You're My Blood Sweat & Tears | BTS

VI - Castigo

NA MI

—¡Yah Na Mi! —dijo una chica levantándose. La miré y era la número dos— ¿Quién te crees que eres para hablar así de Yoon Gi? ¿Es que no sabes que el va a la guerra para que podamos vivir? ¿Que cara tienes para insultarle no? 

Ya no hablé más. Exhalé para calmarme. No puedo pelearme con estas chicas. He sido descuidada. Entiendo lo que ha pasado y admito que me equivoqué. Cerré los ojos  y me calmé. 

—Vale chicas, lo siento —dije levantando las dos manos— Estoy muy agradecida con Yoon Gi y sus hombres. Olviden todo lo que dije. 

—¿Olvidar? —dijo una chica levantándose también. Miré y es la número cinco— ¡Que hayas pedido perdón, no quiere decir que todo ya está bien! ¡Aish!

—¡¿Por qué no te vas?! —dijo otra chica. La número nueve— ¡Es obvio que eres distinta a nosotras! ¡Por eso no nos llevamos bien! ¡Eres de otra clase!

Ella agarró una tarta de manzana y lo lanzó a mi dirección. ¡Omo! Lo esquivé y le dio a la número siete que está detrás mia. 

—¡Na Mi! —gritó como si quisiera estrangularme. 

—¡E-Espera! ¿Por qué yo? ¡Ha sido ella quien lo ha tirado! —dije señalando a la nueve.

—¡Oye Na Mi! —gritó otra chica que tenía tortitas en la mano. Es la número ocho. Lo tiró y me escondí detrás de la siete. Le dieron otra vez en la cara así que explotó.

—¡Se acabó! ¡Malditas zorras! ¡¿Por qué me dais a mi?! —gritó transformándose en godzilla y cogió un plato de espaguetis. Lo lanzó y empezaron a llover espaguetis y albóndigas. El plato cayó al suelo y automáticamente levanté mi mirada hacia las chicas. Le dio a casi todas las chicas menos a mi que estaba detrás suya.

—Oh Dios —susurré. No puede creer lo que estoy viendo ahora. Todas las chicas ahora están hechas un asco. 

—¡¿QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ?! —gritó Hye Young, la madre puta del burdel— ¡¿QUÉ OS ESTÁ PASANDO?!

Nadie la contestó y se quedaron calladas. 

—¡¿NO ME VAIS A CONTESTAR?!

—SI NADIE CONTESTA, PUES TODAS VAIS A LIMPIAR--

—¡ES MI CULPA! —grité de repente. Me tapé la boca enseguida. ¡Contesté sin querer! Reaccioné por impulso.

—¡¿QUÉ HAS DICHO DOCE?! —gritó hacia a mi. Miré hacia las demás chicas y solté un suspiro.

—S-Soy yo quien tiene la culpa —contesté— Fui yo quien empezó, castigueme a mi. No ellas.