The Colors Of Death: The Black.

Capítulo 17: Maneras.

Estamos en el despacho, —ya reparado de Demon—, desde hace una hora, ellos intentan averiguar quien pudo haberme secuestrado.

—¿Entonces...no recuerdas nada más?—Preguntó por séptima vez Zed, al cual ahora mismo quiero arrojarle ese hermoso florero que esta a su lado izquierdo.

—Ya les dije todo lo que recuerdo, no pude ver mucho porque tenia una venda en los ojos pero si podía escuchar.

—Repite lo que escuchaste.—Ordenó Demon sin mirarme, parecía estar pensando en algo.

—Dijeron que no me podían matar porque podía ser útil más adelante pero que me tendrían vigilada.—Intento sonar nerviosa.

—Eso es todo lo que necesito.—Respondió, se levantó del escritorio en el cual estaba sentado y se dirigió a la puerta para abrirla.—Michael prepara el Jet, nos vamos de nuevo.

—¿Qué? Pero si esta hermoso este lugar.—Replicó Lenna.

—No pondré en peligro a mi chica.—Dijo antes de salir.

—Bueno en eso tiene razón, si alguien amenazara con tener vigilada a mi mujer, la  tendría lo más lejos posible de aquí. Incluso la encerraría si fuera necesario.—Comentó Drake. Lenna le golpeó el hombro juguetonamente, y él le colocó una mano en su cintura y la acercó para besarla como si no estuviera nadie aquí.

Como si no estuviéramos la mayoría aquí..que empalagosos.

Me levanté de la silla y me voy al cuarto donde seguramente estará él. Abro lentamente la puerta sin hacer ruido y veo a Demon sin camisa dándome la espalda, desde aquí puedo observa lo bien fornido que esta pero también veo varias cicatrices que nunca había visto ni tocado...me acercó lentamente y paso mi mano por una cicatriz que sobresale de las demás debido a que se ve más profunda y grande. Él se tensa y de inmediato se voltea para tomar mi mano e impedir que siga tocando.

—No..—susurra cerca de mis labios.

—Perdón yo...¿te duele?

—No quiero que veas todo lo malo de mi para que te termine dando asco.

—No me das ni darías asco.

—¿No?

—No.—Contesté más que segura.

—Entonces si un día me vieras todo lleno de sangre y con una cara de asesino en serie ¿seguiría no dándote asco?—Levantó una ceja.

—No me darías asco...aunque posiblemente me llevaría un buen trauma.—Intenté bromear al último y al parecer funcionó ya que sonrío de medio lado.

—¿Por qué eres tan..perfecta?

—Nadie es perfecto, Asher.—Su sonrisa se amplió más.

—Casi nunca me dices por mi nombre.

—No te acostumbres, solo lo diré en momentos especiales o cuando me hagas enfadar..

—O también cuando te corras conmigo dentro tuyo.—Me cortó y tomó mi cintura.

—¡DEMON!—Exclamé avergonzada por su descaro.

—¡VICTOIRE!—Dijo burlón imitándome.

—No es gracioso.—Fingí estar molesta y esquive el beso que me quería dar volteando la cara.

—Vamos, cariño.—Buscaba mis labios.—Te tendrás que acostumbrar a mis descaros.—Dijo sobre mis labios antes de darme un beso al cual obviamente le correspondí.

—Contigo me tuve que acostumbrar a muchas cosas, Demon.—Dije de la misma manera que el y también le besé.

El sujetó fuertemente mi cintura y paro el beso de repente.

—¿Qué sucede?—Dije con la respiración agitada.

—¿Eres feliz?

—¿A que te refi..

—A que si eres feliz estando en este mundo, mi mundo.

—Te seré sincera, al principio odiaba y detestaba todo esto, te detestaba a ti por lo que habías hecho pero después, no lo sé, cuando Lenna me contó su historia yo..por un momento me quise sentir querida por alguien así que consideré la oportunidad de dejarte entrar en mi vida y...—Silbe y levante mis cejas.—Vaya que lo hiciste, te enterraste como una maldita navaja la cual no puedo sacar porque si lo hago, terminaré desangrada y moriré.

—Esa es la forma más romántica y retorcida en la que me has dicho te quiero.

—Te tendrás que acostumbrar a mis maneras de decir te quiero.

—Si esas son tus maneras de decir te quiero no me quiero ni imaginar como serán los te amo.

—¿Quieres ver cómo te digo te amo?

—¿Me traumaré porque lo hagas?

—No creo que más de lo que ya estas...cariño.—Dije antes de tirarlo a la cama y hacerle el amor de nuevo, mientras le repetía que lo quería y que me hiciera suya, porque eso es lo que soy. Soy de él.

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