Perdón por no haber publicado capítulos espero que me comprendan y para recompensarl@s quiero que comenten si quieren maratón
+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++- ¿Vas a salir con Camilo? -chillé, medio entrando en pánico. Algunas chicas se nos quedaron mirando con cara rara.
- ¡Sí, chicas! Tengo una cita con el hermano mayor del jefe de sus jefes -gritó para que todos escucharan. Algunas se rieron y otras soltaron insultos por lo bajo. Yo solo rodé los ojos.
-Eso no era necesario -la arrastré dentro de su oficina para que dejara de gritar su vida personal a los cuatro vientos-. No puedo creerlo, ¡eso es increíble!
- ¡Oh, Karol! Te amo tanto por invitarme -me abrazó tan fuerte que el aire se escapó de mis pulmones-. Dios... no puedo creerlo, en serio... digo... es Camilo Pasquarelli de quien estamos hablando, el hermano de tu jefe... ¿no es eso raro?
-Sí, un poco, pero me importa un comino mi jefe, así que no importa -me encogí de hombros.
- ¿En qué momento pasó de Ruggero a "mi jefe"? -Vale frunció el ceño.
-Desde este preciso momento.
-Sabes, a veces hasta pareciera que te gus...
- ¡Termina esa oración y voy a destrozarte la piel con mis propias uñas! -gruñí, interrumpiéndola.
- ¿Y arruinar tu manicure de doscientos dólares? No lo creo, además esas uñas son terroríficamente largas... digo, ¿no has matado a nadie con ellas?
-Hace meses que no tengo mi manicure de doscientos dólares -rodé los ojos-. Y no, no he matado a nadie, pero siempre hay una primera vez -la fulminé con la mirada.
-Lo siento, por Dios -ahora ella fue quien rodó los ojos-. Hoy día estás hipersensible, ¿qué pasó por tu cabecita el fin de semana que estás tan de malhumor?
-Nada, creo que solo estoy estresada por las nacionales -suspiré. Luego de la fiesta, cuando volví a casa, estuve bailando por lo menos tres horas, y al otro día, luego de no haber dormido una mierda, bailé otras tres horas por mi cuenta y entrené cuatro con mi profesora de baile y mi equipo de baile, así que básicamente tengo cuatro horas de sueño en mi sistema-. Me enojo cuando no duermo.
-Puedo notarlo. Ahora será mejor que vuelvas a tu oficina porque tu descanso se terminó hace tres minutos.
-Sí, tienes razón -suspiré-. Nos vemos a la salida. ¿Quieres un aventón?
- ¿Crees que tu carcacha soporte mi peso?Mi cara cayó.
- ¿Quieres o prefieres llevar tu trasero egocéntrico en un bus? -la miré mal.
-Jesús, Karol, ya tranquilízate, solo bromeaba. No estés celosa porque un Pasquarelli se fijó en mí y no en ti.
-Vale... no me importa el señor Pasquarelli de esa manera -mentí.
-Sí, por supuesto que no -obviamente no me creyó-. Ya vete, vete, vas a llegar tarde.Dándole una mala mirada, salí de la oficina y tomé el ascensor hasta el piso cincuenta y ocho. Mi oficina era un desastre de papeles por todas partes. Se habían ido amontonando durante el día, porque luego de que el señor Pasquarelli (sí, desde ahora nada más de llamarlo Ruggero) dejaba uno y me decía que tenía que ordenarlo por orden alfabética en un mueble, yo simplemente seguía sumida en la tarea que me había pedido antes sobre enviar un mail a cierta cantidad de contactos sobre una junta que se llevaría a cabo el miércoles.
Después de lo que había pasado en la fiesta, no habíamos vuelto a hablar hasta hoy día, cuando llegué a la oficina y le di un cordial saludo como si en realidad no doliera como mil demonios verlo. Fui muy buena fingiendo que no me acordaba de la situación, pero mi cambio de actitud era demasiado obvio. Luego de unos días de estar juntos, las cordialidades habían quedado de lado. Yo simplemente lo saludaba con un "Hola" y él me respondía con otro. Ahora el "Buenos días, señor Pasquarelli" lo había dejado con el ceño fruncido.
-Dios, no puedo más -murmuré, cuando iba por la mitad de los papeles. Me faltaba amontonar aún más y había estado hora y media ya, así que me faltaba por lo menos otra hora y media más para terminar. Estaba tan cansada que difícilmente mantenía mis ojos abiertos. Había bailado como una demente frenética ayer, y mis extremidades dolían de una manera que no solían doler, aparte de que mis parpados estaban luchando permanentemente contra mí para poder cerrarse, y yo estaba luchando conmigo misma para sacarme la idea de dejarlos ganar.
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"mi odioso jefe"[terminada]
FanficLuego de gastar una suma caóticamente exagerada en un auto deportivo, Karol Sevilla tiene que asumir las consecuencias de sus actos: o es desprenderse totalmente de sus padres para valerse por sí misma, estudiar una carrera que odia en la universida...