Caroline Stone es la ruda presidenta del consejo estudiantil, lo que ha hecho que se gane entre los alumnos varones una mala fama por otorgar mayor preferencia hacia las mujeres de la escuela. Sin embargo, a pesar de su apariencia ruda, Caroline tra...
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— ¡Hermana, ¿Me escuchaste? la cena está lista! —Anunció Hayley desde el primer piso por cuarta vez en los últimos 15 minutos. Con resignación guardé el libro de cálculo junto a los ejercicios que estaba haciendo y bajé hacia el comedor.
—Debes dejar de exigirte tanto, hija —Susurró mi madre con preocupación al depositar en mi plato una cantidad anormal de pasta.
—Mamá, creo que esta es la porción de Danny —Murmuré al señalar al mencionado quien ya iba en el postre.
—Ese es el tuyo. Ya has bajado 5 kilos. Vas a enfermarte gravemente si sigues así —Reprendió mi madre cruzando sus brazos.
—No tengo hambre —Musité al coger el tenedor y clavarlo en la pasta.
—Solo come, hija.
—De acuerdo —Llevé a mi boca el tenedor mientras los escuchaba hablar.
— ¿Qué sucedió, Caroline? Hace un año ni siquiera tenías interés de seguir estudiando. Pensé que querías trabajar de una vez —Continuó mi madre con su pequeño interrogatorio.
— ¿Acaso está mal que quiera entrar a la universidad? —Gruñí al tomar un sorbo del té.
—No está mal, es muy bueno —Aseguró con una ligera sonrisa. —Pero me preocupa que te sobrecargues demasiado. Además estás aspirando a la beca de la mejor universidad de Manchester, incluso es una de las mejores de Reino Unido.
—Sé que puedo si me esfuerzo —Finalicé al llevar una segunda cucharada de pasta a mi boca.
—Danny, ¿Cuándo te vas al pueblo de tu abuelo? —Mi madre cambió drásticamente el tema tras levantar el vaso con té frio.
—Cuando terminemos tercero —Aseguró con una sonrisa. También pude percibir que Hayley descendió su mirada.
Después de cinco cucharadas más decidí regresar a mi cuarto para seguir estudiando. Escuchar de la ida de Danny solo me hizo recordar el viaje que haría Chase a Francia... quién sabe cuánto tiempo. Mordí mi labio al pensar la desastrosa idea de que él no quisiera regresar.
¿Y si volvía a desaparecer?
¿Y si no contestaba mis llamadas?
Negué inmediatamente con mi cabeza. Debíaconcentrarme en una única cosa por el momento; El examen de ingreso a la universidad Nacional de Manchester.
Con esa idea en mente, transcurrieron las horas. Estaba segura del futuro que anhelaba y que deseaba conseguir
No, no solo deseaba, sino que lo conseguiría.
....
— ¡Feliz cumpleaños, Carol! —Chillaron mis compañeras de trabajo al unísono.
Sin darme cuenta, mi cumpleaños había llegado más pronto de lo que esperaba. Así que estaba sonriendo mientras recibía los regalos y dulces de clientes habituales.
