ni odioso jefe (cap 38) maratón 2/2

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Sabía. Yo lo sabía perfectamente. También sabía perfectamente que luego de esto Ruggero no solo no iba a hablarme, sino que iba a odiarme, pero la parte egoísta de mí me dijo que hiciera lo que hiciera, los sentimientos de Ruggero no mejorarían. La parte egoísta de mí quería que Candelaria sufriera, y que él sufriera también, pero mi corazón sangró un poco con cada segundo que pasaba.

Como esperé, Ruggero no me apartó en seguida, y yo me separé de él antes de que él pudiera hacer por sí mismo. Solo quería que Candelaria lo viera, que se enfadara y milagrosamente no se acercara a él nunca más, pero cuando el calor del momento pasó, supe que la única que iba a quedarse sin ver a Ruggero por siempre iba a ser yo.

-Dime que no sabías que ella estaba ahí -Ruggero tenía rabia contenida en su voz, y mi piel se congeló.
-Uhm... probablemente deberías ir tras ella -miré hacia otro lado, no sabiendo cómo demonios mentir tan descaradamente.
-Respóndeme -Ruggero me tomó de la barbilla y giró mi rostro, obligándome a mirarlo. No era un gesto cariñoso ni nada, sino que fue más bien duro, brusco y frío.

Tragué saliva y me di cuenta de que no podía mentirle si lo miraba a los ojos.

-Sí lo sabía -susurré.
La mirada de odio que me dio en ese momento iba a quedar grabada a fuego en mi memoria por el resto de la eternidad.
- ¿Qué demonios fue eso, Karol? -su voz salió en un grito. Nunca lo había visto tan enojado.

Quise arquear una de mis cejas en gesto de indiferencia, pero la culpa y el dolor me estaban carcomiendo por dentro. Aparté mi mirada de la suya.
-Lo siento -susurré, tan despacio que había una buena posibilidad de que no me hubiera escuchado.
-Esto... esto es estúpido -se rio sin humor-. ¿Qué está mal contigo? ¡Eres jodidamente egoísta!
-Lo siento -susurré de nuevo. Mi voz tiritó, pero fue más fuerte.

Esta vez me escuchó, pero me ignoró.

-Eres tan malditamente egoísta -gruñó, mirándome como si estuviera dispuesto a tirarme por la
ventana de su oficina sin arrepentimientos posteriores-. No solo arrastras los sentimientos de los demás por el piso, sino que impones los tuyos sobre los demás.

Mirando al piso, apreté mis labios y cerré mis ojos fuertemente, deseando con todas mis fuerzas que él solo se fuera y me dejara en paz con mi miseria. No lo quería aquí gritándome todo lo que estaba mal conmigo, porque eso iba a tardar un buen rato.

Luego de eso él se levantó y salió rápidamente de la habitación. Un poco de tensión se liberó de mis hombros, pero luego todo volvió a caerme encima como un piano gigante.

Mi corazón ardiendo y sangrando estaba gritando de dolor, mi cuerpo estaba ardiendo etéreamente y mi
orgullo me estaba pidiendo por favor, por favor que no llorara.

Yo estaba tan aturdida que ni siquiera podía moverme. Había algunas lágrimas luchando por ser liberadas fuera de mis ojos, pero de alguna forma me las arreglé para ser fuerte y no dejar que se escaparan. Tuve que pestañear varias veces para devolverlas a su sitio y me levanté, un poco mareada y sintiendo que el peso del planeta tierra y de todo el resto de la galaxia estaba sobre mis hombros de nuevo. Podía incluso sentir mi estómago revolviéndose por devolver mi comida del
día.

¿Y si de verdad era una egoísta como él había dicho? No solo arrastraba los sentimientos de los demás por el piso, sino que imponía los míos ante ellos. ¿Por qué me habían dolido esas palabras si eran tan ciertas? El hecho de que me abrieran los ojos era probablemente la respuesta. Yo sabía... todo mi ser sabía que yo era tan incorrecta para él, pero aun así lo anhelaba, aun así quería a toda costa que él estuviera conmigo, que sintiera algo por mí. Quizás era momento de detenerme... podría dejarlo ir si eso lo hacía feliz, ¿no? Ni siquiera yo era tan egoísta.

Su felicidad me importaba más que mi propia integridad.

Una vocecita en mi cabeza seguía gritando desesperadamente por todas partes que no lo dejara ir nunca, pero mi cerebro y mi corazón por fin estaban alineados y no la estaban escuchando.

Estaban decididos a hacer lo que fuera correcto para él, lo que fuera necesario para que fuera
feliz. Eventualmente yo me iba a olvidar de él, ¿cierto?

¿Qué era lo que me había dicho hace un tiempo atrás Ruggero? Las palabras habían quedado rondando en mi cabeza... las recordé con facilidad. Él me había dicho que uno no sabía cuándo dejar ir a las cosas, éstas se volvían un círculo vicioso que terminaba por destruirte.

Él tenía razón.

Lo mejor sería disculparme con él sinceramente y decirle la verdad a Candelaria, Si tenía suerte, él no me iba despedir y dentro de un mes, cuando los ocho meses llegaran a su fin y yo pudiera finalmente ser libre de mi trabajo de asistente, podría comenzar a trabajar en desvanecer toda clase de sentimientos que se relacionaban con él. Podría dejar de necesitar comportarme como la hija perfecta y dejaría de ir a las cenas en casa, a los eventos sociales y las fiestas, entonces todo volvería ser como antes, cuando Ruggero y yo no nos veíamos jamás más que de lejos.

Suspirando, tomé mis cosas y dejé el edificio a paso acelerado. Quería llegar pronto a mi apartamento y olvidarme de la realidad un rato.
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Holaaa lo prometido es deuda aquí esta la maratón se que dije si la iba a ser en la mañana pero por problemas no puede pero aquí lo tienen espero que les guste los próximos capítulos se vienen bomba l@s quiero mucho no se olviden de comentar, votar y seguirme adiós besos😘 fefa

"mi odioso jefe"[terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora