You're My Blood Sweat & Tears | BTS

XLVIII - ¿Dónde está?

NA MI

 —¿Por qué?

—¿Por queé?

—¡¿Por queeeé?! —dije sacudiendo a Mochi porque el sin vergüenzas de Yoon Gi lleva dos meses sin ponerse en contacto.

—¡Yoon Gi eres un animal! ¡Cabrón! ¡Embustero! ¡Idiota! ¡Miembro de B-

Mochi aulló pero seguí sacudiéndole. 

—¡Para qué está el móvil si no puedo contactarte! ¿Eh? ¡Para qué me dices que te espere si solo vas a ignorarme así! ¿Eh? ¡Gilipollas! ¡¿Mochi por qué?! ¡Por qué tu dueño es más animal que tú! ¿Por qué? —dije todavía sacudiéndole y me ladró. No solo eso, también me gruñó y mostró sus colmillos mortales.

—¡Es broma! —dije soltándole y levanté mis dos manos —¡Relájate! 

—Pero en serio Mochi... —dije con lágrimas formando en mis ojos— ¿Dónde está Yoon Gi? Le echo mucho de menos, quiero verle ya.

Lloré mientras abrazaba a Mochi. Mochi aullaba mientras mis lágrimas caían por su pelaje, como si estuviera llorando conmigo. 

—¿Na Mi?

Levanté la mirada. 

—¡Jin!

—Oye, ¿estás llorando? —preguntó y se sentó a mi lado. Ahora mismo me encuentro en las puertas del palacio esperando la llegada de Yoon Gi como siempre. 

—¡N-No! —contesté— Mochi y yo solo estamos practicando para una actuación. 

—Actuación eh —murmuró limpiando mis lágrimas con sus manos— Con lágrimas autenticas. ¿No me digas que estás estresada por Ji Min?

—¿J-Ji Min? ¡Que va! 

Miré hacia otro lado. Es algo cierto. Estoy estresada. Sí, tener citas con Ji Min es divertido, pero él no sabe nada de lo que pasa conmigo cuando no estamos juntos. Primero, las concubinas han triplicado su odio hacia a mí, mirándome con asco y torturándome diciendo que seré la pero reina que Baekje tendrá. Lo que es cierto supongo. ¿Quién soy yo? Solo soy alguien de baja cuna. 

Segundo, la reina madre y la reina Iseul están haciendo que renuncie a Ji Min. Si yo quiero renunciar a Ji Min porque ya tengo a Yoon Gi pero Ji Min me ve como su rayo de esperanza en este maldito reino del infierno. ¡Maldita sea! ¿Cómo puedo alejarme de este chico? Sí, voy a alejarme, pero de alguien como Ji Min, no puedo hacerlo así de repente, hay que hacerlo lentamente. No quiero hacerle daño. 

—¿No te gusta su majestad? —preguntó.