mi odioso jefe (cap 28)

5K 233 11
                                    

— ¿Y qué se supone que les vas a decir? —pregunté con poca voz.
—La verdad, simplemente —se encogió de hombros—, pero hagas lo que hagas, no le vayas a decir nada a Cande.
—No te preocupes, no lo voy a hacer, pero sin embargo creo que ella tiene derecho a saberlo.
—Lo sé, pero es algo más complicado que eso. Moveré cielo y tierra para que Daniel vuelva al lugar donde pertenece y si nada de eso funciona le diré a Cande, pero por ahora no.

Asentí con la cabeza y apreté mis labios. Me sentía un poco mal conmigo misma por no sentirme mal por Cande. Estaba siendo egoísta, porque estaba preocupada de que Daniel le fuera a hacer algo a Ruggero, pero también estaba desilusionada porque si ellos habían terminado sin el consentimiento de Ruggero, eso significaba que él aun podía tener sentimientos por ella, y ya que Cande había terminado con él por una fuerza mayor que ella, era probable que ella sintiera algo por él también. Podía notarlo, Cande era bastante transparente cuando revoloteaba alrededor de Ruggero, haciéndole ojitos y colgándose de su brazo; susurrándole cosas al oído y dándole sonrisas secretas. No podía decir lo mismo de Ruggero, sin embargo, porque era el hombre más reservado que había conocido, y era muy malditamente bueno ocultando sus emociones. Él iba directo al punto y no daba rodeos. La única vez que lo había visto perder el control fue cuando se encontró con Daniel.

—Uhm… yo tengo que irme ahora, Valentina va a llegar en cualquier momento —me levanté y me acomodé el vestido. Era preciosamente largo y muy fácil de arrugar.
— ¿Valentina?
—Es una compañera de oficina.
—Ah, sí. Valentina Zenere, ¿no?
—Mmm hmm —asentí y dándole una última mirada salí de la habitación.

Un rato después llegó Valentina. Carolina y Malena no habían podido venir porque ambas estaban de citas con sus novios. Vale se la pasó una hora alegando sobre no tener novio y sobre lo hermosa que era la casa. Le presenté a mi mamá, a mi papá, a Cande y cuando finalmente la llevé para que saludara a Ruggero, ella comenzó a balbucear una hora más sobre lo caliente que él era.

De alguna manera me las arreglé para que no notara cuán de acuerdo estaba en realidad con sus argumentos sobre Ruggero siendo demasiado sexy para su propio bien, y solo me limité a reír y a asentir con la cabeza. Vale era del tipo que dejaba correr su boca y nadie jamás la alcanzaba, sin embargo me gustaba eso, sobre todo porque yo no era buena hablando. Valentina sí.

— ¿Esperando a alguien? Parece que se ha formado un revuelo ahí —murmuró Vale mientras miraba por la ventana del segundo piso. La había llevado ahí para que viera la oficina donde mi mamá tenía los dibujos de sus diseños.
—Sí, el hermano de Ruggero—sonreí y miré por la ventana para comprobarlo. Camilo estaba dándome la espalda, pero podía reconocer su cabello en cualquier parte, porque era exactamente igual al de Ruggero. Mismo color y mismo corte.
— ¿Ruggero? —arqueó una ceja.
—Dios, Vale, no voy a ir por la vida llamándole señor Pasquarelli.
—Claro, solo no dejes que se entere.
—No lo haré. Vamos a saludar.

Bajamos las escaleras todo lo rápido que mi vestido y mis tacones me lo permitieron. Camilo no había cambiado nada, o eso pareció cuando su cara se hizo más visible a medida que me acercaba.

— ¡Tienes que estar bromeando! ¿No es esta la pequeña Karol Sevilla? —dijo Camilo, alzándose sobre el murmullo de todo el mundo. Yo le sonreí y nos abrazamos—. Estás muy grande, enana. ¿Qué sucedió contigo?
—Crecí —respondí con una sonrisa irónica.
—La buena noticia es que aún puedo llamarte enana. No creciste mucho —me miró burlonamente, pero esa sonrisa contenía cariño. Camilo siempre había sido increíble. Tenía una paciencia enorme con los niños, por eso cuando era pequeña solía quererlo tanto. Su esposa se había perdido al mejor hombre del mundo, además de que estaba mucho más guapo que antes, pero probablemente eso era porque había crecido y ya no veía a los hombres de la misma manera.

Sí, él definitivamente era una réplica de Ruggero con los ojos cafes y menos estatura. Tenían el mismo color de cabello, los mismos labios definidos y la misma nariz recta, pero ellos definitivamente no podían ser más distintos en términos de personalidad.

—Uhm… Camilo, ella es Valentina, es una compañera de la oficina —murmuré mientras agarraba a Vale del brazo, que se había quedado estampada mirando a Camilo. Tuve que darle un codazo para que reaccionara.
—Mucho gusto, Vale—los ojos de Camilo se iluminaron cuando se pusieron en ella. Vale se sonrojó y estrechó la mano que Camilo le estaba ofreciendo—. Mi hermano sí que sabe elegir a sus empleadas, a juzgar por ustedes.

Ruggero rodó los ojos y suspiró audiblemente, y amé la expresión de su rostro. En serio, ¿cuál era esa cosa mágica que hacía perfecto todo lo que a él se le ocurría hacer?

Cuando sus ojos atraparon los míos en el acto, miré a otra parte rápidamente, no sin antes dejarle una buena vista de mis mejillas sonrojadas.

Camilo seguía mirando a Vale como si literalmente quisiera comérsela, y Vale le seguía el paso muy de cerca. Al parecer ellos dos habían conectado en seguida. Hice bien en traerla hoy.

Miré de reojo a Ruggero, pero el ya no estaba mirándome. Candelaria ahora estaba agarrada de su brazo de nuevo y le estaba susurrando algo al oído. Ruggero sonrió un poco y le susurró algo de vuelta. Sentí todas mis entrañas arder y unas ganas terribles de golpear a Cande. Los celos tenían que ser la peor cosa del mundo, porque estaba a un intercambio de susurros más de hacer algo que no debía hacerle a Cande.

Pero Ruggero se volvió a inclinar hacia el oído de Cande y ella partió en risas.

Bien, eso era todo.

— ¿Tienes un minuto? Necesito hablar contigo —le dije a Ruggero sin ocultar mi ceño fruncido. Ruggero se disculpó con Cande y me siguió hasta un punto apartado en el patio.
— ¿Qué sucede contigo? —preguntó extrañado.
— ¿Qué demonios es lo que tienes con Cande? Y quiero la verdad.
— ¿Por qué demonios…?
—No, antes de que lo preguntes, esto no es un arranque de celos, porque si fueran celos eso significaría que me importa tu vida amorosa y no lo hace, pero si ya estás saliendo con alguien más no puedo creer que al mismo tiempo estés conmigo. ¡Eres un idiota! —las palabras salieron antes de ser procesadas. La vieja yo estaba de vuelta luego de que Ruggero la reprimiera por meses.
—Antes de acusarme de ser un idiota, creo que deberías comprobar los hechos primero, porque no tengo nada con Cande—gruñó—. Solo somos amigos.
— ¿Solo amigos? Sí, claro —murmuré con una sonrisa irónica en mi rostro.
— ¿Y tú estás totalmente segura de que no es un arranque de celos? —me dijo, y me maldije a mí misma por ser tan obvia.
—Creo que ya te expliqué la razón —me crucé de brazos.
—Bien, ahí tienes tu respuesta sincera: no estoy saliendo con Cande. Y sí, tienes razón, sería un idiota si estuviera con dos chicas al mismo tiempo pero no lo estoy, así que solo deja de decir tonterías.
— ¿Estás completamente seguro de que son solo tonterías? —fruncí el ceño.
— ¿Sabes qué? No, porque estos días me he dado cuenta de que aún tengo sentimientos por Cande, no he podido olvidarla en absoluto y creo que ella se siente de la misma forma, así que si quiero buscar entablar una relación con ella, será mejor que cortemos lo que sea que tenemos nosotros y lo dejemos hasta aquí.

Dicho esto, se dio media vuelta y volvió con Cande, y actuó como si nada en absoluto hubiera pasado. Por mí parte, ni siquiera pude moverme de mi lugar, y estaba totalmente segura de que algo en mi interior se había roto. Apostaba a que era mi corazón.

----------------------------------------------------------------

Y BUENO, FUERTE TODO  JDJXGBNXJJS

¿PERO VIERON LO QUE LE DIJO EL PASQUARELLI A LA SEVILLA? creo que a mi se me rompio el corazón también, ahora no hay vinculo que los una :c
Pero bueno espero que le allá gustado l@s quiero mucho no se olviden de comentar, votar y seguirme besos😘 ~fefa~

"mi odioso jefe"[terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora