Me encontraba revisando tranquilamente unos informes en la biblioteca, sin embargo, -y como siempre-, escuché un bullicio proviniendo de uno de los sectores de la librería del instituto.
—Oigan idiotas, ¿Qué estás haciendo? —vociferé con mal humor al ver como dos chicos estaban discutiendo encima de las escaleras que se usan para alcanzar los estantes.
—Presidenta, pero él empezó.
—No me importa quién comenzó o no. ¿Saben que es peligroso jugar en las-
Antes de poder continuar, observé que un tercer chico tropezó contra las escaleras haciendo que estas se cayeran, al igual que uno de los chicos. Rápidamente logré sostener al chico, y detuve con mi brazo la caída de la escalera.
—Eso pudo ser peligroso —murmuré con un suspiro.
Sin embargo mi brazo estaba doliendo. Demasiado diría yo.
— ¿Vieron lo que hacen? No quiero volver a verlos jugar encima de eso —Ordené cruzando mis brazos.
—Presidenta, ¿Está bien? ¿No quiere ir a la enfermería?
—No. Me encuentro bien.
O eso quería que creyeran.
Mi brazo estaba doliendo demasiado, y comprobé que no solo era mi impresión al ver un hematoma morado sobre este. Decidí ignorar el dolor y consideré ir a la enfermería después de la última clase. Por lo tanto, caminé por los pasillos del instituto vigilando que en la hora del descanso no llegara otro subnormal haciendo algún tipo de estupidez bien elaborada.
—C-chase... d-disculpa por incomodarte. —observé que una chica de un largo cabello azabache detuvo el paso de Marshall, quien observaba con indiferencia. —Hum... tengo algo que decirte. En realidad, estaba interesada en ti, incluso antes de entrar a esta escuela. Así que, ¿te gustaría salir conmigo? —propuso la chica con el rostro sonrojado esperando una respuesta afirmativa.
No era la primera vez que escuchaba como una chica se le declaraba a Chase Marshall. De hecho, no era ninguna novedad. No obstante era la primera vez que lo escuchaba desde que él descubrió mi secreto.
Por alguna extraña y novedosa razón que desconocía, anteriormente solo me preocupaba que Marshall utilizara un lenguaje rudo y ofensivo que pudiera ofender a la chica. No obstante, ahora mi pulso latía más rápido de lo normal; ansiosa por escuchar su respuesta.
Pero lo novedoso era que no me preocupaba tanto si él la rechazaba de una manera rígida. Sino que me inquietaba conocer su respuesta.
Pensar que él diría que sentía lo mismo que ella, me provocaba un cierto malestar en el estómago.
—De hecho, soy un gamer empedernido a quien le gusta las Maid's más que comer tres veces al día. Solo leo libros relacionados con Maid's. También visito únicamente caffé maid's. Por supuesto, también colecciono figuras de Maid's y juego cosas sobre las Maid's. Ah, y me excito tanto con eso. Así que me despido.
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GUARDA MI SECRETO, POR FAVOR *completa*
Ficção AdolescenteCaroline Stone es la ruda presidenta del consejo estudiantil, lo que ha hecho que se gane entre los alumnos varones una mala fama por otorgar mayor preferencia hacia las mujeres de la escuela. Sin embargo, a pesar de su apariencia ruda, Caroline tra...