mi odioso jefe (cap 22)

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Oh, Cande Molfese… ella es tan… simpática y tierna conmigo, como si creyera que es mi hermana mayor o algo por el estilo.

Quiero matarla.

Ahora mismo estoy encerrada en mi antigua habitación en la casa de los Sevilla, con un hermoso vestido blanco diseñado por mi mamá y por mí hace algún tiempo y que se ajusta en todos los lugares correctos, tiene los cortes perfectos y el escote indicado, es muy lindo, pero no me siento con ganas de presumirlo. En cambio estoy aquí tirada en mi cama mirando al techo y pensando y sintiendo cosas que no debería estar sintiendo. Celos siendo lo principal.

Odio la manera en que Ruggero la ha mirado toda la noche, como si fuera perfecta… y quizás lo es, pero sigue siendo endemoniadamente molesto, y el hecho de saber que un día estuvieron enamorados y a punto de casarse no me hace sentir mejor, así que luego de que todos tuvieran por lo menos dos copas de champagne en el organismo, subí a mi habitación para ahorrarme el espectáculo de ver a señorita Perfección agarrándose del brazo de Ruggero cada dos minutos y proclamando por ahí que “solo son amigos”. No podía lidiar con eso, siempre había sido una persona celosa, pero no podía sentir celos por alguien que no era mío en ningún sentido de la palabra. No podía reclamar, no podía patalear, lo único que podía hacer era evitar ver.

Además Cande era muy linda, y creo que era eso lo que me molestaba más. Linda por fuera y linda por dentro, malditamente perfecta, y tenía un pasado con Ruggero, en cambio nosotros teníamos… ¿qué demonios teníamos? Ambos habíamos acordado que esto era solo sexo, nada más. No había arrepentimientos ni sentimientos, solo así, y ya había sucedido unas cuantas veces.

Estar en mi habitación era extraño, ya que no había estado aquí en casi tres meses ya, y definitivamente la extrañaba, porque mi pequeño apartamento en Kendall Square era incluso más pequeño que esta habitación. Diría que hasta mi armario era más grande, pero ni siquiera tenía ganas de comenzar a quejarme con mis padres como solía hacerlo, lo único que quería era volver a mi apartamento en mi horrible auto viejo y dormir, porque mis zapatos me estaban apretando los pies y odiaba a cada ser viviente en esta fiesta.

Atravesé todo el perímetro de la casa de mis padres evitando llamar demasiado la atención, pero mi vestido era tan blanco que hasta parecía que brillaba, así que no tuve mucho éxito.

Alguien cogió mi muñeca, exitosamente deteniéndome en medio del estacionamiento.

— ¿Vas a alguna parte? —el hermoso rostro de Ruggero estaba repentinamente frente a mí.
—A mi apartamento —susurré.
— ¿Está todo bien? —frunció el ceño. Casi le creí que estaba preocupado.
—Sí, por supuesto, ¿por qué? —intenté sonar despreocupada, no como si realmente me doliera sentirme confusa, celosa y enamorada.
—Porque te estás yendo de repente… ¿Dijeron tus padres algo que…?
—No, nada —lo interrumpí. Ruggero era consciente de que las cosas que decían mis padres pisoteaban mi autoestima, y cada vez que ellos comenzaban a llevar su conversación en base a mi vida-no-exitosa él los despistaba para hablar de otra cosa. Como que agradecía eso—. Solo no me siento en un humor fiestero ahora mismo.

Él de pronto sonrió y dio un paso hacia atrás, soltándome. No muy segura de lo que esa sonrisa significaba, lo miré extrañada y luego negué con la cabeza, metiéndome a mi auto, pero en cuanto intenté encenderlo varias veces, el motor seguía apagándose.

—Tienes que estar bromeando —gruñí y salí del auto. Algo en la parte del motor estaba echando humo… de nuevo.

Ruggero estaba ahora al lado mío, sonriendo más grande.

—Estaba echando humo antes de que entraras.

Él definitivamente era mucho más amable y simpático cuando estaba fuera del trabajo.

—Sí, sí, muy gracioso —me crucé de brazos.
—Ven, te llevaré a tu apartamento —comenzó a caminar en dirección opuesta.
—Pero… ¿Y la fiesta…?
—Estarán bien sin mí —se encogió de hombros.

Asentí con la cabeza, pero en mi interior hice una celebración gigante. Ahora iba a poder tenerlo para mí sola durante los treinta minutos de trayecto hasta mi apartamento en Kendall Square, y la mejor parte era que no tendría que aguantar más ni a mis padres ni a Cande revoloteando alrededor de Ruggero.

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Aquí otro cap espero que le allá gustado y otra cosa vallan comentando si les gusta la novela l@s quiero besos😘 ~fefa~

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