El ascensor llegó al primer piso del majestuoso edificio, e ignorando las miradas de todo el mundo sobre mí, salí de ahí con mi mirada apuntando al suelo. Hace tan solo unos segundos había estado en la cima del mundo, en la oficina de Ruggero que tenía esta espectacular vista a todo Boston. Más grande que la mayoría de los edificios... y había sido tan simple bajar de ahí, tan simple darse cuenta de que ésa sería la última vez que me iba a encontrar allí.
Mi vida se sentía de esa manera. Había estado todo bien durante un momento y súbitamente todo se había derrumbado a mis pies, dejando los escombros de lo que una vez había sido. No había baile, no había Ruggero y definitivamente no había familia. Estaba casi completamente sola, y si no fuera porque tenía a Vale a mi lado, a pesar de que nos conocíamos solo hace pocos meses, creo que me habría desmoronado.
No sabía qué hacer. Estaba perdida, mucho más perdida de lo que jamás había estado en toda mi vida. Las puertas se habían cerrado y los caminos se estaban estrechando alrededor, asfixiándome. Yo no podía respirar, no podía pensar... simplemente no sabía qué hacer.
Había salido corriendo como una cobarde, no le había dicho la verdad a Ruggero y ahora estaba aquí acurrucada en el sillón de mi pequeño apartamento viendo cómo la nieve caía y caía sobre las calles de Boston, dejando todo blanco. Había estado así las últimas dos horas, literalmente sentada ahí viendo a través de la ventana con la mirada perdida... La nieve.. tan fría y hermosa, ahora no significaba nada para mí. Todo parecía haber perdido su belleza, todo era gris... un oscuro y tenebroso gris.
Llevé mis manos a mi estómago, acariciándolo, sin aún estar completamente convencida de que todo esto estaba pasando. Nunca pensé en formar una familia alguna vez, nunca estuvo en mis planes. Estaba decidida a dedicar toda mi vida a la danza y... y solo a eso.
Un bebé no estaba en mis planes.
¿Qué mierda iba a hacer?
No había podido decirle a Ruggero. Dios sabía que nunca iba a encontrar el valor para decirle. ¿A mis padres? Jesús, definitivamente no podía decirle a mis padres, ellos iban a matarme y a cortarme en pequeños pedacitos y reír sobre ellos. Mi único aliado en este momento era Vale y yo misma. Iba a tener que encontrar una solución para este problema, porque no había manera de que yo me deshiciera del bebé, así que tendría que lidiar con esto como la persona madura que nunca he sido y se supone que tengo que ser.
Quería correr. Quería huir e irme lo más lejos posible de este lugar, un lugar donde no viera a Ruggero, ni a mis padres, ni tuviera un constate recordatorio de que mis sueños se habían quebrado en miles de pedazos... huir parecía horrible, no quería no enfrentar el problema desde fondo, pero eventualmente mi embarazo sería notorio y comenzarían las preguntas... Ruggero iba a saber que era suyo. Siempre podría mentirle y decirle que no era de él, pero él intentaría comprobarlo, sé que lo haría, y no era un riesgo que quisiera tomar.
Irme lejos nunca pareció más atractivo.
Todo lo que tenía que hacer era reunir todo el dinero que estaba en mi cuenta de ahorro, que solo no he ocupado porque es para casos de emergencia. En ella hay más de 100.000 dólares que serían suficientes. Me iría lejos durante todo mi embarazado, hasta asegurarme de que Ruggero no pudiera sacar cálculos y que mis padres estuvieran dispuestos a perdonarme y a ayudarme... no sabía cómo demonios iba a hacer eso, pero ahora que ya ni siquiera tenía la danza, nada me amarraba a Boston. Nada me impedía escapar de lo que se había convertido en mi infierno personal.
Escapar... escapar sonaba tan, tan bien.
Pero era exactamente la salida que cualquiera esperaría que alguien como yo tomara. La salida cobarde y la salida egoísta. No solo le iba a ocultar información sustancial, sino que estaba huyendo como la cobarde que sabía que era.
¿Pero tenía realmente otra opción? No, claro que no. Si me quedaba cerca, Ruggero definitivamente iba a saber que él era el padre, o al menos tendría sus sospechas, y eso era exactamente lo que yo no necesitaba. Si iba a tener a este bebé, iba a ser fuerte por él. No lo quería rodeado de discusiones, mal ambiente y un mundo donde sus padres no están casados, se odian y nunca sintieron algo realmente recíproco el uno por el otro. Podía darle la felicidad de la que yo carecía, y quizás, solo quizás, entonces yo podría volver a ser feliz de nuevo.
Menos de veinte minutos luego de que su horario de trabajo terminara, Vale se había aparecido con un enorme pocillo de helado y unas galletas de chocolate, pero no me sentía con ganas de comer así que simplemente tomé unas cuantas cucharadas y le dejé el resto a ella.
Le pregunté sobre Camilo, exitosamente desviando nuestro tema de conversación hacia otro lado que no fuera mis problemas amorosos y existenciales. Sus ojos se iluminaron cuando me comentó que se estaban llevando muy bien y que finalmente habían formalizado la relación. Ella parecía realmente feliz... y bueno, eso como que me quitó un peso de encima, verla sonreír así.
-¿Entonces qué vas a hacer? -preguntó de pronto-. Ya que no le dijiste la verdad a Ruggero....
-Yo... yo no lo sé -mi voz salió entrecortada-. Esto... esto se notará eventualmente y él... él va a saber.
-Deberías decírselo -sugirió Vale, mirando a un punto fijo en sus manos.
-Lo sé pero yo... simplemente no puedo, Vale-suspiré-. Lo intenté, prometo que lo intenté pero no pude. Le voy a arruinar la vida, y es probable que cuando le diga y todo salga mal. Mi vida se va a arruinar más de lo que ya está también... si es que eso es posible. Esto es lo mejor para los dos.
-¿Entonces? -suspiró, obviamente en desacuerdo conmigo.
-Tengo que irme -susurré. Los ojos de Vale me miraron con desconcierto-. No tengo otra opción. Tengo que irme hasta que ya no haya forma de que Ruggero... de que Ruggero sospeche.
-¿Y a dónde planeas irte?Me encogí de hombros.
-Siempre he querido ir a California... las veces que he ido, me he enamorado. Las playas... incluso la gente parece cálida en comparación con Boston. Allá todo parece más simple, solo que no sé cuántos recursos económicos pueda emplear -suspiré.
Hubo un largo silencio en el que ninguna de nosotras habló.
-Sabes -murmuró Vale de pronto-. Esto no significa que esté de acuerdo con lo que estás haciendo, pero mis padres tienen una casa en California. La utilizamos durante el verano... creo que podría serte útil.
-¿Hablas en serio? -la miré, sorprendida.Ella asintió suavemente.
-El invierno acaba de comenzar... y creo que puedo convencerlos para que vayamos a vacacionar a otro lado durante el verano... ya sabes, para que puedas estar ahí durante todo tu embarazo.
-Vale... suena increíble, en serio, pero no podría aprovecharme de esa manera.
-No es nada -se encogió de hombros-. De todos modos, ese lugar pasa abandonado la mayor parte del año.
-Vale...
-Karol, en serio, no es nada. Realmente me gustaría que te quedaras allí. Quiero ayudarte, realmente quiero ayudarte con el bebé porque sé que lo necesitas. Soy tu amiga, ¿sí? Y aunque no nos conocemos hace mucho tiempo tú eres... tú eres genial. Sabes escuchar y de tu boca salen cosas tan estúpidas y sin sentido como de la mía -ambas nos reímos por eso-... eres la primera persona con la que me he encariñado en tan poco tiempo... además, gracias a ti conocí a Camilo -una enorme sonrisa se extendió por su rostro.Yo también sonreí. Se sentía como la primera sonrisa real en todo este tiempo, y se sintió como ver la luz luego de años creyendo que nunca la vería de nuevo.
-Entonces... California será -sonreí un poco.
-California será -me guiñó un ojo.--------------------------------------------------------------------
Baia Baia
¿Porque será que casi siempre las protagonistas huyen, ocultando verdades?
Bueno, cosas de novelas.Ya queda poquito para el final que piensan que va a pasar? Bueno l@s dejo con la intriga se vendrá cambios y sorpresas que nadie esperaban y para que no digan que no les advertí vendrá capítulo tristes y con mucho suspenso pero al final siempre sale el sol.
L@s quiero mucho no se olviden de votar, comentar y seguirme besos😘 ~fefa~
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"mi odioso jefe"[terminada]
FanfictionLuego de gastar una suma caóticamente exagerada en un auto deportivo, Karol Sevilla tiene que asumir las consecuencias de sus actos: o es desprenderse totalmente de sus padres para valerse por sí misma, estudiar una carrera que odia en la universida...