2- LLÁMAME CHASE

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Estaba sentada en la sala trasera del restaurante, pensando en las múltiples opciones que tenía. No obstante, por más que pensara, todas mis opciones se reducían a solo una...

El idiota de Marshall haría correr el rumor en la preparatoria. Y definitivamente la confianza y respeto que sembré por tanto tiempo, se esfumaría.

—Oh Carol. Te ves fatal. Deberías ir a tu casa —mencionó mi jefa al entrar a la sala y ver que yo parecía un muerto viviente.

—No, estoy bien —murmuré con desgana.

Después de una hora terminé finalmente mi turno. Después de cambiar mi uniforme de Maid, por una ropa mucho más adecuada, decidí salir por la parte trasera de "Maid Latte"

—Vaya, ahora estás vestida normalmente —murmuró Marshall quien estaba apoyado en la pared de concreto al frente de la salida trasera del restaurante.

— ¿Qué haces aquí? ¿Qué es lo que quieres?

—Nada. Solo quería asegurarme que esa chica vestida de sirvienta era la presidenta del consejo. Sin embargo, lo que me inquieta, es ¿por qué trabajas es un lugar así?

— ¡Jefa, ya voy a salir! -—Escuché desde lejos la voz de Lauren, así que decidí arrastrar a Marshall lejos del restaurante para evitar mayores inconvenientes.

Es curioso como la vida te tiene preparada mil cosas que en un momento parecían algo utópico o inimaginable. Nunca hubiese pensado que estaría sentada en un columpio de un parque contándole ciertas cosas que aquejaban mi vida a una persona que no soportaba.

—Oh, así que asuntos familiares ¿Es muy complicado? —murmuró Marshall tratando de entender la situación.

—Sí. Lo es.

—Entonces por eso estás trabajando en un Maid Café lejos de tu casa. ¿Por qué un Maid café?

—Porque otro trabajo es más agotador. Y me encuentro lo suficientemente cansada siendo la presidenta del consejo estudiantil. Además no puedo dejar que mi promedio disminuya -susurré mientras me balanceaba levemente en el columpio y observaba fijamente un punto del suelo.

—Ya veo. Debe ser duro — susurró frunciendo levemente su ceño —Entonces, a pesar de odiar a los hombres, estudias en un colegio donde la mayoría de los estudiantes son chicos debido a que tienes una beca.

—Supongo que sí

—Ya veo. Te compadezco.

—¿Sabes? No necesito tu lástima

Toda la velada no pude cerrar los ojos con tranquilidad sin pensar en el duro camino que tenía que atravesar el siguiente día. Era seguro que Marshall acabaría conmigo para vengarse por todas las amonestaciones que le hice por hacer llorar a las chicas que se le habían confesado.

GUARDA MI SECRETO, POR FAVOR *completa*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora