultorio en el departamento?—Inquirí.
—Me he movido a otro sitio, pero hay material necesario para poder hacer una ecografía. Eso sí, en las próximas consultas tendremos que ir al otro.
—Por mi no hay problema.—Respondió Zed. Asentí a su dirección.
Richard se levantó del sofá en donde se encontraba y me condujo a una mini sala donde había una camilla y una máquina.
—¿Por qué no te acuestas por acá, mientras yo traigo lo necesario?—Obedecí su orden y me acomodé.
—¿Lista para ver a tu bebé?—Preguntó Zed desde el marco de la puerta. Me giré a su dirección y le sonreí.
—Nací lista.—Respondí justo en el momento en el que Richard entraba con su típica bata de doctor, unos guantes y un tubo con una especie de gel.
—Esto estará un...
—Frío, lo sé.—Corté a Richard.—Sé varias cosas sobre esto.
Él procedió a colocarlo en mi abdomen y luego pasó una máquina. Miré fijamente la pantalla esperando encontrar algo, hasta que por fin se vio una pequeña mancha.
Zed miraba la pantalla con el ceño fruncido.—¿Eso es un frijol?
—¡Zed!—Exclame.—No le digas frijol a mi hijo.
Se limitó a encogerse de hombros desinteresadamente y murmurar un pequeño "Es un frijol"
—Al parecer todo está perfecto.—Informa Richard.—Tienes aproximadamente un mes de embarazo.
Asentí y me limpié el gel con un pañuelo que me entregó Zed.
—Nadie puede saber que he venido, Richard.—Aclaré antes de irme.
—Antes muerto que traicionar a un James.
Que así sea.
—O—
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The Colors Of Death: The Black.
AcciónLas obsesiones son malas, pero son hermosas cuando la obsesión es correspondida. La vida da muchas vueltas, unas son buenas, otras no tanto, pero siempre terminan con un propósito. Un día puedes estar tranquilamente en tu hogar, y en el otro estás h...