No podía discutir eso, porque cuando se trataba de amor, yo no era una experta. Apostaba a que respecto al amor, yo era la menos informada y la más idiota de todos.
—Entonces lo dejas ir… ¿estás seguro de que fue amor verdadero?
Él me miró mal.
—Claro que lo fue.
Si hubiera estado en su posición… yo jamás lo habría dejado ir. Ruggero no siente nada por mí, es por esa razón que es necesario que yo me aleje, pero si dos personas se aman mutuamente, deberían luchar por sus sentimientos hasta el fin de los tiempos… no era una experta, y jamás me había puesto a pensar en algo como esto antes, pero lo sentía así, muy dentro de mí, sabía que el amor verdadero de cuento de hadas tenía que existir por ahí en alguna parte. Ese amor que no deja ir, que se aferra incluso a fuego ardiendo si es necesario y que consume todo lo que pueda destruirlo… sé que debe ser difícil de hallar, y sé que no voy a hallarlo ni yo o el noventa y nueve por ciento del resto de la población, pero sé que debe existir en algún lugar que no sea en la ficción.
—Nunca he estado enamorada en mi vida —admití, aunque en este momento eso ya no era cierto, pero esa también era información confidencial—, así que no debería estar dando mi opinión respecto a eso. Lo siento, si no quieres estar con Cande, es tu problema.
El frunció el ceño, pero no dijo nada más.
—Tu hora de trabajo terminó hace cuarenta minutos atrás —dijo luego de un largo silencio. Incluso por un momento pensé que se había ido, así que me exalté.
Había cerrado las cortinas de mi oficina porque estaba incluso harta de la luz natural, así que fue una sorpresa abrirlas y encontrarme con que el sol estaba bajando.
— ¿Y simplemente no se te ocurrió despertarme? —suspiré.
—Te dormiste como a las cuatro —ladeó la cabeza, mirándome como si fuera un bicho raro—. Me pareció raro que dos personas que iban a verme hoy día no llamaran para coordinar sus citas ahora que estaban en la ciudad solo por hoy.
—Oh, Dios —gemí—. ¿Solo por hoy día? ¿Acabo de joder algo, verdad?
—Lo hiciste —asintió. Él estaba demasiado no enojado como para que no pensara que estaba conspirando algo en mi contra—. El caso es que estaba dispuesto a gritarte por la que fuera la razón que esas citas no se habían llevado a cabo cuando mi padre me llamó y me dijo que los hombres en cuestión ya habían dejado la ciudad, pero creo que simplemente no tuve el corazón para hacerlo mientras babeabas tu escritorio.Me sonrojé como loca.
— ¿Sabes? No estoy muy segura, pero creo que prefiero al jefe gritón —murmuré. Definitivamente no me agradaba la idea de que me hubiera visto babear mientras dormía.
—De todos modos, ya habían pasado cuarenta minutos y era mejor que me asegurara de retarte antes de que quisieras repetir esto otra vez.
— ¿Y por qué me lo estás contando entonces?
—Porque tengo fe en que no se va a repetir —se encogió de hombros.
—Bueno, es un poco difícil cuando las nacionales están tan cerca —suspiré cansadamente—. No puedo darme el lujo de holgazanear. Siempre entreno por lo menos cuatro horas diarias, pero ahora con mi trabajo y las nacionales, mi agenda es de 7 AM a 6 PM trabajo, de 6 a 7 tiempo estimado de llegada al estudio, cambio de vestuario y calentamiento y de 7 a 12 entrenamiento de baile. Para cuando estoy de vuelta en mi ropa, fresca y aseada ya es la una de la madrugada. Cuando llego a mi casa, me pongo el pijama y arreglo mis cosas para el siguiente día de trabajo, ya son las dos. Y ya que he estado agitada durante todo el día, me cuesta trabajo dormirme antes de las tres, y es por eso que solo alcancé a dormir cuatro horas.
—Ayer fue domingo —frunció el ceño.
—Lo sé, con mayor razón tengo que entrenar más —le fruncí el ceño.
—Lo siento... por todo el trabajo extra —murmuró.
—No es tu culpa… solo que… no puedo con esto, ¿sabes? Es complicado. Mi carrera es la danza, soy una profesional de la danza. Me gradué como la mejor de mi clase y quiero llevar eso a práctica. Sé que si quiero hacer dinero tengo que entrar a más competencias o abrir mi propia academia de danza. Podría haber hecho eso, pero quiero triunfar yo primero antes de convertirme en profesora de baile o preocuparme del dinero.
—Bien, lo entiendo, si hay algo que pueda hacer… podría hablar con tus padres y…
—No, definitivamente esa es una mala idea —negué efusivamente con la cabeza—. A ellos no va a importarles en absoluto. Tú no te preocupes, no volveré a quedarme dormida, solo tengo que conseguir una RedBull o dos y estaré bien.
—Sinceramente no es eso lo que me preocupa, me preocupa que estés sobre-exigiéndote demasiado. Tú tienes razón, eres una profesional de la danza, y justo como un profesional del fútbol o del basquetbol, deberías estar enfocada del todo en lo que haces y no metida en una oficina —frunció el ceño.
—No es como que tenga alguna otra opción —rodé mis ojos—. Pero esto es muy importante para mí… si llegara, por algún milagro, a ganar las nacionales, un montón de puertas se abrirían —sonreí inconscientemente—. Si gano las nacionales… bueno, no creo que eso pase, pero si llegara a pasar, abriría mi propia academia de baile… el prestigio que trae un título como ese es increíble, sería rica en menos de una semana.Ruggero rio.
—Rica en una semana… suena como un buen plan, pero no pareciera como que te tienes demasiada confianza.
—Nacionales, Ruggero —rodé los ojos—. Los mejores bailarines de todo Estados Unidos estarán ahí y… ¿por qué demonios estás sonriendo con esa sonrisa de “esconde a tus hijos”?Eso solo hizo que él comenzara a reír más fuerte.
—Nada, nada —murmuró cuando se calmó. Incluso yo estaba luchando contra mi propia sonrisa, porque su risa, como ya había dicho, era mi cosa favorita en el mundo—. Es solo que esta es la primera vez que me llamas Ruggero mientras no estamos teniendo sexo.
—Baja la voz, estúpido de la cabeza —le pegué en un brazo, preguntándome de pronto en qué momento había agarrado esta confianza—. Y eso no es cierto.
—Uhm, sí que lo es, y lo gritas muy fuerte.
—Yo estaba hablando sobre que no es la primera vez que te digo Ruggero —gruñí, sonrojándome. ¿Qué le pasa? Para mí que se había drogado o algo.
—En realidad si lo es, mi memoria es literalmente casi fotográfica... aunque no sé si la palabra "fotográfica” cuenta cuando se trata de sonidos... de todos modos ¿qué vas a hacer ahora?
—Alejarme de ti, eres muy extraño —lo miré como si estuviera intentando descifrar una ecuación matemática.
—Hablo en serio —rodó los ojos.
—Ir al estudio de baile. Voy cuarenta minutos atrasada, así que puede que mañana solo llegue con tres horas de sueño. Solo te aviso que voy a estar malhumorada otra vez.
—Bien, si no puedo evitar que vayas, entonces al menos déjame acompañarte.
— ¿Acompañarme? Sí, eso no va a pasar, amigo —dije riendo sin humor.
—Puedo darte un aventón, incluso podría dejar que manejes mi auto.Mierda. Ruggero tuvo que ver el brillo que se apoderó de mis ojos, porque sonrió. Él sabía perfectamente que tenía una debilidad con los autos lujosos. Eso era lo que me había arrastrado a este lío para empezar.
—Trato hecho —murmuré, siendo fácil de chantajear.
—Sabía que no ibas a poder resistirte a mi auto.
—Presumido —rodé los ojos.
-----------------------------------------------------------------------------
Espero que le allá gustado el cap de hoy no se olviden de votar, seguirme y comentar cualquier sugerencia que tengan l@s quiero muchos besos😘 ~fefa~
ESTÁS LEYENDO
"mi odioso jefe"[terminada]
FanficLuego de gastar una suma caóticamente exagerada en un auto deportivo, Karol Sevilla tiene que asumir las consecuencias de sus actos: o es desprenderse totalmente de sus padres para valerse por sí misma, estudiar una carrera que odia en la universida...