Creo que todo mi mundo se dio vuelta en ese momento como nunca se había dado.
Luego me di cuenta de que esto no tenía sentido, así que lo empujé.
—¿Escuchaste lo que te dije? —pregunté, jadeando por el beso y mirándolo como si el loco ahora fuera él.
Una pequeña sonrisa se extendió en su rostro después. No, el definitivamente había escuchado mal. Imbecil.
—Lo hice.
—No, creo que no lo hiciste —le chillé, y tomó otra gran bocanada de valentía repetir lo que ya había dicho—. Yo. Estoy. Embarazada.
—Lo estás. Lo sé. Lo oí.Bien, esto estaba pasando de ser raro a espeluznante.
—¿Qué lo oíste? Ruggero, no sé si me entendiste, pero tú eres el padre.
—Sí, Supuse eso también.Bien, eso fue la gota que colmó el vaso. ¿Qué demonios estaba sucediendo?
—¡Qué mierda sucede contigo! ¿¡Por qué no me estás gritando y diciéndome lo mal que está!?
—Tú ya estás gritando lo suficiente por los dos.
—¡Yo no estoy gritando!
—Claro que no.
—¡Ruggero!
—Karol, no te estoy gritando que está mal porque no creo que lo esté.
—¿Qué no crees que…? Oh, Dios, te volviste loco.
—Lo sabía —la punta de sus dedos acarició mi mejilla, pero estaba demasiado trastornada como para que me importara. Ni siquiera las mariposas entendían, así que en vez de revolotear, estaban intentando descifrar qué sucedía aquí.
—¿Qué tú lo sabías?
—Lo noté en cuanto te vi, Karol—dijo, mientras acariciaba mi cabello y me miraba como si él tampoco me hubiera visto en años y me hubiera extrañado—, y solo lo confirmé con lo que dijo Daniel luego y el hecho de que te hubieras escapado de la nada. Con todo lo que estaba sucediendo, obviamente no teníamos tiempo para sincerarnos en ese momento. Lo confieso, al principio estaba molesto, malditamente molesto porque no me lo habías dicho. Creo que mandé al demonio a cada enfermera y doctor posible de este lugar.
—Yo no…
—No estoy enojado por el hecho, necesito que entiendas eso —me interrumpió, ignorándome.Oh, yo estaba realmente lejos de comenzar a entender algo.
—Estoy enojado porque no me dijiste. Debiste habérmelo dicho en el momento que te enteraste. No tenías que cargar con todo esto tú.
—¿Qué te dijera? —ahora yo realmente había comenzado a alterarme—. ¡Me dijiste todas esas cosas y me mandaste al demonio! ¿¡y esperabas que te dijera!? Demonios, ¡estabas con Candelaria! ¡Estás con Candelaria ¿¡y me dices que esto está bien!? Deberías estar furioso y gritándome, no aceptándolo como si fuera el mejor regalo del universo. ¿¡QUÉ RAYOS ESTÁ MAL CONTIGO!?
—Lo siento, por todo.
—¿¡QUÉ LO SIENTES!? ¿¡ESTÁS LOCO!?
—Karol... no espero que entiendas, solo déjame que te explique.
—¿Qué me expliques? No quiero que me expliques nada, aquí no hay ninguna explicación además de que estás loco de remate. Necesitas procesar lo que te acabo de decir y darte cuenda de que probablemente tienes un serio caso de trastorno de personalidad. ¡Dios!
—Solo cálmate —Ruggero soltó un suspiro que me decía que ya comenzaba a perder la paciencia.
—¡No quiero!
—¡Era mentira, demonios! Cada una de las cosas que dije era mentira, Karol. He estado malditamente enamorado de ti incluso antes de que tú reconocieras mi existencia.Mi aliento se quedó atorado en algún lugar.
—¿Qué?
Ruggero maldijo algo que no alcancé a entender porque me quedé atrapada en la confesión que acababa de hacer. Si esto realmente era un caso de doble personalidad, definitivamente me estaba gustando está mucho más que la otra.
Él suspiró, como si acabara de dar información innecesaria.
—Cuando cerré el contrato que le dio el éxito a la empresa de tu padre y la del mío —suspiró, sin mirarme.

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"mi odioso jefe"[terminada]
FanfictionLuego de gastar una suma caóticamente exagerada en un auto deportivo, Karol Sevilla tiene que asumir las consecuencias de sus actos: o es desprenderse totalmente de sus padres para valerse por sí misma, estudiar una carrera que odia en la universida...