Ahora estábamos de vuelta en el Aston Martin de Ruggero e íbamos camino a mi apartamento. Íbamos conversando de temas banales mientras avanzábamos por las carreteras de Boston, que incluso a esta hora estaban plagadas de autos por todas partes.
Reír y hablar parecía salir espontáneamente con él últimamente, pero había algo ahora que estaba presionando mi pecho, aquellas palabras que él me había dicho en el estudio.
No te vayas a enamorar de mí.
Obviamente, ya era muy tarde para ese tipo de apelación, porque estaba locamente enamorada de este hombre. ¿Podías enamorarte de alguien en tan solo tres meses? No estaba muy segura, pero en el fondo yo sabía muy bien que lo amaba… no había una forma coherente de explicarlo. Amaba su risa, amaba sus ojos, amaba su mirada, amaba sus cambios de humor, amaba su enojo, amaba su felicidad, amaba cuando me gritaba y amaba cuando me sonreía… ¿entonces por qué no podía amarlo a él?
Si él no quería que me enamorara de él, ¿entonces como creía yo que había alguna posibilidad entre nosotros?
Quizás sería hora de rendirme, pero no creía que estuviera nunca lista para rendirme con Ruggero.
—Listo, hogar dulce hogar —murmuró Ruggero deteniéndose frente al edificio.
— ¿Dulce? —Arqueé una ceja—. Ya quisiera yo…
—Vamos, no está tan mal —sus labios lucharon contra una sonrisa—. En realidad es algo acogedor.
—En realidad es algo horrible, pero en serio, señor Empresario Multimillonario con una Gran Mansión, no voy a discutir de eso contigo.La sonrisa esta vez se hizo más profunda, mostrando las líneas de expresión de su rostro suavizándose. Iba a sonreírle de vuelta, pero su sonrisa desapareció en un abrir y cerrar de ojos, y él ahora estaba mirando algo detrás de mí.
— ¿Qué sucede? —fruncí el ceño y me giré para poder mirar por la ventana, pero no encontré nada que resultara preocupante—. ¿Ruggero?
—Detrás de aquel auto, por el estacionamiento —susurró Ruggero como si no quisiera ser escuchado por nadie.Dirigí mi mirada hacia donde Ruggero apuntó y tuve que forzar mi vista antes de darme cuenta de que había un hombre con un abrigo negro y un gorro del mismo color que tapaba casi toda su cara.
—Es solo… una persona al azar parada en un estacionamiento —me encogí de hombros—. Creo que estás paranoico.
—No, para nada —su rostro se endureció—. Confiar en tus instintos es la primera cosa que deberías aprender, Karol, y yo nunca desconfío de los míos, y me están diciendo que ese hombre no está casualmente parado en el estacionamiento. Está mirando directamente hacia acá.
—Vamos, Ruggero, todo el mundo se queda babeando sobre tu auto. Es parte de la experiencia, además él ni siquiera puede ver a través de los vidrios polarizados, ¿por qué iba a estar observándonos?
—Que los vidrios estén polarizados no significa que no sepa quién hay adentro —la mirada de Ruggero no se despegó del hombre en ningún momento—. Y él cree que nosotros no lo hemos visto.
—Vamos… es solo… una persona vestida de negro. A diferencia de la creencia popular, no todas son asesinos en serie o psicópatas encubiertos.
—Quédate aquí, no salgas del auto —murmuró Ruggero atropelladamente y salió del auto de un salto, antes de que yo pudiera reclamar algo.Las piernas de Ruggero eran increíblemente largas, así que llegó a su destino con pocas zancadas, sin embargo a mitad del camino el hombre salió corriendo como si lo fuera persiguiendo el diablo. ¿Qué demonios?
Ruggero desapareció entre los autos y yo como que entré en pánico. No iba a quedarme aquí mirando como idiota sabiendo que algo pasaba. Ruggero debía tener razón, si él hombre no hubiera estado metido en algo, no hubiera salido corriendo, pero eso no significaba que tuviera algo que ver con nosotros.
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"mi odioso jefe"[terminada]
FanfictionLuego de gastar una suma caóticamente exagerada en un auto deportivo, Karol Sevilla tiene que asumir las consecuencias de sus actos: o es desprenderse totalmente de sus padres para valerse por sí misma, estudiar una carrera que odia en la universida...