Capítulo 23: No defraudo a los míos.

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P.O.V. Demon.

Veo como mi chica duerme tranquilamente mientras preparo las armas que utilizaré en un rato más, Angel me esperará en las afueras de Whittier y de ahí, partiremos a la casa de el imbécil que molesta a la pelirroja.

Victoire se empieza a remover en la cama y abre sus preciosos ojos, al no ver que estoy a su lado me empieza a buscar con la mirada hasta que me encuentra.

—¿Qué haces despierto a las..—Voltea a ver el reloj que esta en la mesa de noche.—¿4:37 de la mañana?.

—Tengo que atender algunos asuntos, nada fuera de otro mundo cariño.

—Volverás sano y salvo, ¿verdad?—Me pregunta con preocupación en sus ojos.

— Te lo prometo. —Me acerco a ella y tomo la mano donde descansa en anillo que le regalé.—Nunca te dejaré, preciosa.

—Te amo, Asher.—Sonrío al escucharla decir mi nombre.

—Te amo, Victoire.—Atrapo sus labios y la tomo de la nuca para profundizar el beso, ella gime al momento de meter mi mano por debajo de la pijama y tocar su abdomen.—Eres tan perfecta.—Digo sobre sus labios y tiro de su pijama hasta despojarla de ésta.

Ella no se queda atrás y hace lo mismo con mi pantalón, meto dos de mis dedos en ella y gime.

—De..demonios..no pares.

—No pienso hacerlo, cariño.—Le quito el sujetador y meto uno de sus deliciosos pechos en mi boca.

Siento como se empieza a contraer anunciando su orgasmo y la beso callando sus gemidos hasta que forma un perfecto arco y se corre.

—Dios..—Se deja caer en la cama, saco mis dedos y los lamo, saboreando su perfecto ser, ella se acerca a mi y me besa con pasión y lujuria.—Hazme tuya, Demon.—No hacen falta más palabras para hacerlo.


(.../...)


Estoy a las afueras de Whittier y Angel no se ha aparecido, ya me estoy empezando a fastidiar. Cuando hago el ademán de subirme al coche y volver con mi chica, veo como a lo lejos se ven dos camionetas negras viniendo a mi dirección.

Saco mi arma favorita por si acaso, pero me relajo al reconocer la camioneta de Angel. Se estaciona a un lado de la carretera y bajan ella, su amigo Ryan y Savannah.

—Pensé que no vendrías, Angel.

—Perdón por la demora, pero tuve un pequeño inconveniente.—Fulmina con la mirada a Savannah y ella solo sonríe inocente.

—¿Qué no se supone que es a ella quien protegemos?—Pregunté señalando a Savannah.

—Se supone, pero ella ha estado insistiendo en venir, pero..

—Pero propuso ser alguna especie de carnada para asesinar al sujeto del cual ni siquiera se su nombre.—Interrumpí a Ryan.

—Exacto.—Dijo Angel dando una sonrisa de medio lado.—Por cierto, el tipo se llama Theo Philips.

—¿El que se encarga de mover varias mercancías?

—Si, ese mismo.—Me contestó Savannah.

—¿Pues qué esperamos? A asesinar se ha dicho.

—Sabía que no me ibas a defraudar, Demon.—Dijo Angel sonriendo abiertamente.

—Nunca voy a defraudar a los míos.


(.../...)


Terminando el trabajo sucio, me despedí de todos y me fui directo a casa, al parecer hubo un accidente por lo cual había más tráfico de lo habitual.

Llegué y lo primero que hice fue ir a la habitación donde descansa mi chica, abrí la puerta pero no estaba acostada

Que raro, son las 7 de la mañana y nunca se despierta a esta hora.

Estoy a punto de regresarme y bajar las escaleras hasta que escucho la puerta del baño ser abierta, volteo de inmediato y me topo con mi chica saliendo con una toalla tapando su hermoso cuerpo. Ella mira a mi dirección y se sobresalta.

—Mierda, Demon, me has asustado.

—Perdón, cariño.—Me acerco a ella y la tomo de la cintura.—Eres hermosa, no deberías de usar esto.—Le quito la toalla.

Es perfecta.

—Te extrañe, Demon.

—No más que yo cariño.—Hago el ademán de acercarme más a ella y besarla pero me detiene.—¿Qué sucede?

—No te me vas a acercar estando así.—Señala mi ropa llena de sangre.

—Bien, ¿qué tal si me acompañas a tomar un baño?.

—Ambos sabemos que ese "baño" no terminará bien así que..no, además yo acabo de salir de uno.

—Vamos, cariño, te prometo que tendré mis manos quietas.

—Oh, claro, y yo soy virgen.

Ella se safa de mi agarre y me rodea.

—Prometo que si te das una buena ducha, cuando salgas haremos lo que tú quieras.—Me susurra y me acaricia por sobre el pantalón, provocando que me excite de sobremanera.

—Cariño, si no quieres que mande a la mierda el baño y te haga mía ahora mismo, no me estés provocando.—Digo con la voz ronca culpa del deseo, me doy una media vuelta y la tomo de nuevo por la cintura.—Créeme que cuando salga, te arrepentirás de decir que puedo hacer contigo lo que quiera.

—Ya lo veremos..cariño.

Hoy si será un buen día...

Hoy si será un buen día

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  —E— 

The Colors Of Death: The Black. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora